Narras tú
–¿No piensas dormir hoy?– mi novia negó y suspiré –Mañana puedes seguir Amor– salió de la cabina y me miró.
–Estoy agotada– me levanté y abrí mis brazos para recibirla.
–Debes descansar– hizo un puchero.
–No quiero– bostezó y reí.
–No te estoy preguntando si quieres– la tomé entre mis brazos y rió.
–¡Bájame!– negué y la llevé hasta mi auto.
Abrí la puerta con cuidado y la senté de copiloto, rodeé el auto y me subí mirándola.
–Vamos a llegar a dormir, ¿Entendido?– negó.
–Estoy estresada...Podrías desestresarme– mordió su labio mirándome.
–Ari...No hagas esto, debes descansar, haz trabajado mucho en el próximo álbum, lo mereces– puse mi cinturón y encendí el auto.
–¿Hace cuanto que solo vives de masturbarte porque paso todo el día en el estudio?– reí.
–Eso no importa– se acomodó y sentí su mano sobre mi miembro –Amor...– la miré.
–¿Qué ocurre?– metió su mano dentro de mi pantalón y suspiré.
–Saca tu mano de ahí– negó y desabrochó mi cinturón.
Se levantó y puso sus piernas a cada lado de las mías, sentándose sobre mi.
–No– comenzó a besarme y sin negarme la seguí.
Su mano enseguida comenzó a masturbarme y puse mis manos en sus caderas para detenerla.
–Ari...Estamos en el estacionamiento de la disquera...– asintió.
–¿Y qué?– reí.
–No puedo resistirme a ti– bajó sus shorts junto con sus bragas y me miró.
–Eso es exactamente lo que quiero, que no puedas decirme que no– llevó mis manos a su trasero y la miré.
–¿Segura que quieres hacer esto?– asintió apretando mi miembro.
Su mano fue hasta la palanca que dejó mi asiento hacia atrás. Me acomodé y ella se posicionó sobre mi.
Tomó mi miembro y levantó su cuerpo, puso el glande bajo sus pliegues y comenzó a hacer movimientos con sus caderas.
Tomé su cintura y apoyé mis pies sobre el suelo del auto e hice una leve presión metiendo los primeros centímetros en su interior.
–Ah...– levanté mi pelvis chocando contra su cuerpo –¡_____!– mordí mi labio.
–Cierra tu boca si no quieres que vengan a ver que hacemos– rió y le di otra embestida –¿Por qué te ríes?– volví a embestirla.
–Porque no lo estás haciendo lo suficientemente bien como para que gima– fruncí mi ceño y ella apoyó sus manos en mi pecho.
Comenzó un lento vaivén con sus caderas y cerré mis ojos unos instantes para disfrutar de la increíble sensación.
Luego llevé mis manos hasta su espalda y atraje su cuerpo hacia mi, provocando que quedara recostada sobre mi cuerpo, con una pierna a cada lado de mi.
Dejó de moverse y me miró esperando a que hiciera algo. Levantó sus cejas y mi mano viajó hasta su trasero. Luego apoyé bien mis pies y comencé a embestirla rápidamente mientras mi mano dilataba su ano.
ESTÁS LEYENDO
One shots -PEDIDOS-
Short StoryEn este libro pueden hacer sus pedidos, tienen la libertad total de escoger al artista y el tipo de one shot que desean.