Capítulo 04 - Uniendo Caminos

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-Aryeh-

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-Aryeh-

El simple hecho de que escuchases mis miserias, me obliga a querer saber las tuyas y ayudarte a dejarlas enterradas, aunque yo acarree con las mías para siempre.

Ahí estaba yo, batallando contra mis demonios con lentitud. Habían pasado un par de semanas y no había consumido ningún tipo de droga. Por otro lado, con el cigarro y el alcohol me estaba costando un poco más. Por mucho que la prensa le gustase desinformar, no consumía drogas todos los días, lo hacía, pero no de la manera tan abrupta, constante y exagerada que la pintaban. En cambio, el cigarrillo y el alcohol, fuese whisky, fuese cerveza, fuese lo que fuese, eran mis fieles acompañantes a la hora de hacer casi cualquier cosa...

Emma y yo habíamos estado hablando por mensaje y un par de veces por llamada, algunas veces tonterías. muchas veces sobre cómo nos había ido en la jornada, sobre música, películas, series, comida y alguna que otra vez, poniendo un tono serio, ella me preguntaba cosas sobre el medio.

Un viernes por la mañana la llamé de improvisto, se notaba en su voz que estaba recién levantada, nos saludamos y le pregunté:

-¿A qué hora sales del trabajo?

-Estoy libre, pero suelo despertarme temprano, aunque no vaya a trabajar.

-¿Libre un viernes? Eso es carne de invitación para mí –se carcajeó-. ¿Qué dices?

-Depende de lo que tengas en mente –nada de salidas nocturnas, ese era el mensaje entrelineas, pero afortunadamente no era eso lo que tenía planeado.

-¿Te gustaría darle una vuelta al Echo Park? –la propuesta la sorprendió, estaba seguro de ello.

-Sí... ¿Por qué no? ¿Nos vemos allá? –negué a la pregunta-. ¿Me pasarás buscando?

-Tendrás que buscarme tú –esto la hizo reír-. No creas que no quiero manejar, pero es la mejor manera de ir de "incognitos"

-Está bien, está bien. Podemos ir primero a mi cafetería favorita que queda casi al frente del parque.

-Bien, espero me sorprendas, nos vemos a las diez y media. ¿Te parece buena hora? –asintió, nos despedimos y colgamos.

Mi emoción era algo palpable, por fin íbamos a salir. Tomé el teléfono y le dejé un mensaje a Alexander avisando que iría más tarde al estudio ya que tenía cosas que hacer, no me contestó así que debía estar durmiendo. Me bañé, me vestí con un hoodie de Angel Wings, bermudas y zapatos deportivos, quería estar cómodo, pero sin perder estilo. Le envié mi ubicación por mensaje y mientras la esperaba, estaba cruzando los dedos para que no estuviese tan hermosa que me tendría que bajar del auto y cambiarme para estar más o menos parecidos, pero eso era imposible, ella era de otro planeta para mí.

El mayor detalle no era que me parecía la mujer más hermosa que había visto o con la que había salido, porque en mi vida, debido al estatus que ella se encargó de remarcar, logré salir con auténticas bellezas de distintos medios, tampoco era la de mejor cuerpo, ni con el cabello más precioso, todo esto hablando objetivamente, pero en mi cabeza, su rostro, sus ojos, su cabello, su figura, su elegancia natural, su voz, sus expresiones, su risa, su actitud, absolutamente todo lo que era ella en conjunto, la hacía, ante mis ojos, la mujer más hermosa en todos y cada uno de los aspectos que se pueden tomar en cuenta desde el exterior, por eso estaba tan hambriento de conocer su interior.

Demons Behind My NeckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora