Capítulo 16 - Loverman

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-Aryeh-

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-Aryeh-

Heaven or Hell, los dos caminos se formaban frente a mí.

Habían sido unos muy pesados tres días en los cuales nada me motivaba, ni siquiera beber o fumar que habían estado siendo mis acompañantes. Apenas y los probaba para calmar la abstinencia. No hice más que trabajar en todo lo relacionado al álbum en esos días, como si mi desánimo se hubiese estado traduciendo en creatividad. Producía hasta la noche en el estudio y terminaba hasta muy tarde en casa, le había quitado el polvo a mi estudio personal y me estaba adaptando a usarlo. No había letras circulando por mi cabeza esos días, ya que los sentimientos no me acompañaban, pero sí sonidos que lograban ambientar mis días, tratando de expresar el idioma más profundo de mi alma en ellos.

Por la tarde antes de irme del estudio, iba a encender mi primer cigarro del día para apagar esos malditos susurros en mi cabeza antes de que se manifestaran y me ahorcaran, aunque si alguien en ese instante me decía que no estaría con ella nuevamente, hubiese aceptado que me rompieran el cuello.
Mi encendedor estaba vacío así que abrí la gaveta bajo el teclado y encontré uno de repuesto, lo tomé encendí mi cigarro y cuando lo iba a guardar nuevamente, había una nota debajo, la tomé y con solo ver su tamaño recordé de qué se trataba.

-"Me hubiese gustado que al menos me hubieses esperado para despedirnos, así que te mando con tu querido amigo mi número, ya que insististe bastante para obtenerlo" –leí en voz alta. Un frío recorrió mi medula espinal al evocarla en mi mente-. La voz de la tentación... –me tomé la molestia de bautizarla mientras guardaba la nota en el bolsillo de mi pantalón y me iba a casa.

Una vez allí, observando la luminosa ciudad a través del ventanal frente a mi habitación. Con el teléfono y la nota en ambas manos, me digné, luego de darle muchas vueltas, a marcar ese número en mi pantalla y darle al botón verde.

-¿Qué demonios estoy haciendo? –me preguntaba mientras escuchaba repicar a través del altavoz. Su voz emergió del otro lado y al instante tranqué. Me había arrepentido, pero ya era demasiado tarde. Me envió un mensaje burlándose.

-Créeme que no recibo llamadas ya que todo el mundo que me conoce sabe que las odio, por eso no tienes donde ocultarte, querido Aryeh –decía el mensaje.

Suspendí el teléfono y me adentré en mi habitación arrojándolo contra la sabana y casi corriendo al baño a lavarme la cara, me estaba dejando llevar por los impulsos de no tenerla a mi lado, pero ¿acaso tenía la mínima lógica recurrir a otra mujer? Y no solo otra mujer, sino ¡esa! Mujer precisamente, para calmar mi incendio. No la había, pero como muy pocas cosas en mi vida tenían lógica, en especial mis estúpidas y muchas veces carnales decisiones. Tomé el teléfono y le marqué, no sin antes beberme un vaso de whisky entero en velocidad record y encenderme un puro, necesitaba algo agrio para mantenerme enfocado en lo que iba a hacer.

-¿Volverás a cortar? –preguntó nada más contestar, su voz era igual de pícara y sensual por teléfono.

-Solo quería confirmar que este era tu número y no algún juego, Natasha.

Demons Behind My NeckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora