Capítulo 10 - Welcome To Paradise

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-Aryeh-

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-Aryeh-

El miedo de dejar entrar a alguien a mi palacio siempre me persiguió, pero contigo era un incesante deseo de poder lograrlo...

Mi imaginación solo la moldeaba a ella, la tendría para mí por un día entero, en mi casa, en el lugar que guardaba hasta lo más profundo de mí, donde se plasmaban físicamente mis éxitos y muchos de mis recuerdos. El simple hecho de imaginarme abriéndole la puerta hacia mi interior, me aceleraba el corazón de manera desproporcional.

A las diez en punto debía estar JoJo en su casa y yo desde un par de horas antes estaba despierto, tenía cosas que preparar, que guardar, que acomodar. Había despedido a todos los que trabajaban en casa y ese fue el primer momento en el que me arrepentí de haberlo hecho ya que me tocaba ser un anfitrión cinco estrellas y estaba solo.

Todo arreglado y preparado, me dediqué a preparar el desayuno, afortunadamente cocinar se me daba bien a pesar de haber tenido cocineros por años. Mientras preparaba un desayuno variado entre dulce y salado, el timbre sonó y mi corazón dio un salto. Yo no estaba arreglado en lo absoluto, tenía una vieja camiseta sin mangas, unos shorts bastante deteriorados, pero hacían que dormir fuese de las cosas más placenteras, despeinado y con somnolencia en el semblante. Era JoJo, se reportó por el comunicador de la entrada, corrí para avisarle que entrara y me devolví a la cocina, en ese momento odiaba tener una mansión, tanto ajetreo para recibir solo a una persona no era normal, pero era ella, la persona más importante que podía recibir, tenía que esforzarme el doble.

Escuché la puerta abrirse y yo me apresuré a sacar todo del fuego, escuchaba los pasos hacia mí y su voz arropó mis oídos.

-¿Aryeh? ¿Dónde estás? –su voz erizaba mi piel solo con brotar de sus bellos y carnosos labios. Fue inevitable recordar la escena, por lo que toqué los míos con anhelo de los suyos y sonreí.

-Que el olor te guíe –dije escuchando sus tacones impactar el suelo cada vez más cerca.

Cuando el sonido se detuvo, sabía que había llegado, sentía su mirada en mí, yo por mi parte estaba terminando de adornar los platos como podía, los tomé con cuidado como si no me hubiese dado cuenta que ella estaba ahí y al momento que mi mirada se cruzó con la de ella, todo se detuvo, sentía que mis brazos cederían de la impresión y se caerían al suelo, estaba estupefacto. Era un look veraniego, pero a la vez elegante, aunque todo lo que ella se pusiera desplegaría su innata elegancia. Tenía el cabello suelto, una blusa de tirantes azul oscura con unos lentes de sol colgados de su escote, pantalón holgado blanco, tacones blancos y un bolso que trataba de ocultar ya que no combinaba en lo absoluto con lo demás. Me había vuelto pedazos y ni siquiera la había saludado.

-Te ves... hermosa... –musité de forma que sintiera el anhelo en cada una de mis palabras. Sus cachetes se coloraron al instante y bajó la mirada por un segundo, luego sonrió y me volvió a mirar.

Demons Behind My NeckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora