Capítulo 31 - La Vista Alta Desde el Borde del Precipicio

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-Emma-

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-Emma-

¿Cómo debía sentirme luego de verte salir roto?

La imagen de verlo salir por esa puerta sin yo poder detenerlo, me destruyó totalmente, pero debía reponerme a como diese lugar, después de todo, las responsabilidades no iban a desaparecer porque estuviese golpeada. Era algo que tristemente no deseaba comentar a nadie, era algo muy difícil de decir sin resquebrajarme y aunque sabía que Erica no me juzgaría, si me diría cosas que no quería escuchar, cosas como que me olvidase de él o que era un caso perdido y muy seguramente lo más sensato era pensar eso...

Los días siguientes corrieron con normalidad excepto en los momentos de soledad, eran un auténtico suplicio. Evocaba la escena, las palabras, mi dolor, su dolor, todo. Afortunadamente el movimiento del trabajo me mantenía ocupada en diferentes cosas: Reuniones, ideas, llamadas para obtención de contratos y mis más seguidos encuentros con Jacob en la casa de mamá. Nos habíamos estado acercando lentamente, pero ni siquiera lo sentía como amigo, me caía bien, pero para ese tiempo él era el hijo de Morgan, solo eso.

Normalmente no interactuábamos mucho cuando estábamos solos ya que únicamente era capaz de responder a sus conversaciones, más no hacerlas fluir, pero a pesar de todo él lograba distraerme por momentos, lo cual era agradable. Un día mientras lavábamos los platos y él se dispuso a entablar conversación conmigo, mis ojos estaban oscurecidos, el estrés se notaba en mis expresiones corporales y todos lo veían, pero no me lo decían para evitar incomodarme, excepto mi mamá, que obviamente siempre sabía lo que me pasaba.

-¿Está duro el trabajo? -preguntó viendo mi perfil.

-Iniciar algo siempre es complicado -respondí sin voltear a sus ojos, concentrada en secar los platos.

-Concuerdo contigo, recuerdo que cuando empecé la carrera, había una chica, mi pareja en ese entonces. Era todo muy complicado de sostener, no soy bueno manejando varias situaciones difíciles o por lo menos no lo era en aquél entonces. Luego la carrera se encargó de forjarme. Al inicio es como si todo fuese más difícil de lo que imaginabas, pareciera que toda esa felicidad que tenías antes de empezar, era tan solo la de llegar a la meta y no la de disfrutar el camino... -su narrativa me había obligado a verlo ya que me pareció interesante-. Lo siento, me dejé llevar...

-No te disculpes, no dijiste nada malo. La verdad que me identifico un poco con lo que dices, pero aquellos que se rinden son los que nunca se pueden levantar -esa piedra iba dirigida a alguien en especial que me costaba no imaginarlo y mucho más no desearlo. Hubo un pequeño silencio por mi parte para después de borrar su imagen, continuar-. Y tú no te rendiste por lo que veo -finalicé con una leve sonrisa que se transmitió a su rostro.

-No y me alegro de no haberlo hecho.

Seguimos lavando los trastes y al terminar salí a tomar el aire, pues era algo que siempre me gustaba hacer en casa de mamá, sentía que limpiaba y despejaba mis pulmones y en especial mi cabeza. Escuché la puerta tras de mí y sabía era él. Se puso a mi lado observándome de reojo con cierta vergüenza y algo de nervios.

Demons Behind My NeckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora