-Aryeh-
Déjame hacerle el amor a ella mediante ti...
El viaje a casa fue callado, yo dejé de llorar poco después y no emití palabra alguna hasta que me nació compartir todo. Mi compañero no habló, simplemente me dejó liberar la carga. Siempre prefería el silencio antes que usar palabras vacías.
Entramos en L.A. nuevamente y en un suspiro dije:-Welcome to Sin City.
-No es un mal nombre para una canción -contestó Alexander tratando de distraerme.
-A lo mejor ya existen unas trescientas con ese mismo nombre.
-Eso... también es verdad. Será mejor que pienses en otro -me trataba con normalidad, eso me tranquilizaba.
-Gracias -volteó a verme de reojo mientras yo miraba hacia la carretera-. No necesitaba que alguien me diese ánimo, solo necesitaba desahogarme.
-Te conozco lo suficiente como para saber eso. No te puedo decir qué hacer a partir de ahora, después de todo, es un tema delicado que tendrás que pensar con la cabeza en la almohada -asentí convencido de ello-. Lo que sí puedo decirte es que aún tenemos mucho trabajo por hacer. Si nos enfocamos como en los últimos días, podemos terminar el álbum mucho antes de lo previsto -por un momento había olvidado por completo la mayor responsabilidad con la que cargaba.
-Tienes razón. Mañana tenemos una reunión con Giovanni, le pondré sobre la mesa todos los detalles que acordamos aplicar -intenté sonar animado, pero fue inútil.
-Yo también estaré ahí, así que meteremos doble presión.
Llegamos a su departamento y nos bajamos para despedirnos. Hicimos nuestro handshake y nos abrazamos, al separarnos me preguntó:
-¿Estarás bien por tu cuenta? -su pregunta me causó cierta gracia-. No seas idiota y responde.
-No seas idiota tú, no me voy a suicidar. Ahora entra y escríbele a Erica, sé que tienes su número y te mueres por hablarle.
-Metete en tus asuntos mejor -dijo mientras me subía al auto-. Nos vemos mañana temprano, no trasnoches que te conozco bastante.
-No prometo nada -contesté bajando el vidrio y arrancando de golpe.
Arranqué y di play a mi álbum favorito desde mi celular. Puse mi canción favorita la cual era una oda al descontrol de siete minutos de duración. Mujeres, alcohol, drogas y el sentimiento de no ser nadie en la vida a presentarse por todo el mundo, parecía un resumen de mi vida.
Las luces de las calles eran las únicas acompañantes que tenía aparte de mis difusos pensamientos y el revoltijo de demonios danzando al son de la canción.
Era bastante tarde y mi teléfono empezó a sonar sacándome del oscuro trance en el que me había sumergido. Del otro lado emergió la tentación en persona...
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Demons Behind My Neck
RomanceEn una vida de lujos y fama mundial. Aryeh Allard, una superestrella de la música, debe enfrentarse a la peor cara de la industria, esos problemas que él apoda como: "Demonios". La presión, los compromisos, la poca privacidad y los vicios, son un p...