-Aryeh-
El primer paso para encarar la pesada realidad, es asimilándola.
La semana transcurrió y estaba motivado como hace tiempo no lo estaba. Logré hablar con Alexander y me contó lo suyo con Erica y la verdad se me hizo graciosa la situación en cómo se conocieron y en que de la nada estaban formalizando algo, pero no lo culpo al ser una chica linda y según las palabras de Alexander, bastante interesante.
Había tenido la semana libre, pero no la utilicé para muchas cosas, solo hacer ejercicio, leer, producir y descansar. Tenía la mente en paz. Solo hablé con Emma para saber el estado de Celia, la cual se encontraba bastante bien y sin ningún otro susto, aun adaptándose a su nuevo estilo de vida.
No había podido verme con Natasha ya que había estado ocupada, por lo que me enfoqué en avanzar en varias partes del álbum, reuniendo ideas de estéticas, de videoclips, temáticas, sin contar la parte musical obviamente. Todo estaba calmado, incluso mis demonios, los cuales había asumido le tenían miedo a la presencia de Emma, ya que, con solo verla una vez, desaparecían por un buen período de tiempo.
Al poco de despertar, Natasha me llamó de improvisto y hablamos por un rato, contándome acerca de su semana y lo que la había tenido ocupada que había, yo no me opuse a exponer mi semana y mi motivación extra los últimos días, claro, sin explicar el motivo que había detrás.
-¿Quieres hacer algo hoy en la noche? -me preguntó con ligereza, esa ligereza tan sensual que ya me hacía estar preparado para decir que sí.
-Soy un desastre... -respondí por lo bajo entre risas.
-¿Qué pasa? -me preguntó confundida.
-Nada, es solo que siempre eres tú la que me invita a hacer cosas y yo no tengo la decencia de hacer lo mismo. Iré por ti a las ocho.
-Ni siquiera te he dicho que vamos a hacer, tampoco la hora -quedé en completo silencio mientras ella se carcajeaba de mí-. Y sí, eres un desastre, no te queden dudas de eso -completó.
-Tus planes siempre son a esas horas y me mantienes hambriento hasta que llegue la hora indicada de tus eventos o lo que sea. Eso es una explotación perfectamente denunciable -afirmé en tono jocoso.
-Que conste que yo también estoy hambrienta en esos momentos. Y no, no es ningún evento. ¡Mientras no me dejes de interrumpir, entonces no podré decirte para dónde vamos! -exclamó riéndose entre medias al igual que yo.
-Ok, ok... sorpréndeme.
-¿Te gusta el básquet?
-No me jodas... -dije en un suspiro para luego carcajearme.
-¡¿No te gusta?! Porque si no voy contigo se perderán las entradas para el partido de esta noche.
-Sí me gusta, pero digamos que no soy tan fan como a lo mejor crees, de igual forma no puedo negarme a ir, todo en vivo es mejor -expuse para que relajara.
-¿Por qué eres tan impredecible? Pensé que al menos podrías tener ese toque de normalidad de que te gustasen los deportes -expresó con decepción en su voz. Parecía estar emocionada de haber comprado esas entradas.
-Natya... Nada de lo que queda de mí es normal -el silencio arropó la llamada por completo hasta que la sensualidad en su voz emergió desde el fondo.
-Lo sé... por eso me gusta estar contigo -musitó sacándome una sonrisa.
-¿A qué hora es el partido?
-Nueve.
-Entonces te buscaré más temprano. Te pido que estés lista antes ¿ok?
-Me estás pidiendo mucho -expuso riéndose para colgar la llamada luego de eso.
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Demons Behind My Neck
RomanceEn una vida de lujos y fama mundial. Aryeh Allard, una superestrella de la música, debe enfrentarse a la peor cara de la industria, esos problemas que él apoda como: "Demonios". La presión, los compromisos, la poca privacidad y los vicios, son un p...