Capítulo 15 - Grieta

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-Aryeh-

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-Aryeh-

Déjame entrar...

Traía una camiseta blanca, un blue jean roto y unos zapatos deportivos, no se arregló demasiado para verme y eso me hacía sentir que había confianza. No pude evitar sonreír ligeramente al verla y me puse de pie. Se me acercó lentamente y nos abrazamos, yo aspirando la esencia en la raíz de su cabello y ella escondiendo su rostro en mi cuello, nos separamos un poco y le acomodé los mechones detrás de las orejas, hoy su cabello estaba partido hacia ambos lados justo en la mitad y traía una cola larga que llegaba a la mitad de su espalda.

-Esto es un poco inesperado -expresé aturdido.

-Imaginé que estarías aquí sino hubiese tenido que ir hasta tu casa -sonreí ligeramente al notar sus ganas por encontrarme, le indiqué con un ademán que se sentara en el mueble y yo hice lo mismo a su lado-. ¿Qué tal todo?

-Agotador como todo inicio de álbum, ya sabes, definir la estética de vídeos promocionales y videoclips, componer, producir, ensayar, crear una narrativa de todo, etcétera... ¿Y a ti como te ha ido?

-Agotador también, hemos tenido cada vez más trabajo desde que ustedes han aparecido en lugares importantes. Por cierto, pensé que ese tonto estaría aquí -me causaba mucha gracia que lo insultara, tenían esa clase de confianza.

-Quiso tomarse un día de descanso, pero yo... simplemente no he podido -fijé mi mirada en la mesa frente al amplio sofá-. No he dejado de pensar en lo sucedido -la miré y se le notaba incomoda, pero tenía que decírselo, no habría rodeos por mi parte-. Fue algo tan... especial... que es como si hubiese quedado marcado en mí.

-Aryeh... -me detuvo al decir mi nombre con la mirada fija en sus piernas, luego la levantó y me observó con seriedad-. Lo que pasó no debía pasar... me dejé llevar y... fue una estupidez de mi parte... -sentí como algo en mi interior se contrajo hasta el punto de ahogarme, pero de repente una sarcástica risa surgió de mi boca mientras negaba con la cabeza gacha.

-El alcohol no fue más que una excusa, Emma -lucía como si mis palabras le hubiesen dado un golpe de realidad-. Tú lo sentiste, las chispas, la conexión, la pasión, la intensidad, todo eso lo sentiste ¿y ahora me dirás que no debía pasar? Por favor, no puedes engañarme y menos a ti misma -su rostro se endureció, estaba preparada para confrontarme y yo para morir defendiendo la realidad que habíamos compartido.

-¿Qué sabes tú lo que sentí?

-Porque los ojos de las personas no mienten -aseguré poniéndome a tan solo centímetros de su rostro-. Y los tuyos me deseaban, me pedían que no me detuviera, que siguiéramos así para siempre, al igual que los míos te dijeron lo mismo. No hubo sexo, hicimos el amor, Emma -estuve observándola fijo por varios segundos hasta que ella bajó la mirada, ese gesto me hizo levantar, mientras me frotaba la cara con ambas manos-. ¿Qué ocultas? -increpé y me miró asombrada-. ¿Qué es lo que tanto guardas ahí dentro que no dejas que las cosas entre nosotros avancen? -su rostro presentaba una guerra de emociones interna y un nudo en la garganta que le impedía ser honesta.

Demons Behind My NeckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora