-Aryeh-
Un antes y un después en el Wynn...
La jornada de grabación fue intensa los días antes de irme con Natasha, pasábamos hasta doce horas allí metidos y afortunadamente estábamos inspirados para hacerlo. Ya en el viaje sería una semana entera sin grabar, me lo había prohibido y Alexander estaba de acuerdo, aunque no en mi acompañante...
-Sigo refutando tus decisiones –dijo en referencia a seguir con Natasha a pesar de que ambos sabíamos no era lo que yo deseaba, lo hacía por ella y por verla feliz-. Pero después de todo ya es cosa tuya...
-Debiste verla, su cara valía para enmarcarla, era la felicidad en estado puro –una pequeña sonrisa se me escapó mientras la recordaba.
-El cantante mala conducta y rompecorazones ahora está en una parada amorosa.
-Ni siquiera yo mismo me entiendo –reflexioné dejándome caer en el sofá del estudio tapándome los ojos con el antebrazo-. Natasha no merece que la use solo para mantenerme despierto. Por eso mismo quiero verla feliz.
-¿Hasta que llegue el día que seas incapaz de hacerla feliz sin tú mostrarte mal? Amigo, tengo que decírtelo, pero a la larga esta felicidad no es más que una farsa que tarde o temprano se terminará y puede que le pese más –a pesar del dolor, siempre decía lo que pensaba y eso me ayudaba a asimilar las cosas por lo que eran, sin arreglos y sin anestesia-. Ni ella se merece eso, ni tú te mereces el castigo que te impones por su supuesta "felicidad".
Intenté responder, pero no pude, solo me levanté, me estiré y le di una palmada en el hombro para sentarme a su lado y terminar de criticar y arreglar los proyectos que habíamos estado avanzando durante la semana.
Llegó el día. La disquera nos dio uno de los aviones privados, ya que se negaron rotundamente a dejarme ir manejando. Un detalle raro y un poco gracioso es que, el estrés de las presentaciones o las giras en sí, me ayudaban a controlar mi miedo a las alturas, al tener únicamente entre ceja y ceja como serían las presentaciones, lo que cantaría, mis pequeñas practicas vocales en el camino e incluso cuando me ponía a ver mis propios conciertos para probar cosas diferentes o repetir cosas que me gustaron e incluso corregir mis errores. Por lo que, al subirme a uno por la razón de un viaje de desconexión, me tenía asustado.
-Dame la mano –pedí a Natasha luego de tomar aire.
-¿Le tienes miedo a las alturas? –preguntó riéndose, la emoción la tenía risueña. Se había teñido el cabello de rubio platino otra vez y se veía igual de hermosa que la primera vez que nos vimos.
-Cuando es un viaje sin compromiso, sí. Cosas de músicos, no me preguntes –comenté tratando de reír. Sentí sus dedos entrelazarse con los míos y su mirada encima de mi perfil mientras mantenía los ojos cerrados. No me soltó hasta que despegamos.
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Demons Behind My Neck
RomanceEn una vida de lujos y fama mundial. Aryeh Allard, una superestrella de la música, debe enfrentarse a la peor cara de la industria, esos problemas que él apoda como: "Demonios". La presión, los compromisos, la poca privacidad y los vicios, son un p...