Capítulo 4

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- Wey... ¿Por qué estás nervioso? Es la fiesta de su mamá, no la suya, quieres una novia, no una sugar mommy

- No, es solo que... presiento que algo va a pasar

- ¿Bueno o malo? Más vale que sea bueno hijo de tu puta madre porque yo vengo contigo y pase lo que pase, sea bueno o malo, yo voy a quedar embarrado -Amenazó señalándolo con el dedo índice.

- Bienvenidos a bordo, les habla su capitán... -El capitán comenzó a dar las instrucciones a través de las bocinas antes de despegar.

- Vaya... Los pudientes les dicen -Bromeó Mario al observar todo el avión privado de su amigo- Si te casas con ___, entre ambos tendrán dinero de sobra para comprar quince de estos... O probablemente más

- Descuida -Boggi se estiró un poco para palmear su hombro- Cuando estemos casados, te obsequiaré uno -Bromeó.

Después de varias horas de viaje, finalmente llegaron al hotel donde se instalaron perfectamente. El Camino Real Fashion Drive Monterrey, no podía ser otro hotel donde los Gnatovich y su invitado se hospedaran. Boggi y su amigo compartían habitación mientras el señor y la señora Gnatovich se quedaban en la de al lado.

- ¡Shot la cama cerca del baño! -Gritó Mario mientras entraban a la habitación.

- Como quieras -Respondió Boggi divertido mientras él se colocaba en la cama cerca de la ventana.

- ¿Y bien...? -Preguntó su amigo recostándose a su lado.

- ¿" Y bien" qué? -Preguntó confuso.

- ¿Cuándo la piensas llamar? Dah -Respondió obvio.

- Amigo, la veré hoy en la fiesta, si la llamo creerá que soy un intenso

- Eres un ridículo... Al menos préstame tu móvil, me quedé si batería y mamá me pidió que le avisara cuando llegara

Boggi inocentemente sacó su móvil del bolsillo y se lo prestó a su amigo. Mario comenzó a buscar entre los contactos del ruso el número de la chica mientras él encendía distraídamente la TV. Unos segundos más tarde, finalmente encontró el número de ___ y lo marcó, sonó una, sonó dos y finalmente respondió.

- ¿Hola? ¿Bog? -Su amigo apresuradamente alejó el teléfono de su oreja para colocarlo rápidamente en la de Boggi. Él miró a Mario confuso hasta que la chica volvió a hablar y sus ojos se abrieron a tope- ¿Boggi estás allí? -Boggi abrió la boca sorprendido y tomó el teléfono con sus manos para después incorporarse en la cama.

- Ho... Hola -Respondió nervioso mientras Mario trataba de contener la risa.

- Qué extraño que llamaras, nunca lo haces

- Sí, es que... -Calló un momento tratando de encontrar una excusa- Quería decirte que hemos llegado a México hace unas horas

- ¡Qué bien! ¿Ya recorrieron algo?

- N... No -Miró a su amigo sin saber qué hacer y él solo le hacía señas de que la invitara a salir- De hecho... -Tomó una bocanada de aire armándose de valor, cerró los ojos con fuerza y habló- ¿Te gustaría hacer algo? Si es que no estás ocupada

- Seguro -Respondió de inmediato haciendo que Boggi suspirara levemente de alivio mientras Mario festejaba silenciosamente- ¿Dónde los veo? -Al escuchar aquella pregunta se percataron que ella creía que saldría con Bog y Mario, así que lo más inteligente que se le ocurrió al mexicano fue hacer ruidos con su boca como si estuviese vomitando.

- ¿Sabes algo? Es que Mario quedó algo mareado por el vuelo, así que ceo que él preferirá quedarse en el hotel a descansar un poco -Mario siguió haciendo ruidos mientras elevaba sus pulgares dando a entender que era una excusa creíble.

- ¿En serio? Qué mal... ¿Dónde te veo a ti, entonces?

- Umm... Umm... En tu casa, paso por ti -Respondió apresuradamente y Mario frunció el ceño, pues no habían traído auto evidentemente.

- De acuerdo, vivo en San Pedro, te mando la ubicación

- Seguro, te veo en un rato

- Nos vemos -Colgó.

- Eres un pendejo, ¿sabías? -Lo regañó su amigo- No trajimos un auto, ¿cómo la vas a recoger?

- Solo llamaré a un alquiler de automóviles y pasaré por ella

- Sí, claro, ¿qué pasará si no consigues un auto decente a la de ya? ¡Esas cosas hay que hacerlas con tiempo, Bogdan!

- Relájate -El ruso tomó su móvil nuevamente y afortunadamente logró encontrar un auto decente.

(...)

- Mario... -Su voz sonaba temerosa.

- ¿Qué haces, wey? ¿No deberías estar con ___? -Preguntó al otro lado de la línea.

- Estoy nervioso -Confesó.

- ¡Cabrón, no empieces! Es tu oportunidad de que se la pase bien a tu lado y quiera seguir saliendo contigo, no la cagues

- ¡Lo sé, imbécil! ¡Por eso es que estoy nervioso!

- Pues no lo estés, imagina que es una amiga

- ¡No tengo amigas! ¡¿Lo olvidas?!

- Muy cierto... Entonces solo piensa que estás conmigo

- Esto saldrá mal

- No saldrá mal, ¿dónde estás?

- Afuera de su casa

- ¡Pues sal del puto auto y toca la puerta!

- ¡Bien! Gracias por nada -Colgó.

Respiró profundamente un par de veces con los ojos cerrados y se percató de que sus manos estaban temblando, ¿qué tenía está chica que lo ponía tan nervioso? Tronó sus dedos para calmar un poco el temblor y sin pensarlo más, bajó del auto. Una vez fuera de su puerta, tocó el timbre y casi al instante una señora de edad avanzada abrió la puerta.

- Buenas tardes, joven -Saludó- ¿En qué puedo ayudarle?

- Buenas tardes, estoy buscando a la señorita ___

- ¿Quién la busca?

- Bogdan Gnatovich

- Bogdan... ¿Qué? -Preguntó confusa a lo que Boggi solo esbozó una sonrisa al encontrar divertido que no supieran pronunciar su apellido.

- Solo Bogdan

- Pase por favor -La señora le abrió camino para que entrase mientras ella subía las escaleras para buscar a la chica.

La casa era hermosa, era amplia y con muchas ventanas, algo que hiciera la casa bastante luminosa, había fotos y adornos por todos lados, dado que era la casa de su madre y vivía sola, debía extrañar demasiado a su familia, así que seguro llenaba la casa con fotografías. Minutos después, se escucharon pasos por las escaleras, algo que hizo que Boggi sintiera cómo se le aceleraba el corazón. Finalmente, la figura de ___ apareció frente a sus ojos dejándolo perplejo, la había visto tan solo hace unos días, pero sentía que no la hubiese visto en años.

- Hola, Bog -Saludó con una sonrisa en su rostro.

- Hola -Respondió de la misma manera.

- Voy a salir, María -Le dijo amablemente a la empleada- Si vuelven mis padres, diles que volveré antes de la fiesta

- Si, señorita -Respondió la señora.

- ¿Vamos? -Preguntó está vez dirigiéndose a Boggi.

- Claro que sí

Her Love in PercentagesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora