Capítulo 25 - Maratón ⅕

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Dos semanas habían pasado desde su primera cita y cada vez la conversación entre ambos salía un poco más normal y fluida, incluso había logrado reír con él sin tener que forzarse a sí misma, pero eso no quitaba el hecho de que aún extrañara a sus gemelos, quienes cada vez la buscaban de una manera más desesperada.

Su prima finalmente tuvo que regresar a los Estados Unidos, pero a diferencia de la otra vez, el contacto entre ellas permaneció. Todo iba bien por esos días dentro de lo que cabía, a excepción de que a Boggi se le había metido a la cabeza la idea de besarla. No lo expresaba abiertamente debido a que no quería presionarla más de lo que ya lo había hecho al forzarla a casarse con él, sin embargo, ella ya lo había notado, pues Boggi no era precisamente sutil con sus deseos. Lo había atrapado en varias ocasiones mirando sus labios cuando hablaba y completamente disperso a lo que decía.

También rondando esos días se había vuelto más cercana a Mario. Después de aquella pequeña plática con él afuera de la oficina del director, ella comprendía que el amigo del imbécil con el que se casaría no tenía la culpa de nada.

- ¿Qué quieres hacer hoy? -Él regresó casi de inmediato a la realidad cuando la escuchó hablándole.

- ¿Eh? -Ella lo miró confundida.

- ¿Qué te sucede, Boggi? Últimamente estás demasiado distraído

Boggi sonrió ante su comentario, pero no quiso decirle el motivo de su distracción; hace unos días había notado un auto negro con vidrios polarizados siguiéndolos a todas partes.

Al inicio creyó que podría tratarse de los padres de ___ y sus espías, pues desde lo que ella le había contado, le parecía algo razonable, sin embargo, no tenía sentido que la espiaran mientras estuviera con él, puesto que se suponía ellos estaban de acuerdo con el tema.

- No es nada -Sonrió para brindarle seguridad.

- ¿Entonces no haremos nada hoy? -Repitió algo sorprendida.

- ¿Algo como qué? -Alzó sus hombros sin saber porqué la necesidad de hacer algo precisamente ese día.

- ¿Es en serio, ruso? -Lo miró casi indignada- ¿Qué acaso en tu país no se celebra el día de San Valentín?

- Sí, pero... -De pronto cayó en cuenta del día abriendo sus ojos como platos.

- Se supone que soy yo la que no te quiere, ¿cómo es que ni siquiera notaste que hoy es San Valentín? -Boggi rio.

- Lo siento, la verdad es que sí he estado bastante distraído -Miró en dirección donde anteriormente estaba el auto, pero ya no se encontraba allí- Da igual -Volvió su mirada a ella- ¿Qué quieres hacer? -Sonrió.

- No lo sé, pero... he decidido que para demostrarte que en verdad estoy dispuesta a que esto funcione, te tengo un regalo -La miró sorprendido.

- ¿Un regalo? ¿Para mí? -Ella asintió sonriendo orgullosamente- ¿Qué es? ¿Un beso? -Bromeó al saber que obviamente no sería eso.

- Ew, no -Hizo una cara de asco que hizo reír a Boggi.

- Entonces... ¿usarás el anillo? -Preguntó esperanzado.

- Tampoco -Negó con la cabeza.

- ¿Entonces? -Apoyó una de sus manos sobre el césped dejando caer todo su peso sobre ella.

- Toma -Sacó una pequeña caja roja de su mochila y se la extendió.

- ¿Qué es?

- Pues ábrela, dah -Respondió obvia y él así lo hizo esbozando una sonrisa. Dentro de la caja había un reloj Patek Philippe edición especial- Realmente no sabía qué regalarte, pero le pregunté a Mario qué podía darte y me ha dicho que la única marca de relojes que te gusta es esa, y... supuse que no tendrías la edición especial -Boggi miraba asombrado el reloj.

- ¿Cómo has hecho para conseguirlo? -La miró sorprendido y ella sonrió- Creí que está edición ya se había agotado -La chica se alzó de hombros.

- Un amigo de papá trabaja allí, no tardé más de tres días en conseguirlo

- Sí que te has lucido -Se abalanzó sobre ella con delicadeza y la rodeó entre sus brazos, pero ___ no le correspondió. Aún se sentía un poco extraña cuando él le daba muestras de cariño- Gracias -Se separó muy apenas de ella quedando a una distancia demasiado corta, y como en los últimos días, la mirada de Boggi se detuvo en los labios de la chica- Muero por un beso tuyo, ¿sabes?

- Ruso -Habló con tono de advertencia y él sonrió mientras se alejaba de ella.

- Lo sé, lo sé -Después de un breve silencio, volvió a hablar- Mi regalo superará el tuyo -Bromeó haciéndola reír.

- Sí, claro. Ni siquiera has recordado qué día era hoy

- Te sorprenderé, ya verás

- Eso espero

- ¿Adónde deberíamos ir hoy?

- Como castigo por haber olvidado San Valentín, lo justo es que seas tú el que planee todo -Él arqueó sus cejas.

- ¿Justo? Yo llevo preparando y organizando cada cita que hemos tenido -Rieron.

- Bueno, entonces la de hoy deberá ser mejor -Bromeó ella.

Y claro que no se había olvidado de su adorado rubio. Se sentía terrible por no poder acercarse a él en el día que se supone se festejaba el amor. Cada año hacían algo especial, pero este no lo pasaría con él sino con Boggi y eso le partía el alma, aunque igual no podía quedarse de brazos cruzados.

Entre el cambio de clase, colocó un avión de papel entre las rendijas de su taquilla. Para ambos, el significado de este simple origami era muy importante, pues cuando los gemelos y la chica tenían trece años, ella se quedaba a dormir en casa de los Martinez muy seguido, pero tanto ellos como ___ tenían prohibido ir a la habitación del otro por la noche. Sin embargo, Ivan y la chica jamás querían separarse, puesto que un año atrás había comenzado su inocente romance. Así que para comunicarse sin despertar a nadie en la casa, solían arrojarse aviones de papel por el pasillo con notas escritas.

(...)

Cuando Ivan llegó hasta su taquilla completamente desanimado por el mismo motivo que ___, notó que algo de papel salía por las rendijas de este. Un poco confundido sacó lo que resultó ser un avión de papel y de pronto su corazón palpitó emocionado al saber quién había dejado eso ahí.

Desdobló la hoja sabiendo que encontraría un mensaje:

Siempre serás tú el amor de mi vida... Feliz San Valentín, te amo.

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Subiré el segundo capítulo del maratón hoy a las 5:00 pm.

Her Love in PercentagesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora