Capítulo 48

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Después de aquella conversación sentimental, Ivan había caído dormido al igual que su hermano. Por otro lado, ___ seguía sin poder cerrar un ojo. Le atemorizaba que su chico finalmente descubriera la verdad, pero más que nada, se sentía culpable. Casi como si fuera un crimen, sentía que el tener sentimientos por Boggi no era algo que Ivan se mereciera. Él merecía ser amado cien por ciento, no a medias ni a cuartos, y se esforzaría por olvidar al ruso, aunque su corazón no cediera a ello del todo.

Sin duda, pensar en todo esto era algo alarmante, pero se olvidó del tema cuando vio algo muchísimo más alarmante. El monitor que mostraba los signos vitales de Ivan tenía algo anormal, no era doctora, pero estaba segura que el pitido acelerado que marcaba la línea de su frecuencia cardíaca no era del todo estable. Poco después de notar aquella anormalidad, la línea que marcaba su respiración también se comenzó a acelerar.

Se levantó de la silla en la que estaba sentada y presionó el botón para llamar a la enfermera.

- Ivan –Lo llamó suavemente mientras acariciaba su cabello para despertarlo.

- ¿Sucede algo? –Emilio despertó repentinamente, un poco adormilado.

- Su respiración y sus latidos no van con normalidad –Explicó lo más calmada que pudo y él dirigió su mirada al monitor.

- ¿Llamaste a la enfermera? –Ella asintió regresando su mirada al otro gemelo.

- Ivan –Lo volvió a llamar y él abrió sus ojos lentamente.

Él miró un poco confundido a su alrededor, pues sentía algo extraño en el pecho, sin embargo, no lograba descifrar qué exactamente. Ambos le preguntaban por su estado de salud, pero él respondía que solo se sentía un poco agitado. Emilio y ___ insistían presionando el botón de enfermería, pero ninguna enfermera había llegado aún debido a la saturación de pacientes en el hospital.

Y entonces lo preocupante sucedió...

Ivan comenzó a sentir una presión en el.pecho seguida de un dolor de cabeza que comenzaba a dejarlo sin aire. Emilio apresuradamente salió de la habitación en busca de ayuda urgente mientras ___ se quedó sosteniendo la mano de su chico en un intento de tranquilizarlo.

- Esto es todo –Dijo de pronto y entrecortado.

- ¿De qué hablas? –Preguntó preocupada.

- Escúchame bien, ___ -La desesperación en sus ojos la preocuparon aún más cuando la miró- Te amo –Entonces entendió lo que estaba haciendo y ella comenzó a negar frenéticamente.

- No, no, no te despidas, por favor –Las lágrimas comenzaron a aglomerarse- Has estado bien, vas a estar bien. En dos días te darán el alta y... -La interrumpió.

- ___, está bien –Le sonrió- Si así tiene que ser, así será –Ella volvió a negar- Solo escúchame –Una lágrima resbaló por su mejilla- Solo una persona... Solo hay una persona que te va a amar tanto como yo lo he hecho durante toda mi vida

- Por favor, no te despidas –Pero hizo caso omiso.

- Tú misma lo dijiste –Acercó su mano hasta su mejilla- Podrías enamorarte de él si yo no existiera

- No digas eso, Ivan –Comenzó a llorar.

- Ámalo, ___... Por favor, ámalo como me amaste a mí, e incluso más –Siguió negando con su cabeza- Me quedo tranquilo de saber... -Respiró profundo- Que alguien como él te cuidará

- Ya basta –Sollozó.

- Aunque odie admitirlo, te ama tanto como yo... así que, por favor, sé feliz

- Ivan... -Susurró.

- ¡Ya viene el doctor! –Emilio entró abruptamente a la habitación, pero se preocupó al ver el estado de su hermano y las lágrimas de la chica- Vamos, hermano, aguanta un poco –Se acercó del otro lado de la cama- El doctor ya viene, solo aguanta –Ivan negó con una sonrisa y ahora su mirada se dirigió a él.

- "Hermano" –Repitió- No pude haber pedido uno mejor que tú –Tomó su mano.

- Vamos –Emilio la sujetó con fuerza- No te pongas sentimental –Intentó bromear- Te arrepentirás de decirme cursilerías cuando estés mejor –Pero inevitablemente una lágrima cayó de su ojo.

- Te amo –Le sonrió- Por favor cuídense –Se dirigió a ambos- Tú no te metas en más peleas, que ya no podré sacarte de ellas –Emilio negó comenzando a llorar- Y tú –Su mirada se dirigió nuevamente a ___- No olvides lo que te he dicho... sé feliz con Bogdan

- Ella será feliz contigo, Ivan. Y tú y yo, seguiremos juntos como siempre –Sentenció Emilio.

- Recuérdenle a mis padres que los amo también... Y ustedes no me extrañen tanto –Bromeó.

De pronto, sus ojos se abrieron enormemente y tomó una bocanada de aire. Ambos lo llamaron, pero apenas soltó un suspiro, sus ojos se cerraron.

En ese momento, el mundo para ambos se volvió más lento; sintieron como abrieron la puerta bruscamente y lo único de lo que fueron conscientes fue de que a ambos los sacaron de la habitación para comenzar el proceso de reanimación.

(...)

Apenas salieron del lugar, sus padres entraron corriendo entre lágrimas, pero los doctores les impidieron el paso y trataron de tranquilizarlos diciendo que harían todo lo posible por reanimarlo. Sus padres permanecieron juntos mientras Emilio lloraba sentado en una silla y ___ quedó de pie en estado de shock.

De pronto, los recuerdos vividos con Ivan golpearon su mente con brutalidad. Cuando jugaban de pequeños, las travesuras, pijamadas, su primer beso, su primera vez, todo el romance y la amistad... Sus ojos, su sonrisa, sin duda se le partió el corazón. ¿Una vida sin Ivan? ¿Cómo era posible? No sabía vivir así, no sin él.

Tenía a Emilio, pero un gemelo no reemplazaba el lugar del otro. Los necesitaba a ambos para que su vida estuviera completa.

No fue consciente de que los veinte minutos de reanimación habían pasado, cuando de pronto los doctores cruzaron la puerta con una cara de decepción. Y en ese momento lo supo, supo que había perdido al amor de su vida para siempre. Justo en ese instante, el shock salió de su mente y las lágrimas cayeron sin cesar, Emilio se acercó hasta ella y se envolvieron mutuamente en sus brazos buscando confort.

Adiós al amor

Adiós a una vida juntos

Adiós a un buen futuro

Adiós Ivan... 

Her Love in PercentagesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora