Capítulo 28 - Maratón ⅘

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- No lo sabemos, solo han llamado para informar eso. Ambos deben ir a la estación de policía para saber los detalles. El problema es que aún son menores de edad, así que hay que esperar a que sus padres lleguen

- De acuerdo, muchas gracias -Palmeó el hombro del guardia que portaba el uniforme de la empresa Gnatovich y el hombre regresó al puesto que se le había asignado

- ¡Señorita Prince! -Exclamó una de las empleadas haciendo que Boggi mirara hacia las escaleras donde se encontraba ella- ¿Necesita algo?

- El desayuno de siempre, por favor -La empleada asintió y se apresuró a la cocina como si su vida dependiera de ello. Todo el personal estaba preocupado por la chica, pues ella siempre había sido amable con todo el mundo y la gran mayoría había servido a la familia Prince desde que ___ era tan solo una bebé de brazos.

- Buen día -Saludó Boggi con una sonrisa.

- Buen día -Respondió ella de la misma forma.

- ¿Dormiste bien? ¿Necesitas algo? -La chica negó.

- Todo bien, gracias por haberte quedado conmigo anoche

- Me lo agradeces como si hubiera sido un sacrificio por mi parte -Ella rio- La policía ha... -Lo interrumpió.

- Sí, he escuchado

- Bien, ahora solo queda esperar -Se acercó hasta besar su frente- Seguro esos tres no pensaron solos, pero te aseguro que nadie que haya sido partícipe de esto quedará libre -La chica asintió.

(...)

Unas horas más tarde, los padres de ambos chicos llegaron a casa de los Prince, aunque más que nada, lucía como una fortaleza con tantos guardias por todo el perímetro.

- ¡Hija! -Su madre fue la primera en correr hacia ella y abrazarla, pero ___ no correspondió el abrazo, pues aún no los perdonaba por haberla vendido como a un objeto- ¿Estás herida? ¿Te encuentras bien? -Se separó ella y la comenzó a revisar con desesperación, pero la chica se apartó de inmediato.

- Estoy bien -Su tono salió un tanto molesto.

- ¿Cómo ha pasado todo esto? -Preguntó su padre colocando una de sus manos sobre su hombro. No la abrazaría jamás, él era bastante frío como para hacer algo así.

- Señor... -Uno de los guardias entró a la casa captando la atención de todos ahí- El informe que ha mandado la policía -Le entregó un sobre.

Tanto él como su esposa miraron lo que decía el informe, y con cada palabra que leían, sus rostros se iba transformando desde uno de preocupación a uno de terror.

- Debemos irnos -El señor tomó a su esposa de la mano y ella asintió- Será mejor que ustedes también estén informados al respecto -Habló dirigiéndose a los padres de Boggi, quienes asintieron igualmente preocupados- En cuanto a ti, ___ -Miró a su hija quién estaba junto al ruso- Quédate aquí con Bogdan, estarás más segura

- Señor, ¿quiere una escolta hasta la estación de policía? -Preguntó el guardia y Prince asintió.

Según lo que la policía informó, no fue fácil obtener información de los tres hombres a los que interrogaron, pero después consiguieron hacerlos hablar. No se trataba de un grupo grande ni nada por el estilo. Después de verificar la información que los presos habían dado, cayeron en cuenta de que solo les faltaba uno más por capturar, sin embargo, se trataba del que era posiblemente más peligroso de los cuatro.

Esteban Mohamed, ex empleado de Prince Corporation, quien había sido despedido por el mismo Prince al descubrir que había robado cerca de doscientos millones de dólares, dejándolo tras las rejas y completamente arruinado. No sabía que finalmente había salido de prisión y encima buscaba vengarse con su hija. La policía le dijo que hacían lo posible por encontrarlo, pero que los mismos tres hombres aseguraban que ni siquiera ellos sabían dónde estaba.

Tanto los Prince como los Gnatovich comenzaron a mover influencias para localizar a Esteban. Habían informado a los guardias que custodiaban la casa e incluso doblaron la seguridad, pues lo peligroso de este criminal no era su fuerza bruta sino su intelecto, pues tenía un CI de 140 y eso lo hacía más astuto para pensar en un plan dónde se llevara a la chica sin que nadie lo supiera.

Los padres de ambos chicos estuvieron de acuerdo en informarles a sus hijos sobre lo que la policía había descubierto para que estuvieran al pendiente de cualquier cosa extraña que ellos llegaran a notar, con las instrucciones de avisar a los guardias inmediatamente. Pero esa información solo logró que la chica se pusiera más nerviosa.

- Otro té de valeriana, por favor -Pidió dándole la taza a la empleada y ella asintió un poco insegura.

- ¿Más té? -Preguntó Boggi sorprendido- ¿Pues cuántos sistemas nerviosos tienes? -Se levantó del sofá- Esta es tu séptima taza

- Trata de tener un asesino en serie que encima es superdotado y veremos cómo lo manejas tú -Iba de nuevo a caminar como loca alrededor de la sala, pero Boggi la sujetó por los hombros para detenerla.

- Oye, no pasará nada -Se acercó a su rostro y como era costumbre cada vez que hacía eso, ___ se quedó inmóvil. Nuevamente el ruso miró sus labios y enseguida regresó la vista a sus ojos, pero el encanto duró poco, aunque esta vez no fue la chica quien lo rompió.

- Señorita -La empleada apareció de pronto con la taza de té y ambos se separaron abruptamente un poco avergonzados- Uy siento mucho haber interrumpido

- ¡No, no! -Se apresuró a decir ella- Muchas gracias por el té -Dijo tomándolo entre sus manos.

- Con gusto, estaré por ahí en caso de que necesiten algo más -'Con lo que acaba de pasar, probablemente otro té' pensó ella mientras bebía de la taza.

(...)

La noche había caído finalmente y los padres de ninguno habían sido capaces de llegar debido a la nevada que cayó de pronto. El clima en Barcelona solía ser cálido, era rara la vez que nevaba, sin embargo, aquella noche había sido una de esas veces y dejó a sus padres teniendo que quedarse en un hotel.

Boggi se había metido a bañar en el cuarto de visitas una vez que ___ había terminado. El horario de trabajo del personal había finalizado, pero debido al frío habían dejado preparada una cazuela repleta con chocolate caliente para los dos. La chica se sirvió una taza y encendió la calefacción debido a que sentía que casi se le caerían los dedos del frío.

El ruso terminó de bañarse en tiempo record, pues no quería dejar a la chica sola ni por un segundo, así que se apresuró en vestir y bajó junto a ella, quien miraba algo en el televisor. Al igual que ___, se sirvió una taza de chocolate caliente y se unió a mirar la película, pero de pronto, tanto el televisor como las luces y la calefacción se apagaron sin motivo aparente. Ambos miraron a su alrededor, pero apenas podían distinguir figuras sin saber con certeza qué eran.

- Se ha ido la luz -Informó Boggi.

- Eso jamás sucede -Se alarmó ella.

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Seguimos a las 6:30 pm con el último capítulo del maratón, peeeeero... Subiré el capítulo habitual de todos los viernes también. Gracias a tod@s l@s que han comentado y votado, me ayuda a saber que sí les está gustando la historia. ❤️

Her Love in PercentagesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora