Capítulo 30

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Ella iba a acercarse a ver cómo iba Boggi, quien seguía en compañía del paramédico que daba los últimos detalles a la herida, cuando de pronto, unas voces bastante familiares se escuchaban irrumpir en la casa.

- ¡Jóvenes, no pueden pasar! -Gritaba uno de los guardias afuera de la casa- ¡Jóvenes, por favor! -Y entonces aparecieron llamando la atención del ruso y la chica.

Ivan fue el primero en entrar, miró hacia todos lados hasta que sus ojos chocaron con los de ella. ___ lo miró sorprendida y después a Emilio quien seguía siendo sujetado por el guardia.

- ¡Suéltame, amigo! -Exclamó Emilio- Bailar en los festivales del día de la madre era menos vergonzoso que esto -Y es que el guardia que intentaba detenerlos era más bajo que ellos y claramente tenía menos fuerza. Se notaba debido a que sujetaba a Emilio por la cintura con mucho esfuerzo, pero él lo llevó igual con sus pies barriendo todo el suelo.

- ¡Está bien! -Dijo Boggi firmemente- Yo me haré responsable -El guardia asintió soltando al gemelo y salió de la casa.

La chica los miró deseosa de tirarse en sus brazos, pero el miedo de que algo malo pudiera pasarles aún estaba en su cabeza. Dirigió su mirada a Boggi rogándole ayuda y él le sonrió mientras hacía un ademán con la cabeza para que los abrazara, dándole a entender que también se haría responsable de ese asunto. Ella le sonrió en agradecimiento y corrió hasta ellos.

Se abalanzó a los brazos de Ivan, quien la sujetó con fuerza haciendo que sus pies dejaran de tocar el suelo. No se soltaron en un buen rato y Boggi ya comenzaba a desesperarse, sin embargo, decidió ser comprensivo y no hacer una escena de celos en ese momento.

Trataba de distraerse con cualquier otro asunto; incluso consideró reabrirse la herida solo para pensar en otra cosa más dolosa que la escena del amor de su vida abrazando a otro chico con tanto cariño.

- Sí, hola -Habló Emilio de pronto- Yo igual he venido y tampoco es como que hubiéramos ido al café en la tarde -Habló sarcástico haciendo que su hermano y su amiga se separaran con una sonrisa, algo que Boggi agradeció mudamente.

- También te he extrañado, bobo -Lo abrazó con la misma fuerza y cariño con la que había abrazado a su hermano, pero a diferencia de con Ivan, el abrazo duró un poco menos.

(...)

- Hemos venido tan pronto nos enteramos -Los tres se encontraban sentados en la sala, mientras Boggi esperaba en la cocina, pues no quería presenciar más abracitos. Afortunadamente aún había bastante gente en la casa y el ambiente no se pondría incómodo de pronto.

- ¿Y cómo...? -Fue interrumpida por Emilio al saber lo que iba a preguntar.

- ¡Mujer! Que tienes a cuatro noticieros afuera de tu casa. Estoy seguro de que se han enterado hasta Nueva Zelanda -Los tres rieron.

- Ya los extrañaba -Acarició el cabello de ambos con una sonrisa melancólica en el rostro.

- Pues tan solo debías coger el móvil para no hacerlo -Reclamó Ivan sin estar molesto realmente.

- He querido hacerlo tantas veces, créanme que si

- ¿Y luego? -Preguntó Emilio.

- Tan solo... debemos estar alejados por un tiempo, ¿sí? -Ambos fruncieron el ceño a la vez.

- Pero, ¿cómo nos pides eso? Nunca nos hemos separado desde los cinco años, ¿por qué de pronto hay que hacerlo?

- Chicos, de verdad que tampoco quiero hacerlo. Las últimas semanas he sentido que los extraño al punto de querer morir, pero es algo que no puedo explicarles justo ahora. Solo prométanme que harán como que no me conocen hasta que yo les diga

- ¿Y cuándo será eso? -Insistió Ivan.

- No lo sé -Respondió ella- Me esforzaré para que sea lo más pronto posible

- ¿Esforzarte en qué? ¿___ de qué hablas? -Preguntó Emilio está vez.

- Chicos, se los suplico, no me hagan esto más difícil... Solo confíen en mí, ¿de acuerdo? Prometo que les explicaré todo en cuanto tenga la oportunidad, solo... ayúdenme a no extrañarlos tanto y no me busquen por un tiempo

- Está bien -Accedió Emilio.

- Bien -Dijo también Ivan.

Después de darse un último abrazo, los gemelos salieron de la casa de su amiga para regresar a la suya. ___ se quedó parada detrás de la puerta unos segundos sin saber qué hacer, miró hacia todos lados sintiéndose un poco perdida, y de pronto sintió que se había olvidado de algo.

Abrió los ojos enormemente recordándolo al fin... '¡El ruso!'

Recorrió la casa que estaba repleta de gente aún, pero no lo encontró por ningún lado, sino hasta que entró a la cocina; el único lugar de la casa donde no había muchedumbre. Se encontraba frente a la barra con su cuerpo totalmente apoyado en ella mientras bebía algo en una taza. Ella se acercó y notó que la cazuela de chocolate caliente ahora estaba vacía.

- Parece que te gustó bastante -Bromeó quedándose junto a él.

- No me pareció correcto robar el alcohol que había en tu casa -Bebió el último trago de chocolate que quedaba en su taza.

- Oye... -Él ni siquiera la había volteado a ver, su mirada era neutra y totalmente enfocada hacia el frente- Gracias por... -La interrumpió.

- No -Bajó la mirada- Si quieres agradecérmelo, no lo menciones -Ella lo miró confundida y finalmente él clavó sus ojos verdes en los de ella, pero había un brillo de tristeza en ellos- Iba a morir de celos si me quedaba ahí, es por eso que he venido aquí y me he bebido todo el chocolate a falta de alcohol

- Bog... -No sabía qué decir realmente. Él apartó su mirada de ella y volvió a mirar al frente.

- No te preocupes, dejará de doler el día que me ames a mí como lo amas a él -No quiso contradecirlo, seguro ya estaba bastante herido y no se refería a los cortes que le habían hecho.

De pronto, Boggi sintió que el pequeño cuerpo de la chica rodeaba el suyo y su corazón comenzó a galopar como loco.

- Gracias... por salvarme hoy -Susurró sin mirarlo.

Her Love in PercentagesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora