Capítulo 8

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Dieron las tres de la mañana y Boggi ya se sentía abrumado en la fiesta. La única persona por la que había asistido estaba en los brazos de otro y parecía que su existencia se había esfumado de su cabeza.

Salió a un balcón con vista al jardín, siendo ese el único lugar donde no había gente. La vista era hermosa y la brisa nocturna era agradable, podía ver hasta el rincón más pequeño del jardín. Pero poco después lamentó el haber salido a mirar.

En lo más lejano del lugar, se podía divisar a Ivan y a ___. Seguro nadie en la fiesta los había notado, debías estar en un punto alto para poder verlos apenas.

Los hombros de Boggi se tensaron ante lo que pudiera pasar en ese ambiente tan íntimo y romántico. Parecía que solo conversaban, pero lo hacían a una distancia muy corta entre sus rostros. Ivan la tenía rodeada por la cintura con sus dos manos mientras ella sostenía su rostro y lo acariciaba con su pulgar. Reían ligeramente sin apartar la vista uno del otro. Boggi se sentía tan celoso en esos momentos que quería bajar y separarlos para después interponerse en medio, pero era obvio que no podía y no debía hacerlo. Aunque lo peor vino unos minutos después, cuando Ivan acercó tanto su rostro al de ella que quedaron fundidos en un beso... Finalmente la pesadilla de Boggi se había cumplido, pues una cosa era saber que se habían besado, pero presenciarlo era algo completamente distinto.

Ella colocó ahora sus brazos alrededor de su cuello mientas él la afirmaba aún más de la cintura para acercarla completamente a su cuerpo. Boggi sentía que iba a morir en cualquier momento, una punzada en su pecho lo amenazaba de muerte, era un vacío indescriptible que jamás había sentido antes en su vida. Era oficial... Su corazón estaba completamente destrozado.

(...)

Él y su amigo abandonaron la fiesta antes que sus padres. Se despidieron de los papás de ___ y le volvieron a desear un feliz cumpleaños a la señora Prince.

Aunque Mario no comprendía del todo el recién cambio de actitud de su amigo, no su opuso ante su deseo de irse, pues se hacía a la idea de por qué no quería seguir allí.

- ¿Me dirás qué pasó? -Preguntó su amigo cuando entraron al lobby del hotel- Boggi -Lo tomó del hombro para que detuviera su paso- ¿Qué sucedió? Ni siquiera te despediste de ___

- Créeme, ni siquiera notará que me he ido

- De todos modos, no entiendo por qué... -Boggi dejó de escuchar a su amigo cuando vio su figura atravesar una de las puertas del hotel.

Cómo era de esperarse, ella ni siquiera lo vio, no sabía que era ese el hotel donde él se estaba hospedando. Lucía tan feliz al lado del chico rubio, caminaban del brazo sin ninguna preocupación. Aunque la verdadera pregunta era ¿por qué estaban los dos solos en un hotel en lugar de estar en la fiesta de su madre?

Los siguió con la mirada hasta dar con una de las recepcionistas. Ivan hablaba con la chica sin soltar el brazo de ___, y minutos después, la recepcionista le entregó una tarjeta que suponía era la llave de una habitación y ambos comenzaron a desaparecer por los pasillos.

Boggi no pudo evitarlo, antes de darse cuenta, ya estaba cediendo ante sus instintos y comenzar a seguirlos. Finalmente, su amigo se percató de lo que estaba sucediendo y el pánico inundó su cuerpo.

- Bog, no lo hagas -Le advirtió cuando emprendió camino hacia ellos- Boggi, escúchame -Suplicó siguiendo sus pasos- No vale la pena. Pero sin importar sus palabras, el ruso estaba empeñado en seguirlos hasta la que fuera su habitación- ¡Bog! -Finalmente su amigo se colocó frente a él impidiéndole el paso y sujetándolo de los hombros.

- Suéltame -Espetó molesto mientras trataba de quitarse las manos de su amigo de los hombros.

- No, Boggi, no estás pensando claramente. Estás celoso y herido, terminarás por arrepentirte luego de lo que sea que pienses que quieres hacer

- ¡No me importa, Mario! ¡No puedo dejar que se vaya con él!

- ¡Sí puedes y es lo que harás!

Lo arrastró como pudo hasta su habitación, pero él seguía más que inquieto, caminaba como loco por toda la recámara imaginando lo que solo Dios sabe que estaban haciendo.

- Wey, estoy seguro de que has caminado unos treinta kilómetros dentro de la habitación, ¿puedes parar ya? Siento que en cualquier momento te vas a desmayar

- Ya pasó una hora, ¿se habrán ido ya?

- No, Bog, no hagas eso. Deja de torturarte solo, ¿quieres?

- No puedo, no sé qué es lo que están haciendo y... -Su amigo lo interrumpió.

- Sí que lo sabes, los viste besarse y ahora están en un hotel... Sabes perfectamente bien lo que están haciendo. Entre más pronto lo aceptes, más pronto lo superarás

- ¿Superarla? -Dejó de caminar en seco- Mario nunca he logrado eso en cinco años, ¿crees que sucederá en una noche, así como así?

- No te queda de otra... Vamos, amigo, solo duerme. Estarás mejor si no piensas en eso y descansas

De alguna forma u otra, Mario lo convenció de que entrara en la cama. Se quitó únicamente el saco y la corbata y se metió en su cama. Mario apagó las luces y poco después, él ya estaba roncando. Por otro lado, Boggi era incapaz de conciliar el sueño, no podía evitarlo, no podía dejar de pensar en las cosas que estaban haciendo esos dos... Primero el beso y ahora esto, lo único que le faltaba a la noche para ser peor, sería que anunciaran un matrimonio entre ellos dos.

De pronto, una idea extremadamente loca e impulsiva visitó su cabeza. Sabía que no era el mejor plan, pero al menos era algo. Había millones de obstáculos e inconvenientes de por medio, pero estaba seguro de que en su vida amaría a otra chica como la amaba a ella y aquella idea que cruzaba por su mente parecía ser el único modo de mantenerla a su lado a costa de lo que fuese...

Her Love in PercentagesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora