Epílogo

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La chica esperó en el vestíbulo mirando el auto de Emilio alejarse, cuando escuchó el ascensor llegar a la planta. Las puertas se abrieron lentamente dejando ver a un Boggi realmente preocupado. Al verla, corrió hasta ella y la envolvió en sus brazos, siendo correspondido.

- ¿Cómo estás? -Susurró.

- Debemos hablar -Se limitó a decir y el chico se separó de ella.

- Vamos arriba -Tomó su mano y la llevó hasta el ascensor privado.

Entraron al elevador y después de unos segundos ya se encontraban dentro del penthouse.

- Yo... -La chica se sentó en el sofá mientras Boggi trataba de encontrar las palabras adecuadas- Te llamé varias veces -Pero eso fue lo único que salió.

- Lo sé, pero no pude contestar porque... -Ls interrumpió y se sentó a su lado.

- No, está bien. Lo entiendo y... lo siento mucho -Dijo honestamente, pues aunque era cierto que Ivan no le agradaba en lo más mínimo, jamás le hubiera deseado la muerte, ni a él ni a nadie- Sé que él y yo no éramos los mejores amigos, pero era un chico maduro y amable -Después de una breve pausa prosiguió- También sé lo mucho que lo amabas -Y entonces ella lo miró- No quiero ni imaginar el dolor por el que debes estar pasando, si algo así te sucediera, yo... -Se detuvo al no poder imaginar la escena.

- Gracias, Bog -Le sonrió a la vez que tomaba su mano y él la miró confundido, no sabía qué le estaba agradeciendo exactamente.

- ¿Por qué?

- Realmente yo no tengo amigos ni amigas cercanas. Los gemelos eran mi mundo entero y, ahora que Ivan ya no está, solo me quedaría Emilio, sin embargo, él no está en condiciones de animarme puesto que está igual o peor que yo -Y no era para menos, después de todo, no solo era su hermano sino que era su gemelo- Pero gracias a ti, aún siento que tengo alguien más en quien confiar -Él sonrió inevitablemente- Es verdad que cuando hablas del matrimonio y la relación te vuelves un dolor de cabeza -Una pequeña risa salió de los labios de ambos- Pero también eres bueno conmigo... la mayor parte del tiempo -Agregó con algo de gracia- Y esa parte de ti es la que me consuela ahora -Quedaron un par de segundos en silencio y él volvió a hablar.

- Tengo algo para ti -Ella lo miró extrañada.

El ruso se puso de pie y caminó a una de las habitaciones. Cuando volvió, tenía una caja entre sus manos y la puso sobre la mesa de centro frente al sofá donde se encontraba la chica. Sin decir una palabra, ella abrió los pliegues y el aroma varonil invadió sus sentidos. Con las manos temblorosas tomó una de las prendas y de nuevo las ganas de llorar se aglomeraron en sus ojos, pero decidió ser fuerte.

- Jamás las quemé -Admitió algo apenado- Aunque me muera de celos, ___ -Levantó su mirada hasta él- Nunca haría nada que te pudiera lastimar... Salvo -Rodó sus ojos- Casarte conmigo -Ella no pudo evitar sonreír.

- Gracias

(...)

Al día siguiente, varias personas vestidas de negro estaban presentes en el funeral del chico, pues había muchas personas que le tenían cariño. Pero sin duda a los que más les dolía, era a sus padres, su hermano y su amada chica, quién se acercó hasta Emilio para darle un abrazo, pero al sentirse envuelto en sus brazos, se soltó a llorar.

- Lo sé, lo sé -Lo aprisionó aún más- Yo también lo extrañaré -Contuvo sus lágrimas, pues debía ser fuerte por toda la familia Martínez.

- Mis padres quieren que sea yo el que hable -Dijo una vez que se separaron- Pero siento que no tendré la fuerza para hacerlo -Admitió temeroso.

- Oye -Tomó su rostro entre sus manos- Nadie lo conocía tanto como tú, eres el indicado para hacerlo y estoy segura de que lo harás bien -Emilio sonrió.

Her Love in PercentagesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora