Capítulo Cuarenta y uno

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-¿Cuánto tiempo estarás donde Jessie? -preguntó mamá al comenzar a conducir. El camino fue silencioso, pero sólo porque apenas podía escuchar mis pensamientos.

-Uhm, no lo sé. Te enviaré un mensaje -dije, abriendo la puerta del auto. Asentí como despedida y caminé a la puerta delantera de la casa de Jessie, mi corazón latía y mis manos sudaban. No sabía por qué estaba tan nerviosa, pero lo estaba. Estaba asustada por el hecho de que posiblemente perdería a Jessie como amiga o que ella dirá algo muy malo sobre Ashton o sobre mí. Me quedé quieta frente a la puerta. Respiré profundo y toqué  la puerta. Esperé.

Parecía que hubiese estado esperando por horas, pero fueron probablemente 20 segundos.

Jessie estaba de pie, con la mano todavía sujetando la puerta.

-Hola -dijo.

-Hola -respondí.

-Ven, pasa -dijo Jessie y se movió hacia un lado para dejarme entrar. Pasé al living y cerré la puerta detrás de mí. Afirmé mi espalda en ésta por si es que tenía que salir corriendo de aquí.

-Entonces… -comencé a decir, pero la furiosa voz de Jessie me interrumpió.

-Qué está pasando -no era una pregunta, era como si me estuviese obligando a decirle.

-¿A qué te refieres? -pregunté, incluso cuando sabía exactamente a qué se refería.

-Brooke no te hagas la estúpida -escupió Jessie. Sabía que ya estaba muy enfadada y yo comenzaba a sentirme de la misma forma-. Sé que hay algo entre tú y Ashton.

La miré por un momento y ella levantó las cejas. 

-¿Por qué querrías saber? -la desafié.

-¿De qué mierda estás hablando? ¡Sólo responde mi pregunta!

Recé porque nadie de su familia estuviera en casa porque sabía que al final de la discusión ambas estaríamos gritando e insultándonos. Sin embargo, no me importaba.

Antes de poder decir algo, Jessie siguió hablando.

-Si de verdad pensabas que podías esconderme algo, fuiste muy estúpida -terminó con una sarcástica sonrisa de superioridad, pero seguía mirándome.

Comencé a sentir calor en mi rostro y mis manos sudaban completamente. Mordí mi labio inferior y me alejé un poco, volviendo a afirmarme en la puerta.

-¿Perdón? -dije.

Jessie dejó escapar una pequeña risa.

-Dije que eres estúpida, porque lo eres.

-¿Qué diablos, Jessie? -dije, elevando la voz- ¿Por qué te importa tanto?

-Todavía no has respondido mi pregunta -su tono de voz  era impertinente, al mismo tiempo enojado, malo y rudo.

-Responde la mía primero -repliqué.

-Así no funciona -dijo Jessie, cruzando los brazos sobre su pecho. Ambas nos quedamos en silencio unos minutos, luego suspiró-. Mira, es sólo que no quiero que estés cerca de él. Obviamente no tienes idea…

Eso es todo, ya no puedo más. Mis dos manos formaron un puño a mis costados, decidí no dejar que terminara la estúpida declaración que estaba a punto de hacer.

-Cierra la puta boca, Jessie -gruñí. Había sonado como un animal enloquecido, pero una vez más, no me importaba-. Porque, ¿adivina qué?

-¿Qué?

-¡No creo ser tan estúpida porque he mantenido este secreto desde la segunda semana de clases!

Los ojos de Jessie se ampliaron, habló muy tranquila y a la vez con dureza.

The Chase || Ashton Irwin (Traducida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora