Capítulo Cuarenta y dos

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Estuve en silencio todo el camino desde donde Ashton me recogió hasta su casa. A él parecía no importarle porque él también estaba en silencio. Todavía no me sentía bien, pero no me había dado cuenta hasta que llegamos a su casa.

- Mi abuela necesita el auto -dijo Ashton cuando ambos nos bajamos-. Así que, uh, sí…

- Está bien -hablé finalmente. Caminamos a su casa y al instante me senté en el sofá. La abuela de Ashton se fue de inmediato al trabajo. Ashton se sentó junto a mí y pasó las manos por su cabello.

- ¿Y qué pasó? -preguntó. Se acercó a mí y volteó para mirarme.

- Ella estaba siendo muy difícil y algo mala contigo -respondí con un suspiro. Ashton asintió y se encogió de hombros.

- No puede ser tan malo, ¿cierto? -dijo, con un tono de alguna forma positivo. Inclinó su cabeza ligeramente hacia un lado y me miró esperando una respuesta. Pensé en todo lo negativo que Jessie dijo sobre él, pero una oración en particular hacía eco en mi cabeza.

- Asegúrate de decirle a Ashton que me alegro que su madre todavía está en un lugar desconocido -las palabras salieron de mi boca, deseé no haberlo dicho. Estaba mirando mis manos sudorosas y levanté la mirada al escuchar el grito ahogado de Ashton.

- Oh mierda -dijo, seguido de una risa desesperada.

- No la escuches, Ash -dije.

- Oh no te preocupes por mí, yo no lo estoy -respondió Ashton. Se levantó y tomó mi mano para ayudarme a pararme. Estaba comenzando a oscurecer, el cielo estaba de un color púrpura claro con algunas estrellas-. Vamos -dijo.

- No tenemos auto -reí.

- ¡No necesitamos uno! -sonrió Ashton. Entrelazó sus dedos con los míos y miró hacia el frente. La entrada a la ciudad no estaba tan lejos.

- ¿Puedes mostrarme el departamento? -pregunté, mirándolo. Su rostro se iluminó ligeramente y sonrió.

- Está en el camino -dijo Ashton. Habíamos caminado unos 20 minutos, hablando sobre cualquier cosa. Creo que Ashton se había olvidado de Jessie, por lo que estaba agradecida. Yo definitivamente no lo olvidé, pero está bien.

Íbamos en la botillería que habíamos robado, estaba algo asustada. Todavía no me acostumbro a esta parte de la ciudad. Apreté la mano de Ashton un poco, él dejo escapar una pequeña risita.

- ¿Qué? -pregunté.

- Eres linda -respondió, mirándome con sus brillantes ojos verdes. Incliné la cabeza a un lado y me reí.

- ¿Qué quieres decir? -dije.

- No lo sé, sólo lo eres -dijo. Salté y dejé escapar un pequeño grito ante el chillido de llantas de autos no muy lejos.  Ashton se rió y pasó su brazo alrededor de mi cuerpo, afirmé mi cabeza en la curva de su cuello mientras seguíamos caminando. Empezamos a hablar sobre nada importante, escuela, personas y cualquier cosa que saliera de nuestras bocas. Ashton dijo algunos chistes sucios y comencé a sentirme un poco más cómoda con mi alrededor.

De repente, Ashton dejó de caminar casi al instante. Tropecé con mis pies ante eso y lo miré. Tenía los ojos entrecerrados mirando un viejo edificio. Estaba algo destruido, con algunas ventanas rotas.

Se veía casi tan triste como la actual casa de Ashton.

Enfoqué la mirada en una pequeña librería bajo el edificio. Estaba oscuro dentro, porque obviamente estaba cerrado a esta hora de la noche, pero definitivamente podía ver los estantes con libros en toda la tienda. También podía imaginar a Ashton ahí todo el día, leyendo cualquier libro que atrapara su mirada.

The Chase || Ashton Irwin (Traducida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora