Capítulo Treinta y dos

839 62 16
                                    

- ¡Cierra la maldita boca, Ashton! -gritó. No tengo idea de dónde estábamos, pero estaba oscuro, caluroso y todo era muy estresante. Reconocí su oscuro sótano, el que tanto odiaba.

- Jessie -respondí casual-, ¿te puedes calmar un segundo?

- ¡NO! -gritó. El alcohol en su sistema hacía que lo peor saliera de ella. No otra vez- ¿No te das cuenta de lo que me hiciste?

- ¿Por qué me culpas de toda la mierda? -dije, elevando la voz. Me miró aterrorizada mientras que su negro maquillaje se deslizaba por sus mejillas.

La habitación quedó en silencio por lo que parecieron años. Se podía escuchar su pesada respiración y mi corazón que latía con rapidez lleno de ira y tristeza.

- Porque lo mereces -respondió finalmente-, mereces todo lo malo que te ha pasado.

Mi temperamento al instante se elevó mucho más, pero mi intento de responderle algo falló. Cualquier cosa habría servido, pero estaba demasiado sorprendido como para forzar a que las palabras salieran de mi temblorosa boca. Nuevamente, la habitación quedó en silencio.

- No… -mi voz se desvaneció. Miré al suelo, arrastrando mis cansados pies. Lágrimas comenzaron a salir debido a sus palabras- No lo merezco. Yo no te hice esto. 

- ¿Ah, no? -replicó. Se acercó unos pasos y tropezó un poco, sus pupilas seguían dilatadas-. Pruébalo.

- ¡TÚ SOLA TE HICISTE ESTO, IDIOTA! -grité, levantando mis brazos por la frustración.

Le decía lo mismo cada noche y ya estaba cansado de lo mismo. Nunca parecía importarle lo que le decía, me enfermaba seguir con lo mismo una y otra vez.

- ¡TÚ ME ARRASTRASTE A ESTO! -gritó- ¡TODO ES TU CULPA!

- Estás siendo absurda -escupí, intentando no verme tan débil como en realidad lo estaba. Jessie dejó escapar un sarcástico “pft” y miró hacia un lado.

- Y tú me das asco. No hay duda de por qué tu madre nunca volvió.

- ¿Ashton? -la voz de Brooke interrumpió el extraño trance en el que estaba.

- ¿S-sí? -dije sobresaltado. Me miraba curiosa, su cabeza estaba levemente inclinada hacia la izquierda.

- Verde -respondió. Miré el camino y me di cuenta que la luz roja en la que me había detenido había cambiado a verde. Dejé escapar una pequeña risa y pisé el acelerador-. ¿Estás bien? -preguntó. Mantuve la mirada en el camino mientras ella pasaba sus dedos por mi sudada frente.

- ¡Sí! -respondí- Estoy bien, bebé.

- ¿Estás seguro? -insistió. Su voz estaba llena de duda y comprensión, aunque sabía que en realidad no entendería.

La miré y sonreí. Su rostro se iluminó levemente y también sonrió.

Finalmente llegamos a su casa y bajé del auto para abrir la puerta de Brooke. 

- Lo de anoche fue muy divertido -rió. Sus alegres palabras me hicieron sentir mejor. Me apoyé en mi camioneta quedando frente a ella y arreglé mi desordenado cabello.

- Eres muy buena para mí, Brooke Anderson -guiñé.

- Oh, al contrario -Brooke me siguió el juego-, tú eres la mente maestra -se acercó a mí y afirmó sus manos en mis caderas. Mi corazón comenzó a acelerarse.

Mi mente volvió a ese extraño recuerdo que tuve hace unos minutos. Me enojé conmigo mismo, ¿por qué estoy pensando en eso justo ahora? Mi frustración hizo que tomara a Brooke de la cintura y la atrajera hacia mi cuerpo. Pegué mis labios a los suyos y con suavidad puse una mano en su cuello. Se sorprendió por mis repentinas acciones ya que dejó escapar un sobresaltado gemido, lo que me hizo reír mientras que con suavidad le mordí el labio inferior.

- Nos vemos mañana, ¿sí? -dije, afirmando mi frente en la suya. Asintió y me dio un último pequeño beso antes de voltear y caminar a la entrada de su casa. Nuestras manos rosaron nuestros brazos y se alejó. Me desplomé despacio cuando abrió la puerta, no quería que se fuera. Nos dimos un último saludo con las manos y cerró la puerta a sus espaldas- Mierdaaaa -me quejé mientras caminaba de vuelta al asiento del conductor de mi camioneta. No quería volver a mi estúpido y caluroso remolque. Y, además, sólo quería aclarar mi mente.

Mientras salía de la calle de Brooke, mi mente daba vueltas. ¿Por qué diablos estaba pensando en Jessie tan de repente? Entre todas las personas, ¿por qué ella? No había pensado en esa noche en años, no tiene sentido. ¿Tal vez fue porque Brooke habló con ella esta mañana? Honestamente, no lo sé. No es como si quisiera pensar en esa hija de puta o algo.

Suspiré, porque Brooke es increíble. Me pregunto cómo es que le gusto después de todas las ridiculeces que probablemente Jessie le dijo. Suspiré, además, porque me molesta el que probablemente Jessie le ha dicho muchas mentiras sobre mí. Nunca le hice nada de eso, pero aún así ella me culpa cada día. Ella sabía que eso me enojaría, porque ella sabía más que nadie que ese tipo de cosas me afectarían en un nivel personal. Maldita perra.

No sabía dónde me estaba llevando mi mente, pero terminé entrando a una gasolinera no muy lejos del barrio de Brooke. Miré el tablero y me di cuenta que en serio necesitaba llenar el tanque. Mierda. Este auto es un maldito tragón de gasolina. Presioné los labios mientras me acercaba a uno de los surtidores y me bajé del auto. Hacía mucho calor, pero ha estado peor. De alguna forma mis jeans ajustados todavía no freían mis piernas. 

Introduje la bomba de gasolina en mi auto y esperé a que el tanque se llenara. Me sentí mal porque cada segundo que pasaba era otro dólar gastado para este estúpido auto. Pasaron los minutos, ya estaba aburrido. Comencé a dar golpecitos con los dedos en el borde de mi camioneta creando un ritmo en ese lugar.

Hey, eso suena bien, pensé. Intentaré recordarlo.

Comencé a tocar el ritmo de “Jasey Rae” de ATL y miré mis manos concentrándome en ellas por un tiempo.

- Buen ritmo -escuché una voz a mi lado. Levanté la mirada al surtidor de al lado para ver a ese chico… Luke o como sea. Vestía ropa de niño rico esnob, me miró juicioso y con asco. Qué imbécil.

- Gracias  -dije monótono. Él no me agrada, por razones obvias.

- ¿Jasey Rae? -preguntó. Asentí. Me pregunto cómo sabe eso. Pareciera que sólo escucha música tonta. La máquina junto a mí emitió un sonido y retiré la bomba de mi auto.

- Bueno -le dije a Luke al entrar a mi auto e introducir las llaves-, me encantaría quedarme y hablar, pero debo juntarme con mi traficante -guiñé con sarcasmo y me alejé. Me reí de mi mismo y encendí la radio.

Decidí conducir a través del centro para perder más tiempo y no llegar a casa a hacer mis deberes. Di golpecitos con los dedos en el volante y tarareé la canción de Fall Out Boy que sonaba en la radio. Pasé por la calle en la que Brooke y yo caminamos anoche y la botillería de la que robamos. Este lugar se ve aun más escalofriante y pobre durante el día. Me encogí de hombros. 

Miré por la ventana los viejos departamentos que estaban amontonados sobre las cafeterías y un club de striptease. Todos de veían desagradables y algo antiguos, pero mucho mejor que donde yo vivo. Me enfoqué en un cartel colgado sobre un grupo de departamentos, tuve que leerlo dos veces. Me detuve de golpe en medio de una calle vacía. Miré con las cejas entrecerradas el cartel a través de la ventana.

“DEPARTAMENTOS DE 2 HABITACIONES - 90 DÓLARES MENSUALES”

¿Qué diablos? ¿Es en serio? Mi corazón comenzó a palpitar esperanzado por el hecho de que era demasiado barato. Y, además, está justo sobre… ¿una biblioteca? MALDITA SEA. Levanté las cejas y seguí mirando el edificio. Me quedé ahí un par de minutos, debatiendo si estacionarme y bajarme o volver a casa. Finalmente, suspiré.

- Es una maldita broma -murmuré para mí. 

Me alejé.

****

Chan chan chan ¿qué se imaginan que pasó con Jessie? Me gustaría saber qué piensaaaan (: 

Clau

Síganme en twitter c: @itsClaauu

The Chase || Ashton Irwin (Traducida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora