Capítulo Tres

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Desperté alrededor de las 6:00 am al día siguiente. Mi habitación estaba de la misma forma en que dejé la otra: llena de cajas. Decidí que iba a ordenar y organizar todo este fin de semana. Busqué en una caja y rápidamente saqué un vestido rosa y un par de toms blancas. Enrollé mi cabello en un moño en la parte alta de mi cabeza y me maquillé con un poco de rubor y máscara de pestañas.

Tengo que llegar a mi nueva escuela más o menos a las 6:45. Las clases comienzan a las 7:30 pero necesito tiempo para registrarme y pedir mi horario. Eran las 6:30 cuando había terminado un tazón de cereal y guardé cualquier cosa que necesitara en mi cartera Gucci (caían todos mis cuadernos y demás).

-    Mamá -le hablé- ¿estás lista?

Mi madre bajó la escalera, fuimos al garaje y entramos en la van. Yo tengo licencia de conducir pero no tengo idea de dónde está mi nueva escuela.

-    ¿Qué tan lejos está? -pregunté.

-    Oh, son sólo unos 5 minutos -respondió-. Incluso podrías ir caminando.

Decidí que no me iría caminando, nunca, porque podría terminar ensuciándome o desordenando mi cabello. El camino fue silencioso y mi corazón comenzó a palpitar más fuerte. No debería estar tan nerviosa, ¿cierto? Sé que haré amigos pero asumo que ser la nueva cuando el año escolar ya ha comenzado es algo difícil. Antes de darme cuenta mi madre detuvo el auto y miré hacia afuera.

-    Esta es -dijo mi madre- la escuela secundaria Palo Verde -asentí y la miré-. ¿Estás nerviosa? -preguntó. Me encogí de hombros.

-    Estaré bien -sonreí, tomé mi cartera y abrí la puerta.

-    ¿Necesitas que te acompañe? -preguntó mi madre.

-    No, estoy bien -respondí-. Te enviaré un mensaje cuando tenga mi horario.

Caminé lentamente hacia el edificio marrón y antes de siquiera parpadear, había tropezado con mis pies y caí al piso. Golpeé el frío suelo con mis manos y un lado de mi rostro. Estaba muy sorprendida como para procesar lo que acababa de suceder, esto parece ser lo más predecible que le pasa a una chica en su primer día en una nueva escuela, ¿verdad? Todo lo que veo es a mí en el suelo junto a mis libros y mi cartera.

-    ¡Dios mío, lo siento mucho! -escuché una voz detrás de mí. Me di vuelta para ver a una chica frente a mí. Parecía tener mi edad, de penúltimo año, tenía el cabello rubio y ojos azules. Me ayudó a levantarme y recoger mis libros-. ¿Estás bien? -preguntó, guardando mis libros con cuidado en mi bolso.

-    S-sí, estoy bien -tartamudeé. Ella me observó por un minuto, comenzaba a sentirme incómoda.

-    No te había visto antes -dijo, finalmente-, ¿eres nueva?

-    Sí… Me mudé ayer -respondí. Sonrió.

-    Bueno, ¡bienvenida a Palo Verde! ¡Donde nada es tan bueno como en tu antigua escuela! Bueno, eso lo estoy adivinando, este lugar apesta -debió haber notado la confusión en mi rostro-. ¡No es para asustarte ni nada! ¡Es una buena escuela! Maldita sea, lo estoy arruinando -ambas reímos.

-    No hay problema. Soy un poco tímida, supongo -dije-. Soy Brooke.

-    Jessie -respondió la chica-. ¿Tienes tu horario?

-    No, ahora iba a buscarlo… -miré por el lado de ella para ver que la oficina ya no estaba tan lejos.

-    ¡Yo te llevo! ¡Y luego te mostraré el lugar y te llevaré a conocer a mis amigas! -dijo Jessie alegremente. Asentí y la seguí a la oficina. Jessie caminó casualmente hacia la recepción- Señora Stevens -dijo a la mujer frente al computador. Miró hacia arriba y luego hacia mí.

-    ¿Eres Brooke Anderson? -preguntó. Asentí. Me entregó una pequeña hoja de papel y le preguntó a Jessie si ella me mostraría el lugar. Miré el papel para ver mis clases. Primero tenía Arte Avanzada, después Historia Avanzada, Inglés III, Cálculo, Química Avanzada y Español II Honores. Muy buen horario diría yo.

-    ¡Vamos, Brooke! -dijo Jessie mientras caminaba hacia la puerta. Le agradecí a la Sra. Stevens y seguí a Jessie al aire seco- ¿Puedo ver tus clases? -preguntó. Asentí y le entregué el papel. Le echó un vistazo y luego me miró- ¡Tenemos Español juntas! -animó. Suspiré aliviada ya que al menos tendré una amiga en una clase. Chocamos las manos y Jessie volvió a revisar mi horario- Maldición, ¿todas avanzadas? ¿Eres como una genio o algo? -se rió y le expliqué que sólo me gusta la escuela. Creyó que era algo extraño.

Jessie y yo pasamos los siguientes 15 minutos caminado alrededor del campus. Me enseñó todos los baños, la biblioteca y dónde estaban todas mis clases. Para entonces el patio ya estaba lleno de chicos. La población de la escuela era de casi 1.800 estudiantes, lo que era tanto como en mi antigua escuela preparatoria en el Condado de Orange. Ya me había dado cuenta que hay un montón de grupos diferentes, lo que me entristeció un poco. Jessie me llevó a un grupo de 3 chicas.

-    ¡Hey, Jessie! -la llamó una de ellas. Tenía cabello largo y castaño y ojos café. Otra chica tenía cabello rubio y flequillo y la otra tenía cabello rubio y corto.

-    Holaaaaa -dijo Jessie-. Ella es Brooke, es nueva -todas sonrieron y me saludaron. Jessie apuntó a la chica de cabello castaño-. Ella es Amanda -apuntó a la rubia con flequillo-, ella es Annie -y por último apuntó a la de cabello corto- y ella es Abby -Todas me abrazaron y me pareció que eran muy amables. En silencio agradecí haber encontrado a esta chica.

-    ¿Le mostraste el lugar? -preguntó Abby.

-    Sí -respondió Jessie-. ¿Qué más deberíamos mostrarle?

Un grupo de chicos nerd pasó junto a nosotras. Estaban riendo, uno de ellos dijo un juego de palabras de cálculo y yo me reí en silencio.

-    Como verás, hay un montón de grupos en esta escuela -dijo Annie. Me mostró las mesas de almuerzo-. Todos los nerds y “raros” se sientan ahí. Y luego están los deportistas y las chicas populares -apuntó al centro del patio. Había un gran grupo de chicos muy musculosos y chicas muy maquilladas.

-    ¿Dónde van ustedes? -pregunté por curiosidad.

-    Oh, nosotras somos nosotras mismas -respondió Jessie-. Creemos que esos grupos no son muy… bueno, necesarios.

Les dije que pensaba lo mismo y todas chocamos las manos. Me di vuelta y vi algunas personas pasando el rato junto a un gran árbol en un lado alejado del patio. Todos estaban vestidos de negro y estaban lanzando comida, gritando y haciendo un completo alboroto.

-    Yyyyyyyy esos son los drogadictos -dijo Jessie en una voz monótona-. Son tan molestos que ni siquiera te dan ganas de mirarlos.

Entendí lo que decía. En mi antigua escuela, había el mismo tipo de grupo de personas. El tipo de grupo con el que NUNCA estaría, el tipo de grupo que me irritaba con su baja tolerancia a la disciplina. Hace mucho tiempo me prometí a mí misma que nunca me involucraría con ese tipo de gente.

-    Ni siquiera te atrevas a hablarle a alguno de ellos -dijo Jessie. Me sorprendió su tono de voz tan serio. Asentí y el timbre sonó.

-    ¿Sabes dónde tienes que ir? -preguntó Amanda. Asentí. Tengo arte en el primer período. Me despedí de mi nuevo grupo de amigas y Jessie me dijo dónde encontrarnos para el almuerzo. Me apuré en ir a mi primera clase.

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Ashton, aparece luego po.

The Chase || Ashton Irwin (Traducida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora