35. Nuevo comienzo

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Dispuestos a buscar a los Gorons, los jóvenes no se imaginaron que al abrir la puerta se encontrarían con una indeseable persona, la única que de cierta manera se entrometió en sus vidas para destruirlas.

- ¿¡QUÉ HACES AQUÍ, ILIA!? – preguntó Shad, enfurecido.

La joven se quedó en silencio observando a los hombres frente a ella. Imaginó encontrarse con el investigador detrás de la puerta, pero jamás pensó que también vería al príncipe, quien estaba muy cambiado desde la última vez que lo vio.

- Shad... Link... – susurró impactada.

- ¡TE HICE UNA PREGUNTA! ¿QUÉ HACES AQUÍ? – preguntó Shad.

- ¿A qué has venido, Ilia? – preguntó el príncipe, serio.

- Me sorprende verte aquí, Link.

- ¡Vete, Ilia, no quiero verte! Creo que fui muy claro contigo la última vez que nos vimos. – refutó el investigador.

- Shad, solo vine a decirte una cosa, nada más. – dijo con voz suplicante.

- ¡No me interesa lo que tengas que decirme! Ya me enteré de que por tu culpa no solo perdí a la mujer que amaba, también fuiste la causante de la ruptura de Link con Zelda. ¡No tienes escrúpulos!

Link se sorprendió al ver la vehemencia de Shad para defenderlo, pero al mismo tiempo supo que tenía algo que aclarar.

- No tienes por qué mencionar lo que me ocurrió, Shad, pues Zelda y yo ya nos hemos reconciliado. Ella ya se dio cuenta de que lo que sucedió no fueron más que insanas calumnias.

- ¿Qué cosa? Pero tú me dijiste que...

- Eso ocurrió recientemente, luego te lo contaré con más detalle.

Shad se sintió aliviado al enterarse de que la princesa, su amiga, ya había arreglado las cosas con Link, también se alegró por él, pues entendía perfectamente por lo que estaba pasando; sin embargo, a Ilia no podía perdonarla, pues su caso era distinto e irreversible.

- No tienes idea cuanto me alegro de que hayas arreglado las cosas con tu esposa, Link. En serio, me arrepiento tanto del daño que les hice. – dijo Ilia, apenada.

- Yo también me alegro mucho por Link y Zelda... ¿pero qué hay de mí, Ilia? ¿Me vas a devolver a Ashei? ¿Vas a regresarla a la vida? ¡Respóndeme! – preguntó el joven, exaltado, mientras agarraba a Ilia de los hombros.

- ¡Tranquilo, Shad! ¡Suéltala!

Link separó a Shad de Ilia, pues tenía que impedir que las cosas se salgan de control. Luego se dirigió a hablar con la joven.

- No sé por qué has venido, pero tu presencia solo está perturbando a Shad, y la verdad a mí me estás provocando lo mismo, pues a pesar de que las cosas entre mi esposa y yo se arreglaron, lo que causaste fue terrible. Sé que estabas en complicidad con un hechicero; ni siquiera te imaginas quién era esa persona, arriesgaste tu propia vida sin saberlo.

- Link...

- Por favor, vete de aquí. – exigió el joven con mirada fría.

- Tengo derecho a ser escuchada. – dijo seria.

- ¿Derecho? ¡Cómo te atreves a...! – dijo Shad, siendo interrumpido por Link.

Link tomó el hombro de Shad, viendo que se estaba descontrolando de nuevo.

- Shad, creo es mejor que la escuches.

- Link, yo no tengo deseos de hablar con ella, además tenemos que irnos... ya sabes quiénes nos están esperando. – pidió con mirada suplicante.

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