22. Dudas angustiantes

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Después de una semana de viaje, la pareja llegó al reino de Hyrule sin ningún percance. Se sentían felices de regresar a su hogar, pero al mismo tiempo tristes por haber dejado Ordon, pues a pesar de que pasaron pocos días alegres debido a la misión del príncipe, estos fueron maravillosos y enriquecedores para su relación.

Una vez en el palacio, fueron recibidos por los reyes, quienes se sentían contentos de volver a verlos después de tanto tiempo de ausencia.

Los soberanos se abalanzaron a abrazar a su hija, a quien extrañaron enormemente, luego se acercaron a su yerno para saludarlo con el mismo afecto.

- ¡Por fin han regresado! Se tardaron demasiado tiempo, ya me tenían preocupado. – exclamó el rey, emocionado.

- Nos alegramos mucho que por fin hayan vuelto. – dijo la reina emocionada.

- Nosotros también estamos felices de volver a verlos, papá y mamá. – indicó la princesa, sonriente.

- Cocu y Gracielle también iban a venir a recibirlos, pero tuvieron que ir a una consulta médica para verificar que todo esté en perfecto estado con el bebé que esperan.

- Entiendo, lo más importante es la salud de ella y su bebé. Les invito que vayamos a nuestro hogar para almorzar juntos y pasar la tarde, de esa forma les podremos contar con detalle todo lo que sucedió en este viaje. – pidió el joven.

Los reyes aceptaron gustosos la invitación de los jóvenes e inmediatamente se dirigieron a la mansión de ellos.

...

Los gobernantes pasaron una tarde agradable en la mansión de los príncipes, en donde hablaron de temas agradables. Conversaron sobre lo hermoso que era el reino de Ordon y lo animado que fue su festival de otoño; como también otros temas ya más serios, la misión por la que el duque Demetrio envió a llamar a su hijo.

Link les relató a sus suegros todo lo que ocurrió entre Ordon y la región de Farone, de cómo pudieron detener a la sucia organización y devolver la tranquilidad a varias familias.

- Me alegro de que la misión haya resultado exitosa, y que Vilan y su padre hayan podido colaborar con dicha causa. Conozco a Aurelio desde hace muchos años y les puedo asegurar que es un hombre intachable y sería incapaz de cometer semejantes actos. – dijo el rey, serio.

- Mi padre y yo sabíamos que él era inocente, por eso luchamos incansablemente no solo para acabar con toda esa inmundicia, sino también para liberarlo y permitirle regresar al pueblo con su familia.

- Me hubiera gustado que Demetrio me haya pedido ayuda para esto, junto con mis soldados hubiésemos ido a apoyarlos.

- Lo sé y se lo agradezco, pero mi padre no estaba muy seguro si es que el ministro estaba en malos pasos, y ya cuando descubrió que sus sospechas eran acertadas tuvimos que planear una estrategia rápida con lo que teníamos a la mano.

- Me has hecho recordar que hice una misión parecida cuando aún era un príncipe. Junto con mi padre y varios soldados, fuimos a detener a una banda de "médicos" clandestinos que vendían medicina expirada y que lamentablemente causaron la muerte de muchas personas. Esas misiones son peligrosas, pero a uno le dejan un enorme aprendizaje. – recordó nostálgico.

- Así es, mi rey, créame que todo lo que aprendí junto a mi padre fue demasiado importante para mi vida. – comentó con satisfacción.

Luego de seguir conversando de los hechos, la princesa le hizo una petición a madre.

- Mamá, ¿podrías acompañarme a mi habitación? Es que traje algunas cosas de Ordon para mi papá y para ti.

- Gracias, hija, pero no debiste molestarte.

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