mentirosa.

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Ni Leones ni serpientes rugieron o gruñeron, nadie hizo nada hasta que se escuchó la primera explosión. La torre de astronomía cayó, entre vigas, ladrillos y polvo. Pansy se cubría y huía de los hechizos que los mortífagos lanzaban sin cesar. Consiguió bajar de la torre, cuando vió como el azabache y la comadreja subían las escaleras, ella les agarró del cuello de la camisa y los tiró escaleras abajo, ya que la torre estaba repleta de mortífagos.

- ¿Sois idiotas? ¡Vais directos al matadero! - Dijo Pansy. La Slytherin les había protegido, no se llevaba muy bien con los Gryffindor, pero una vida valía más que eso. - ¡Esconderos! Por Merlín, van a por vosotros, ¡esconderos ya!. - Dijo la pelinegra. Bajaron De la Torre de astronomía y huyeron por los pasillos. Un mortífago comenzó a perseguirlos.

- ¡Desmaius! - Gritó Harry, el mortífago cayó. Pansy miró a Harry con sarcasmo.

- Harry, ¿me estás vacilando? ¡Avada Kedabra! - Dijo apuntando con la varita al mortífago. - A nosotros no nos meterán en Azkaban por defendernos. Actúa como debes. - Harry le miró perplejo, pero tenía razón.

- No pienso esconderme Pansy, lucharé. - Ella asintió, y siguieron corriendo por los pasillos de Hogwarts....

Draco salió corriendo a tropezones de la clase de runas antiguas. "Hermione, Hermione, Hermione." Pensaba él. Ella estaba en el aula de alquimia, lanzando protegos a toda la clase, sin pensárselo, salió de la clase, la profesora le gritó que no lo hiciese, pero hizo caso omiso. Salió en busca de sus amigos. Corrió por los silenciosos pasillos, hasta que llegó a la entrada del castillo. Bajó las escaleras despacio, comprobando que no hubiese ningún mortífago. Pisó el suelo de la entrada, encontrándose con un mortífago de pelo negro, que la tomó del cuello y la pegó a la pared.

- Vaya, vaya... pero si es la señorita Granger. - La agarró del pelo y ella ahogó un grito. - Espera aquí. - Le ató los pies y las manos y le silenció. Intentó gritar con todas sus fuerzas y comenzó a llorar, pero nadie la escuchaba. "Draco por favor no tardes" pensaba ella. Un grupo de mortífagos llegó, y la rodeó, de entre ellos apareció, Bellatrix Lestrange, ¿Lucius Malfoy? ¿Narcissa Malfoy? ¿Qué?. Abrió los ojos como platos, Bellatrix se acercó a ella, le quitó las cadenas y le deshizo el hechizo silenciador, ella comenzó a gritar al instante y Bellatrix le dio una bofetada.

- Deja de gritar sangre sucia. O sino todos tus amiguitos vendrán y les atraparemos. ¿Quieres eso? - Ella negó. - Bien, entonces sólo dime una cosa. ¿Dónde está Harry Potter? - Dijo Bellatrix.

- No... no lo sé... - Susurró Hermione. Bellatrix le levantó la manga de la camisa, y vio la cicatriz que ella le hizo.

- Vaya, esto sigue aquí. ¿Qué tal si escribimos algo en el otro brazo? - Hermione negó.

- No, por favor.... - Sollozó, no quería pasar por aquello otra vez, otra vez no. Ella agarró a Hermione del pelo y la tiró al suelo. Se sentó encima suya.

- Tienes una oportunidad más, bonita. ¿Dónde está Harry Potter? - Ella sollozó, no lo sabía, realmente no lo sabía.

- No sé dónde está... - La mortífaga sonrió con malicia y negó con la cabeza.

- Incorrecto. - Tomó su puñal y lo clavó en el brazo derecho de la chica. Comenzó a escribir, hundiendo la hoja afilada en el brazo de Hermione, comenzó a gritar de dolor, pataleaba y notaba como su pecho se desgarraba a causa de los gritos, lloraba, lloraba tan fuerte que se podía escuchar fuera del castillo. Cuando terminó, se quedó intacta en el suelo, sin fuerzas, había pasado, había pasado de nuevo. Sobre su antebrazo derecho descansaba otra cicatriz; "mentirosa". - ¡Cruccio! - Hermione se retorció de dolor en el suelo, notaba como todo su cuerpo se desgarraba por dentro. Gritaba, gritaba de dolor a pleno pulmón.

- Oh vamos, tú ya no me sirves para nada, ¡Avada Keda... - Algo la interrumpió.

- ¡Expelliarmus! - Vio a su chico en la escalera, la varita de Bellatrix voló a sus manos. - Ni se te ocurra volver a tocarle un pelo. Por que te juro que te mataré yo mismo. - Con un hechizo levantó a su novia y la tumbó a su lado. Se agachó junto a ella, le acarició las mejillas. Estaba casi inconsciente, del aberrante dolor que su cuerpo estaba experimentando. Draco miró el brazo derecho de su chica y vio lo que su tía le había vuelto a hacer. Los ojos se le empaparon en lágrimas, no había llegado a tiempo. Envolvió a su novia con un hechizo protector, se levantó y se dio la vuelta, lleno de rabia. - Eres una zorra. - Dijo refiriéndose a su tía.

- Mi hijo se ha pasado al lado bueno, vaya, es como su madre. - Draco desvió la mirada a quien le había hablado, su padre estaba allí, con su madre atada a manos. Al chico le dió un vuelco el estómago.

- ¡¿Qué?! ¡¿No estabais muertos?! Oh, por Merlín no entiendo nada. - Su madre le miró compasivo. El chico amaba a su madre, y Narcissa quería con locura a Draco, no podía creer lo que veía.

- Parte de la condena de Azkaban era hacerte creer que estábamos muertos. Estoy aquí cariño... - Su hijo luego miró a su padre.

- Eres un desgraciado. ¿Estás tú al mando verdad? ¡Claro que sí! Lo único que quieres es poder y dinero. En tu corazón no hay ni una pizca de amor para tu familia, para tu hijo, para tu mujer que te ha apoyado incondicionalmente a pesar de las aberraciones que has hecho. Eres un cobarde. - Su padre le miró con desprecio.

- ¡Imperio! - Draco lo paró a tiempo con su varita.

- Te falta práctica papá. Entrégame a mamá. - Su padre negó. - Bien, tú lo has querido. ¡Sectumsempra! - El hechizo cayó sobre su padre, y él, cayó al suelo, desangrandose, obviamente los mortífagos sabían la cura. Pero él ganaría tiempo. Su madre corrió hacia él, Draco le desató las manos y cogió a su novia en brazos, corrieron escaleras arriba, para ir directos a la sala de menesteres, donde definitivamente estarían a salvo.

- Cariño, ¿Quién es? - Preguntó Narcissa, su hijo la miró mientras corrían.

- Es mi novia, mamá. - Su madre sonrió inevitablemente, mientras corrían, se encontraron con Harry, Ron, y Pansy. - ¡Potter! - Harry se acercó a él y observó a Hermione.

- Dios mío... - Dijo Harry al ver a su mejor amiga en ese estado.

- Vamos a la sala de menesteres, venid con nosotros, luego saldremos de nuevo a buscar a los demás. - Dijo Draco. Luego los chicos observaron a Narcissa y le sonrieron, aunque se quedaron perplejos al verla allí, la que creían que estaba muerta. Llegaron a la sala de menesteres, y cuando entraron se encontraron con todo tipo de material sanitario, Draco dejó a Hermione sobre una camilla y luego miró a los que ahora eran sus aliados, y pronto, sus amigos.

- Id vosotros, no puedo dejar a Hermione aquí, y menos en ese estado. - Todos asintieron y draco tomó la mano de Harry. - Harry, ten mucho cuidado por favor. - Se abrazaron y los chicos salieron de la sala de menesteres. Y draco se acercó a su chica. Estaba despierta, pero estaba extremadamente débil. La veía al borde de la muerte. Le tembló el cuerpo al acercarse a ella, y comenzó a desabrocharle la camisa, cuando se la quitó, comenzó a curar sus heridas. Cuando estuvieron curadas, le dio una poción para el dolor, y volvió a ponerle la camisa. Le remangó la manga del brazo derecho y le vendó el antebrazo, donde su tía había escrito "mentirosa" con su puñal. Ella se durmió, y draco rogaba que su cuerpo aguantase. Su madre se acercó a él y le abrazó.

- Sobrevivirá, estoy segura. - Draco se limpió las lágrimas, y se sentó junto a su chica. Su madre se sentó enfrente. - Así que Hermione Granger. ¿Como empezó? - Draco sonrió recordando el día que se chocó con él en el vagón de prefectos. Le contó todo a su madre, y como la quería. Su madre se dió cuenta de ello, tenía un brillo en los ojos que nunca le había visto, cada vez que hablaba de ella.

- Te he echado de menos mamá.

- Y yo a ti cariño, me alegro que hayas cambiado. - Se abrazaron, y en ese mismo instante oyeron un murmullo de Hermione. Draco se giró de inmediato, y vio como la chica se tocaba el antebrazo. Hermione ahogó un sollozo, las imágenes no salían de su cabeza; estaba mucho más fuerte que antes. Miró a su alrededor y vio a su novio. A Draco se le habían vuelto a mojar los ojos, de las lágrimas. Se abrazaron muy fuerte, más que nunca.

- Lo ha... lo ha vuelto a hacer....

¿Malfoy? ¿Granger? | DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora