¿Malfoy? ¿Granger? | Dramione

primera vez.

Se acercó apresurado a su amigo, y miró a McGonagall. - ¿Por qué está así?.

- Está en coma señor Malfoy. Mañana será trasladado a San Mungo. - Hermione y Draco abrieron los ojos como platos. - Su cuerpo no iba a aguantar si lo dejábamos despierto, despertará aproximadamente en una o dos semanas. - Ambos asintieron, luego buscaron a Luna. Estaba despierta en una de las camillas, leyendo un libro.

- Luna, ¿cómo estás? - Preguntó Draco.

- Bien, me obligan a estar aquí hasta mañana, pero estoy bien, gracias Draco. - Hermione la abrazó. Y salieron juntos de la enfermería. Luego de un par de horas, Harry, Ron, Ginny, Oliver, Hermione, Draco, Blaise, Astoria y Pansy estaban entrando juntos al gran comedor. Se sentaron juntos en una mesa sin pensárselo. Se llevaban bien, era fascinante no pelearse por fin. Hermione se sentó entre Draco y Ginny, frente a Harry y Pansy, Draco estaba sentado entre Hermione y Blaise, frente a Ron y Astoria. Wood estaba sentado en una esquina, tenía al lado a Ginny y enfrente a Harry y a un chico de Hufflepuff. Dumbledore se levantó y se dispuso a hablar.

- Hoy Hogwarts a sufrido un gran ataque por mortífagos, ninguno de nuestros alumnos a fallecido. Hay algunos graves, en la enfermería, y los más graves en san mungo. Pero saldrán de esta. Gracias a todos por luchar como habéis luchado hoy. La torre de astronomía ya se está reconstruyendo. Pasad una feliz noche, disfrutadla con la gente que más queréis, después de esto, es el mejor momento para valorar la amistad y el amor. - Dijo mirando a Hermione, y a la mesa de los Gryffindor y Slytherin. Volvió a sentarse, y todos cenaron tranquilamente, aunque preocupados por sus amigos.

- Habéis sido todos unos valientes chicos. - Dijo Hermione.

- Hermione por favor, aquí la más valiente has sido tú, después de que te torturaran te levantaste y seguiste luchando, y encima sigues igual de preciosa que siempre. - Dijo Pansy. Ella se sonrojó.

- No es para tanto. - Respondió la Gryffindor. Draco se acercó a ella, y le colocó una mano en el muslo.

- Eres preciosa, créetelo por que es la verdad. - Dijo él, le dio un beso en los labios y sus amigos silbaron. - Hay que ver, vaya amigos. - Todos ríeron y cuando terminaron de cenar cada uno se fue a su sala común. Draco y Hermione subieron a la torre de premios anuales, que gracias a dios no había sido destrozada. - Absurdo. - El cuadro se abrió, y se adentraron en la sala común, tan cálida y preciosa como siempre. Hermione subió al cuarto de Draco, no quería dormir sola. Se quitaron la ropa, y Hermione se puso una camiseta de Draco. Se metieron en la cama. Hermione sonrió inconscientemente al acordarse, de lo que Draco le dijo a su tía. - ¿En que piensas? - Preguntó él.

- En nada... - Draco encarnó las cejas, agarró de la cintura a su chica y la atrajo hacia él.

- Hermione Granger, dime ahora mismo en que piensas. - Ella se sonrojó.

- Cuando hoy le has dicho a tu tía, que esperabas que yo fuese tu esposa... ¿Era cierto? Ósea, ¿lo decías enserio? - Murmuró ella. Draco enterneció su mirada.

- Claro que sí Hermione, quiero que seas la última chica a la que bese, espero que algún día podamos casarnos, dios, te quiero tanto... no tienes ni idea. - Hermione se acercó a los labios de su chico y los besó con cariño y ternura. Él le acariciaba el pelo y sostenía la mano en su cintura. Hermione lo deseaba, deseaba todo de él. El beso se intensificó notablemente y la castaña se acercó a su oído.

- Te deseo Draco... - Al rubio se le puso la piel de gallina, su chica le estaba pidiendo que la hiciese suya. Lo anhelaba desde que la besó, y hoy, podría hacerlo.

- No lo pidas dos veces. - Susurró él. En un rápido movimiento, puso a Hermione debajo suya y volvió a besarla, sus lenguas chocaron, sobraba la ropa, y ambos lo sabían. Draco estaba sin camiseta, lo que falicitaría la tarea. Le quitó los pantalones y le dejó en bóxers. Draco le quitó la camiseta a Hermione, dejándola en ropa interior, pasó su mano al broche del sujetador, y se lo quitó, luego paso a quitarle la prenda inferior. Quedándose completamente desnuda, ella le quitó el bóxer a su novio y se miraron a los ojos. Draco la besó, para luego bajar su boca hacia su cuello, bajando por su pecho y su vientre. Hermione gemía y suspiraba bajo las caricias del rubio. Después de un buen rato jugando, Draco se colocó entre las piernas de Hermione, colocándose en su entrada. - ¿Estás segura de esto? - Ella asintió. - Te quiero, Hermione. - Y con esas palabras, y mirándose a los ojos, se hundió dentro de ella lentamente. Hermione hizo una mueca de dolor. - Si necesitas parar, dímelo, iré con cuidado. - Hermione se mordió el labio inferior en un intento de disminuir el dolor. Se aferró a la espalda de draco con sus manos, su novio le acarició una mejilla y la besó, él comenzó a moverse lentamente, el dolor se agudizó aún más, y se le saltaron las lágrimas. - Amor, ¿quieres que pare? - Ella negó. Intentó concentrarse en las caricias y besos de su chico, hasta que el dolor fue disminuyendo, convirtiéndose poco a poco en placer. Draco, al observar que su chica ya estaba cómoda, se movió un poco más rápido. Hermione gimió, y Draco sonrió socarrón, al ver que ya lo comenzaba a disfrutar. La castaña hechaba la cabeza hacia atrás y los músculos del cuello se le tensaban. Gritaba de puro placer, sin pudor alguno. Draco gruñía, y al cabo de un rato, su novia comenzó a arquear la espalda y las piernas y el abdomen se le comenzaron a tensar, él también estaba cerca.

- Draco... - Gemía ella. - Te quiero - Su chico terminó a la misma vez que ella, una corriente eléctrica recorrió sus columnas. Se miraron a los ojos, mientras recuperaban el aliento.

- Dios, Hermione... - Bufó él. Draco se colocó a su lado, y Hermione apoyó la cabeza en el pecho de su chico. - ¿Te ha gustado? - Ella asintió, poniéndose colorada. - ¿De verdad?

- Me ha encantado. - La chica tenía los ojos brillantes, las mejillas sonrojadas, y la piel le relucía bajo la luz de la luna que entraba por el ventanal. Draco la agarró de la cintura y la estrujó contra su cuerpo, llenándole de besos toda la cara.

- Eres preciosa. - Dijo el Slytherin contra los labios de la chica.

- No mientas. - Draco rodó los ojos.

- Oh vamos, ¿cuando hago yo un cumplido si no es verdad? Es la verdad. - Hermione rió y le dio un beso en la mejilla a Draco.

- Te creo.

- Ibas a creerme sí o sí, porque si no me enfadaría. - Ella rió.

- A ti no hace falta que nadie te diga que eres guapo ¿no? - Dijo entre risas las castaña.

- Pues no, ya lo sé, pero gracias. - Hermione rió descontroladamente.

- ¡Ay! Me hago pis. - Salió de la cama y fue dando saltitos al baño de su novio. Draco observaba el cuerpo de su chica mientras iba al baño. Hermione se sentó en el baño, mientras reproducía en su cabeza lo que acababa de hacer con su novio. Se había entregado a él, pero no se arrepentía. Sonrió inconscientemente, se levantó del baño y volvió a a cama. Escondió la cara en el cuello de su chico y cerró los ojos.

- Buenas noches ratona. - Hermione sonrió ante el mote que le había puesto.

- Buenas noches hurón. - Draco le dio un beso en la sien, y sin más cayeron dormidos. Gryffindor y Slytherin se fundieron en uno esa noche, se habían entregado el uno al otro. Sus dos cuerpos se habían convertido en uno solo. Y bajo esos pensamientos, los dos se durmieron...

Hermione despertó primero, había dormido de maravilla, era sábado y no tenían clases. Se movió un poco y notó como le dolían las piernas, rió ante el pensamiento. Y despertó a su chico con besos. El abrió los ojos y se encontró con los ojos miel de una hermosa chica castaña.

- Que gusto da levantarse así. - No pudo evitar observar su cuerpo desnudo. Draco sonrió socarrón al recordar lo que hicieron anoche. Hermione rodó los ojos y se levantó de la cama, soltó un gruñido al levantarse por la molestia en las piernas. - ¿Qué te pasa? - Dijo Draco riéndose.

- Me duelen las piernas. - Draco comenzó a reírse.

- No te creo. - Hermione alzó las cejas mientras se ponía su ropa interior.

- Creételo. Va enserio. Draco, ¿Dónde está mi sujetador? - El encogió los hombros. - Oh vamos, me lo quitaste tú y lo tiraste a Merlín sabe donde. - Comenzó a buscarlo y lo encontró al lado de sus zapatos. La castaña se lo puso y luego salió de la habitación, bajando a la sala común.

- ¡Hermione! ¡Vuelve a la cama! - Gritó Draco con voz de dormido. Ella rió, y subió de nuevo a la habitación del Slytherin, él la agarró de la muñeca y la puso encima suya, a horcajadas. - Es sábado.

- ¿Y? Hay muchas cosas que hacer. - Draco rodó los ojos.

- Cómo qué, ¿quedar con Diggory? - Hermione sonrió, dispuesta a picarle.

- Por ejemplo. - El rubio alzó las cejas.

- Hermione. - Ella rió.

- Draco.