¿Malfoy? ¿Granger? | Dramione

te amo.

En un chasquido de sus dedos, Lucius desapareció de allí como la pólvora. Gritó y comenzó a pegarle puñetazos a la pared más cercana, hasta que sus nudillos comenzaron a sangrar y a doler. Salió del sauce boxeador, con la capucha de su capa puesta, para que nadie le reconociese, tenía los nudillos ensangrentados. Se dirigió a la enfermería y se acercó a Madam Pomfrey.

- Señor Malfoy. - Le saludó ella. Luego miró sus nudillos e hizo una mueca. - ¿Otra vez chico? Tienes que controlar tus impulsos. - El asintió, concordando con la enfermera.

- Usted p-podría.. ¿darme una poción para que las heridas desparezcan de inmediato? - La enferma le miró con compasión.

- Yo no estoy autorizada para eso Draco, sé que lo que quiere es que nadie se preocupe, pero debería dejar de hacer eso y así nadie preguntará. - Draco suspiró.

- P-por favor... - Susurró él. Madam Pomfrey le miró.

- Es la primera y última vez que hago esto, por que si se enteran podrían hecharme. Así que ninguna palabra de esto a nadie. - El asintió.

- No se preocupe, soy una tumba. - La enferma se acercó a una estantería llena de pociones, alcanzó una y se la dio al chico, le la bebió, y al instante todos los rastros de heridas y sangre desaparecieron de sus nudillos. - Muchísimas gracias.

- Por favor, le pido que no diga nada, mi trabajo está en sus manos. - Suplicó la enfermera.

- Confíe en mi, soy un hombre de palabra. - Abandonó la enfermería y de inmediato bajó a las mazmorras para hablar con sus amigos sobre lo ocurrido. Abrió la puerta de su sala común y se encontró a sus amigos, y en un sofá justo al lado, a dos chicas más. Draco les lanzó una mirada asesina y ellas sin pensárselo salieron de la torre Slytherin. - Chicos... - Se sentó en el sofá con ellos, y mandó un patronus a Ginny, Ron, Harry y Luna. Ellos también merecían saberlo. Ginny recibió el patronus cuando Hermione estaba en la ducha, así que no lo vio. Salió de su habitación no sin antes dejarle una nota que decía que había quedado con Harry. Cuando todos estuvieron en la sala común. Draco cogió aire y soltó todo con pelos y señales. Cuando terminó de hablar, su mirada se oscureció, y sus amigos lo miraban perplejos.

- Esto no puede ser cierto... - Dijo Pansy.

- Sí que lo es. - Murmuró él.

- ¡¿Qué mierda harás ahora?! - Gritó Harry levantándose del sofá.

- Harry relájate. - Le susurró Ginny.

- ¡No! ¡¿Cómo voy a relajarme?! ¡Me estás diciendo que tienes que borrarle la mente a mi mejor amiga, a mi hermana! ¡NO TENDRÍA QUE HABER SALIDO CONTIGO! ¡DESDE UN PRINCIPIO SABÍA QUE NO ERAS BUENO PARA ELLA! - Draco también se levantó y señaló a Harry con un dedo.

- ¡¿QUÉ CULPA TENGO YO DE ESTO POTTER?! MI VIDA ES UNA MIERDA, MI PADRE ES UN ENGENDRO QUE DEBERÍA ESTAR PUDRIÉNDOSE EN AZKABAN, QUE LA MATARÁ SI NO HAGO LO QUE ME DICE. ¡NO ME HE HECHES A MI LA CULPA DE ALGO QUE YO NO HE PROVOCADO! ¿CREES QUÉ A MI ME FASCINA LA IDEA DE QUE LA CHICA QUE MÁS QUIERO VAYA A OLVIDARSE DE MI? ¿VAYA A ODIARME DE NUEVO, COMO HA ESTADO HACIENDO TODOS ESTOS AÑOS ATRÁS? ¿Y YO TENER QUE FINGIR QUE ME DA ASCO? ¿¡CUANDO LA QUIERO CON TODA MI ALMA?! ¡CLARO QUE NO POTTER! ¡POR DIOS RAZONA UN POCO!. - Dos pequeñas lágrimas escaparon de sus ojos, pero se las limpió de inmediato.

- Lo... Lo siento. - Dijo Harry acercándose a Draco, le abrazó y el rubio sin pensárselo, le correspondió el abrazo. Luego de calmarse se miraron y supieron que debían de armar un plan.

- Bien, yo propongo esto. - Añadió Harry. - Mañana por la noche, cuando Hermione suba después de cenar, tú y yo la seguiremos. Cuando la encontremos, esté donde esté. Yo le aturdiré con el desmaius. Y cuando se desmalle tú... tú harás, que olvide todo lo que sintió por ti, con el obliviate. - A todos les dio una punzada en el corazón, no podían creer lo que estaban haciendo. Era por su bien. - Luego de eso, yo la llevaré a enfermería. Recuerda que únicamente debes borrarle sus sentimientos hacia ti, no deberá olvidarse ni de la amistad con los Slytherin, ni del beso de Cedric y Oliver, ni de que tiene que hacer la poción de amortentia contigo. - "Oh mierda" Pensó Draco. - Cuando despierte en la enfermería estaremos todos, tú incluido. Le explicaremos que se cayó de las escaleras de la sala común y que se quedó inconsciente, que hay cosas que no recuerda pero que pronto las recordará. Luego les haremos unas preguntas para ver si realmente ha funcionado, y luego... tendrás que fingir, que la odias. - Draco se pellizcó el puente de la nariz, conteniéndose la lágrimas. Pero no pudo, lloró, como nunca había hecho delante de sus amigos, ellos se miraron y se acercaron a Draco, nunca lo habían visto así de débil. Le abrazaron entre todos y consiguieron tranquilizarle.

- ¿Q-qué pasará luego? ¿Cuando todo pase? - Preguntó Draco. Blaise habló.

- Solo un acontecimiento muy grande podría hacer que recuperara sus recuerdos. Un acontecimiento contigo, tendrás que volver a enamorarla, básicamente, - Draco rió.

- ¿Enamorar a Granger de nuevo? Joder, ¿otra vez? - Todos ríeron. - G-gracias... - Todos asintieron sonriendo, y se fueron de la sala común de Slytherin. - Tengo que buscarla, no puedo perder ni un segundo con ella. - Se dijo para si mismo. Subió a la torre de premios anuales, pero no estaba. La buscó por el pasillo del gran comedor, se dirigió a la biblioteca, probablemente estaría ahí. Camino con prisas y Blaise se lo encontró y lo paró extrañado.

- ¿Qué buscas? - Preguntó él, en la puerta de la biblioteca.

- Mi voluntad de vivir. - Blaise le miró confundido, Hermione salió de la biblioteca, con dos libros entre sus brazos. - Ah. Ahí está. - Blaise rió y se apartó para que su amigo pudiese encontrarse con su novia. Estaba con la capa abrochada hasta arriba, draco rió por que sabía que estaba así ya que no llevaba el uniforme puesto. Ella se dio un susto el encontrárselo allí.

- ¡Draco! Me has asustado. - Dijo riendo. Él le sonrió y le dio un pequeño beso en los labios.

- ¿Por qué llevas la capa así? Déjame verte. - Dijo él.

- Aquí no idiota, ya estoy vestida para salir a Hogsmeade, vamos a la sala común. - Él asintió, de hecho, también tenía que vestirse, así que, entrelazaron sus manos y subieron las escaleras. Cuando llegaron se deshizo de la capa y Draco la analizó. Llevaba una falda vaquera, que llegaba por la mitad de sus muslo, se ceñía a su figura y eso al rubio le encantaba. Arriba un jersey blanco con escote de pico, que se metió por dentro de la falda, unos zapatos planos negros, con cordones blancos, llevaba el colgante giratiempos y unos pequeños pendientes plateados. Por su puesto, llevaba el anillo de su novio. Y Draco, supo que tenía que quitárselo. Intentó disimular la mueca de tristeza que pasó desapercibida por su novia.

- Estas preciosa, como siempre. - Ella se sonrojó y le besó la barbilla. - Voy a vestirme, tardo nada. - Hermione se sentó en el sofá a esperar a su chico. Que treinta minutos después, bajó, con su traje negro, deslumbrante. Ya era de noche, así que lanzaron un patronus a todos diciendo que se reunirían en las cocinas. Salieron de la sala común, con las manos entrelazadas, la luz de la luna se filtraba a través de las ventanas del castillos, Draco observaba a su chica, repasaba todas sus acciones, sus facciones, sus ojos color caramelo, sus mejillas levemente sonrojadas, unos labios color carmesí que no se cansaba de besar, la echaría de menos. Pero lo que más podría dolerle es que ella, se enamorara de otro, mientras él, luchaba con su corazón y mente. La paró en medio de un pasillo. - Hermione. - Ella se puso frente a él y le miró. - Te amo. - A Hermione se le paró el corazón de un momento a otro.

- ¿M-me am-amas? - Él asintió, tragándose su bilis.

- Sí, lo acabo de hacer. Cuando amas a alguien lo descifras, sabes que te tomará algún tiempo y que vas a cometer errores. Podrías mirar años atrás en tu vida y decir "¿En que diablos estaba pensando?", pero no cuando hay amor. El único error real que se puede cometer es dejar que el amor escape. ¿Bien? - Ella se sonrojó hasta más no poder y agarró sus manos con dulzura.

- En ese caso, yo también te amo. - Draco la agarró de la cintura y la besó muy dulce, para luego rodear sus hombros y seguir caminando hacia las cocinas. Cuando llegaron ya estaban todos allí.

- ¿Por qué mierda habéis tardado tanto? - Escupió Oliver. Hermione rió y Draco rodó los ojos.

- Cállate Wood, tenía que complacerla. - Hermione abrió los ojos sorprendida.

- ¡Draco! No puedes mantener la boca cerrada. No ha pasado nada tranquilos. - Todos ríeron, hermione con alegria, pero los demás, sabían lo que venía por delante, incluido Oliver, ya que Harry se lo había contado. Draco se colocó frente al grupo y los guió hasta el final de la cocina, empujó uno de los ladrillas, y se abrió el pasadizo. Todos entraron expectantes, y luego de diez minutos, salieron a la noche estrellada en Hogsmeade...