Bellatrix Lestrange.

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- Me ha encantado verte disfrutar bajo mis caricias señorita Granger. - Ella se sonrojó a más no poder.

- ¡Cállate! ¡Que vergüenza! Habrá que ver las caras que he puesto...

- Oh por dios, ¿sabes lo sexy que estabas? No tienes ni idea. - El rubio le rodeó la cintura y la puso encima suya, a horcajadas. - Sé que no te resistes a mis caricias... - Le pasó una mano por el cuello, y la respiración de la castaña se volvió irregular. - ¿Ves? - Dejó la mano en su cuello, luego la besó y se abrazaron.

- Me acabas de dejar en evidencia. - Ambos ríeron muy fuerte, Hermione se volvió a tumbar a su lado, pero de inmediato se incorporó y alcanzó la camisa de Draco. Se puso de pie, y bajo la atenta mirada de su chico, se la puso, le quedaba por los muslos.

- ¿A dónde vas? - Puso ojitos.

- A desmaquillarme. - Salió del cuarto, entró en el suyo y se desmaquilló y se lavó la cara en 10 minutos. Volvió a subir al cuarto del Slytherin pegando saltitos ya que tenía frío. - Ya estoy aquí. - La serpiente estaba tumbada boca arriba, con la cabeza apoyada en los brazos, los labios entreabiertos y mirando a su chica. Ella entró y se desabrochó la camisa, quedando de nuevo completamente desnuda. Se metió bajo las sábanas y se acurrucó en su pecho, él le rodeó la cintura firmemente y le besó la sien. Ella cerró los ojos mientras sentía la mano de Draco acariciandole la espalda. Ambos se quedaron dormidos, pensando el uno en el otro, disfrutando de su compañía.

Draco abrió los ojos, y vió a su chica tumbada a su lado. Su pecho subía y bajaba mientras dormía, tenía el pelo aún liso de ayer, él metió la mano por debajo de las sábanas y acarició su cintura para que se despertara. Hermione remoloneó y abrió los ojos, se encontró con unos ojos grises y una cabellera rubia mirándola. Ella se acercó a él y le abrazó.

- Buenos días.. - Dijo ella. - ¿Con quién tenemos a primera hora?

- Historia de la Magia. - Ella sonrió. - ¿Te gusta la historia de la Magia?

- Es fascinante. - Él rodó los ojos

- ¿Por qué pregunto? Eres Hermione Granger. - Rió. - Vamos a levantarnos anda. - Hermione se puso su ropa interior, cogió toda la ropa de anoche, y se fue a su cuarto. Sacó su uniforme, se puso la camisa, con dos botones desabrochados, la corbata de Gryffindor, no ajustada del todo, y la falda, por los muslos, había cambiado su forma de vestir, ahora era más atrevida, más femenina; junto con su placa de prefecto y la capa de Gryffindor. Cogió sus libros y su varita, se peinó el pelo, aún liso. Bajó a la sala común, se encontró a Draco allí. Salieron de su casa y fueron al gran comedor, cuando llegaron se despidieron con un beso casto y cada uno se fue con sus amigos. Draco avanzó hacia su mesa y se sentó junto a Blaise y Astoria.

- Buenos días enamorado. - Dijo Blaise. El rubio le dio un puñetazo en el brazo y comenzaron a reírse. - Quien iba a pensar que el príncipe de Slytherin se iba a enamorar de la leona de Gryffindor. - Desayunaron entre risas y bajo la asesina mirada de Pansy Parkinson.

La leona se dirigió a su mesa, de sentó junto a Ginny, enfrente de Ron y Harry. Abrazó a su mejor amiga.

- Buenos días chicos. - Dijo Hermione bostezando.

- ¿Que tal has dormido? - Preguntó Harry.

- Bastante bien, ¿Y vosotros? - Todos asintieron en señal de que sí habían dormido bien. - Me alegro. - Pero la castaña notaba que sus amigos estaban raros. Les pasaba algo. - Chicos os conozco, ¿Qué pasa?

- Hermione, hay rumores de que ha habido una fuga en masa de algunos mortífagos. - Ella se estremeció y miró a Draco.

- Pero son solo rumores, ¿No? - Ron seguía comiendo, como no.

- No son rumores cualquiera, hemos escuchado a Dumbledore comunicándoselo a Severus. - Ella abrió mucho los ojos, casi escupe el café que tenía en la boca.

- ¡¿QUÉ?! No puede ser, ¿se sabe quiénes han escapado? - Harry negó y tomó su mano por encima de la mesa.

- No, pero si los rumores son ciertos, Dumbledore lo comunicará hoy en la comida. - Ella asintió, tragó saliva y se miró su cicatriz. Su amiga Ginny se percató de ello y la abrazó. Cuando terminaron de desayunar, Ginny se separó de ellos y se fue a su clase. Y Ron, Harry y ella se dirigieron al aula de historia de la Magia, con el fantasma Cuthber Binns. Cuando llegaron, Hermione se sentó en tercera fila con Harry. Y en la mesa de al lado se encontraba Ron con un chico de Gryffindor. El profesor fantasma entró en la clase. Detrás de él entró Draco con sus andares de vacilón, con Blaise y Pansy. Draco se sentó justo delante de Hermione, con Blaise, y Pansy se sentó con Astoria en la mesa de al lado. La clase comenzó, y a los 10 minutos Hermione se percató de que Blaise y Draco no paraban de hablar y reírse. Cogió un trozo de papel y se lo tiró a su chico en la nuca.

- ¡Shhh! - Dijo a Draco. Él giró la cabeza y le hizo una mueca, puso morritos y ella rodó los ojos. Él se inclinó hacia atrás con su silla, apoyando el brazo derecho en la mesa de la Gryffindor.

- ¿Ya me echas de menos Granger? - Hermione le dio una colleja y empujó su cabeza hacia delante. - Vale, vale. Ya paro. - Harry rió, y el profesor hizo una pregunta.

- ¿Quiénes se rebelaron en el siglo 17 en Inglaterra? - Hermione subió su mano de inmediato y el profesor le cedió la palabra.

- Los Goblins, profesor.

- Diez puntos para Gryffindor, señorita Granger. - Draco rodó los ojos y Hermione rió. La clase pasó rápido. Cuando terminó, la castaña salió de la clase con sus amigos, para dirigirse a encantamientos. Ese día tenían la jornada completa con Slytherin. Entraron al aula, y se encontraron a los de primer año abandonando la sala, habiendo aprendido su primera lección "Wingardium Leviosa". Hermione miró a Ron y ambos rieron recordando ese día. Los Gryffindor saludaron a Hermione cuando pasaron por su lado. Al igual que los Slytherin saludaron a Draco, Hermione se sentó entre Harry y Ron. Y detrás suya estaba Malfoy. El profesor se encontraba sobre una pila de libros.

- Chicos, hoy vamos a practicar el encantamiento Depulso. Ya sabéis que es el contra hechizo al encantamiento convocador, esto repele objetos y los lanza a donde tú quieres que se lanze. Os he puesto cojines en las mesas para que practiquéis con ellos.

- ¡Depulso! - Dijo Harry, el cojín voló hasta Hermione, a quien tenía al lado, que fue hasta donde quería que llegase.

- ¡Harry! - Ellos ríeron. Hermione lo conjuró y el cojín voló a Malfoy.

- ¡Hermione te mato! - Ella comenzó a reírse sin parar, inclinó su cabeza hacia atrás, apoyándola en la mesa del chico, él se incorporó un poco y le dió un beso casto en los labios. La castaña se incorporó de nuevo y siguió practicando. Al terminar la clase, Slytherin había ganado 12 puntos y Gryffindor 10. Los tres amigos iban camino a la sala común de Gryffindor, donde habían quedado con Ginny. Entraron a la sala común, y se sentaron en los sofás. Luego, Harry se llevó a Hermione a los jardines del castillo. Y comenzaron a pasear mientras esta le miraba preocupada.

- Harry, ¿Qué pasa? - Su mejor amigo la miró y entrelazaron sus manos.

- Hermione, Hogwarts no está a salvo. Hemos vuelto a escuchar que el principal objetivo de los mortifagos que han escapado de Azkaban es Hogwarts.

- ¿Por qué Harry? ¿Qué tienen contra nosotros?

- Somos el lado bueno, el lado que derrotó a Voldemort, que salvó el mundo mágico y los metió en Azkaban. Buscan venganza. El tema es, que entre los que han escapado esta... Bellatrix Lestrange. - Hermione se quedó petrificada en el sitio, se estremeció y ahogó un grito. Intentó contenerse las lágrimas, pero salieron de sus ojos sin ella quererlo. Su amigo la abrazó, le agarró firmemente la espalda mientras le repetía una y otra vez que estaría a salvo. O al menos eso creía...

¿Malfoy? ¿Granger? | DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora