Aquí el Capítulo 🥹
Sanner
Lampher esbozó una sonrisa obsesa de labios cerrados— ¡Ja, Interesante! Definitivamente alguien va a morir esta noche.— siseó mientras avanzaba hacia nosotros. Su pupila dilatada en su centro opacaba el claro de sus ojos. Un abismo residía en su mirada.— Ha-Hanmsel— jadeé tembloroso.
—¡ Manténgase detrás de mí, doctor!— gritó, segundos antes de esquivar por unos milímetros el azote del puño cerrado del narcotraficante.
Hanmsel retrocedió dando algunos saltos, estupefacto. Había evadido un golpe fatal directo a su rostro. De haber asestado, habría terminado noqueado de seguro.
— Siempre fuiste un inútil, pero veo que aprendiste a pelear...— habló Lampher con voz notoriamente ronca, contemplando con rostro risueño y estupefacto, el puño con el cual había fallado el golpe.— Voy a disfrutar esto, realmente.
Lampher volvió a arremeter contra su hermano con una fuerza y velocidad que eran imposible de seguir por mis ojos. Me hallaba frente a dos luchadores profesionales. La única disimilitud, en este caso era que, en una lucha legal se peleaba por ser el ganador y aquí, se peleaba por quedar vivo. Hannsel se mantenía a la defensiva ante los ataques de su hermano. La diferencia de poder era abismal. Lampher era el rey, el más fuerte, temido por todos y ese miedo estaba bien infundado. Su fuerza era descomunal, su torso a la vista con cada uno de sus músculos excesivamente trabajados contrayéndose y definiéndose por encima de su piel. Aquella enormidad, era casi imposible de vencer. Hannsel solo atinaba a esquivar los ataques milésimas de segundos antes de que asestaran sobre él. Una lucha desigual había comenzado y por desgracia ya sabía cómo iba a acabar. Hannsel no podría rehuir de su hermano por demasiado tiempo. Todo esto era como un juego de resistencia sinfín en el cual el castaño era un simple NPC y Lampher, quien ponía los obstáculos.
— ¿Como se sintió, gusano?— Lampher encajó la mandíbula furioso. Cada segundo que transcurría su ira iba en ascenso.— ¿Cómo se sintió mientras lo follabas? Ese breve instante en el que pensaste que podrías salirte con la tuya...— Lampher rió. Sentí que había enloquecido completamente —¡ ¿ Cómo se sintió mientras te cogías a mi puta?!
Hannsel tragó grueso. El sudor no paraba de emanar de su frente, no obstante, no abandonaba su pose de lucha y a su vez cargaba con una expresión desafiante.
— Voy a matarte...— continuó Lampher con aquella voz ronca, pausada y horrible— Voy a separar tu cabeza de tu cuerpo y a tí...— se volteó señalandome con él dedo— Al parecer no te juzgué equivocadamente y realmente eres una puta. Mi polla no fue suficiente para tí ¿cierto, doctor?
Estrujé las manos en el centro de mi pecho. Estaban frías pese el calor de la enorme fogata que ahora se había convertido o la instalación carcelaria a mi costado. —Voy a morir, siento tanto miedo que creo que voy a morir.
Lampher llevó su cabello ligeramente despeinado hacia atrás. Lucía como el mismísimo demonio con las escleras de sus ojos siendo iluminadas por el rojo del fuego y su pupila negra abarcando su iris completamente.— Voy a darte duro... hasta que solo seas capaz de gritar mi nombre. Haré que tiembles al escuchar mis pasos y que grites de pavor al sentir mi sombra. Voy a llevar mi polla hasta tus entrañas, voy a asestar con fuerza hasta hacerte perder la razón, puta de mierda...; voy volverte dócil y luego...— pausó sonriendo como un demente—voy a dejar que mis hombres te prueben. Una puta como tú debe ser compartida ¿ No lo crees?
Mi cuerpo entero se estremeció y sentí un sismo bajo mis pies. Sabía que estaba equivocado y era mi ser el que temblaba violentamente pero en esta ocasión el miedo no era el único sentimiento regente; la ira también estaba presente.
— ¿ Puta?— susurré. De golpe alcé la mirada en desafío a sus palabras. No importaba si en consecuencia el tomaba mi vida. Prefería morir que vivir todo ese calvario que él narraba, sería mi vida— Todas las putas tienen un costo y...¿ creíste que yo te saldría gratis? No, Lampher — sonreí— Te lo he cobrado caro, maldito— agregué extendiendo mi brazo para señalar el edificio en llamas— Alfort, en su lecho de muerte, me confesó las contraseñas que tanto has buscado. Con esos datos y gracias a qué tus hombres duermen ebrios por los rincones, pude acceder a los armamentos y a los explosivos cronometrados que Alfort guardaba en su colección...Los use sabiamente, señor Alfort— agregué contemplando fugazmente el cielo sobre mi cabeza con un toque de nostalgia e ignorando el rostro estupefacto de Lampher — Tú me violaste y yo, como buena puta te lo he cobrado con la vida de todos tus hombres, bastardo de mierda. Muérete maldito, muérete...— espeté iracundo.
Hubo un breve instante de silencio, inclusive Hannsel que se mantuvo todo el tiempo a la defensiva se volteó parcialmente, para verme de reojo, impactado por mi sorprendente confesión.
— Pfff...ja, ja, ja, ja—rió Lampher por lo bajo. Hizo una pausa, agarrando una fuerte bocanada de aire para finalmente explotar en una carcajada que hizo retumbar los cimientos— JA, JA, JA, JA, JA...Doctor Sanner Manso... realmente eres increíble. De acuerdo, doctor... acepto el pago.
—« ¿Que?»
— Acepto el pago; la vida de mis hombres por su culo de puta. No me importa, ya que ellos nunca me han servido para nada. Mis verdaderos colegas esperan por mí tras esas puertas.
— «Maldito... maldito Lampher, maldito»— cerré mis puños a mis costados, colérico e impotente—«Te odio, maldito»
— Solo espere, doctor— sonrió —Voy a aplastar a este insecto y luego ajustaremos cuentas. Quiero escuchar más detalladamente de esa historia, pero sobre todo de ese código de acceso.
Lampher volvió a arremeter contra su hermano, está vez con mucha más rapidez queriendo acabar con la molestia de una vez. Hannsel no tenía oportunidad.
— Maldito Lampher...— dije jadeando furibundo— Maldito...¡ MALDITO!— grité hasta sentir que mis cuerdas vocales estallarían — ¡ MALDITO LAMPHER! ¡MUÉRETE, MALDITO! ¡TE ODIO!¡ ¡ME VIOLASTE, MALDITO! ¡VAS A PAGAR, MALDITO! ¡MUÉRETE!¡ DESAPARECE Y MUERE, MALDITO! ¡MALDITO!
Grité y grité en medio de una escena caótica de fuego, dónde ambos hermanos peleaban a muerte. Lloraba y a la vez lo maldecía, rezando a los Dioses por un milagro que evidentemente no ocurriría.
💓💓💓💓💓💓💓💓💓💓💓💓💓💓💓
PD: Trabajando en el próximo capítulo 🥹

ESTÁS LEYENDO
Prisionero en su prisión
RandomSanner Manso al terminar sus estudios universitarios es enviado a la prisión de Kleinsburg para ejercer como doctor en el lugar. Una prisión alejada del mundo, donde todo parece estar en calma hasta que estalla una revuelta planificada por sus propi...