CAPÍTULO 3.

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Mi entrada al colegio siempre es la misma, sola, acompañada, justo a tiempo o tarde se detienen para mirarme. A veces me imagino que lo hago en cámara lenta. Me encanta.

— Bella, tuvimos examen de química. — Me dice Liam. ¡Mierda! Esa clase la tenemos todos juntos y todos asienten.

— Luego me encargo. — Les guiño un ojo.

— ¡Eres una perra! — Dice Jordan y asiento.

— Lo sé. Papi regresó. — Chocan las manos entre ellos. — Y como se los dije, él nunca me dice que no.

Después de una aburrida clase de inglés tengo tiempo libre para ir a ver al profesor Milton, no es un hombre joven, pero tampoco tan viejo y comenzó a dar clases en este último ciclo escolar aquí. Tiene clase libre y para mi suerte está solo en la oficina del laboratorio de química. Toco la puerta suavemente y cuando me da permiso de entrar, vuelvo a cerrarla detrás de mí.

— ¿Tiene un minuto? — Me muerdo la uña del dedo índice inocentemente.

— Supongo que viene a hablar sobre su inasistencia al examen de hace una hora. — Asiento acercándome a él. — Señorita Küchle, sin un justificante expedido de orientación escolar no puedo aplicarle el examen.

— Profesor, es que no quiero hacer el examen. — Apoyo las palmas de ambas manos en el escritorio y no puede evitar ver el escote de mi blusa cuando me inclino hacia él. Aunque solo es un poco.

— Es parte importante de su calificación y lo sabe, pero es su decisión si quiere repetir los exámenes finales.

— Mi padre regresó de Colombia después de más de tres meses esta mañana. Ayer, mi hermano mayor que es almirante de la Marina regresó de alguna parte del océano después de ocho meses.

— Entonces pida un justificante y le aplico el examen.

— A mi papá no le va a gustar saber que por estar tiempo con él después de tres meses de no verme usted me reprobó. — Me acerco un poco más a él. — ¿Y si lo arreglamos de otra manera? — Me desabrocho un botón de la blusa y su respiración se acelera.

— Señorita Küchle, usted es mi alumna. — Me encojo de hombros.

— Usted es mi profesor y me está viendo los pechos. — Traga saliva. — ¿Entonces?

— No me voy a acostar con usted señorita. — Por supuesto que lo va a hacer. — Salga de mi oficina por favor.

— ¡Vamos! Sabe que quiere hacerlo. — Rozo mis labios con los suyos. — Usted me tiene a mí y yo una excelente calificación final. — Se pone de pie.

¡Mierda! No funciono. •

— ¿Y cómo sé que no va a ir con su padre a decirle que yo abuse de usted? — Suelto una carcajada.

— No le diría eso, le diría que usted reprobó a su princesa y no le gustará tener al director de la DEA aquí, ¿O sí?

— No me voy a acostar con usted señorita. — ¡Mierda! Voy a tener un tres de calificación y papá va a matarme. — Pero si puede hacer algo por mí. — Frunzo el ceño sin entender. — Mi sobrina quiere ser parte del equipo de animadoras y usted es la capitana.

— Considérelo un hecho. Solo dígame su nombre. — Lo señalo con mi uña larga roja. — Quiero la mejor calificación.

— Considérelo un hecho señorita Küchle. — Le guiño un ojo y salgo de la oficina hasta el patio trasero en dónde todos me esperan.

— ¿Te lo tiraste? — Me pregunta Irina y niego. — ¡Mierda Bella! Vas a reprobar.

— Nunca dije eso. — Me miran con los ojos abiertos esperando respuesta. — Solo quiere que acepte a su sobrina en el equipo de animadoras. — Los chicos sueltan una carcajada.

SOY TU PECADO. (BP #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora