♡CAPÍTULO 33.♡

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Lo más que Stephen me dejó descansar desde las 8:00am hasta la 1:30pm fue una hora y eso para desayunar. Parece que nunca se cansa y yo no voy a poder sentarme o cerrar las piernas.

— ¡Stephen! — Vuelvo a correrme y eso si sonó a suplica, pero ya no me interesa. — ¡Joder ya no puedo! — Estamos en el sofá y estoy sentada a horcajadas.

— Córrete una vez más. — Se lleva uno de mis pechos a la boca y pone sus manos en mis muslos para que yo mueva las caderas sin su ayuda. — Más rápido. — Se separa un poco de mi apoyando la cabeza en los cojines del sofá, ya descubrí que lo que quiere es ver mis pechos rebotar.

— Eres un hijo de puta. — Se ríe.

— Pues te estás follando a este hijo de puta. — Me muerdo el labio inferior. — Y ya lo haces mejor pequeña. — Muerdo su cuello y gruñe dándome una nalgada.

— ¡Deja de pegarme! — Exclamo y lo vuelve a hacer. — ¡Oye! — Lo hace más fuerte. — ¡Stephen! — Eso me salió en un gemido y rasguño con fuerza su pecho haciéndolo gruñir.

— No eres menos salvaje que yo pequeña. — Me baja con fuerza y se corre.

— Tienes que llevarme al colegio de nuevo. — Beso su cuello y él masajea mi adolorido trasero por sus nalgadas.

— ¿Papi te castigó? — Asiento con un bufido.

— Tengo que llegar a mi casa antes de las 6:00pm. — Me mira divertido.

— Entonces tenemos tiempo de sobra. — Alzo una ceja.

— No, ni hablar. — Intento levantarme, pero me vuelve a sentar en su regazo. Se levanta conmigo. — ¿A dónde vamos? — No responde y cuando veo que vamos a la terraza forcejeó inútilmente para que me suelte, se lanza conmigo a la piscina.

— Me tienes que regresar a Eros. — Dice despreocupado y lo fulminó con la mirada.

— ¿Qué tienes con la puta agua? — Suelta una carcajada. Le doy la espalda observando la vista de la playa desde la orilla de la piscina que tiene una ilusión infinita.

— Me tienes que regresar a Eros, hablo en serio. — Pega su pecho a mi espalda y pone sus brazos tatuados en la orilla.

— ¿Y si no quiero? — Me aparta el cabello mojado besando mi cuello.

— Por tu bien tienes que devolverme a mi perro. — Suelto una carcajada.

— No te tengo miedo. — Me acorrala en la orilla y siento su pene entre mi trasero.

— ¿Segura pequeña? — Pone su mano en mi vientre y...

Joder, nos va a reventar el trasero. •

Se me acelera la respiración cuando lo siento cada vez más cerca. Pega mis pechos a la orilla y levanta mi trasero. Cierro los ojos con fuerza, pero luego solo me acaricia lentamente el trasero.

— Te dije que jamás haría algo que no quisieras. — Me da un leve beso en la mejilla.

— Pues entonces no voy a regresarte a Eros. — Alza una ceja desafiante.

— Eso no aplica pequeña, me lo vas a regresar. — Le guiño un ojo.

— Más tarde veremos. — Suelta una carcajada.

Como ya es común en nosotros comenzamos con una estúpida pelea durante casi una hora hasta que me termina follando en la piscina. Parece que nunca se cansa.

Mientras esperamos la comida reviso los miles de mensajes de los chicos preguntando porque carajo no aparecí en el colegio, también me doy cuenta que tengo algunas llamadas pérdidas de Isamar y de Eliam. Lo llamo a él y responde.

SOY TU PECADO. (BP #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora