♡CAPÍTULO 47.♡

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Mi vida estuvo en grave peligro por haberme tirado a Camilo Villalobos, el día que le dije que me tenía que ir vi algo extraño en su mirada, su tono amenazante y quizá no estaba loca cuando sentía que me seguían, siempre aparecía él después. Nadie entiende como es que no me secuestro para luego matarme, nunca me golpeó ni nada así y las dos veces que estuvimos juntos me dejó irme. Papá está demasiado molesto, mamá preocupada y Eliam se siente culpable. No saben que es lo que quiere o lo que planea. Michael Küchle es un hombre al cual le gusta tener el control de todo y esto se le sale de las manos.

— Lo siento papá. — Me mira y luego me abraza.

— Pude perderte Bella y no hubiera podido hacer nada para evitarlo. — Se me forma un nudo en la garganta.

— Papá, ¿Por qué no voy a verlo? Él no sospecha nada o de lo contrario ya hubiera hecho algo. Lo pueden arrestar.

— No Bella, no voy a ponerte en peligro una tercera vez.

— Jefe, su hija tiene razón, ¿En dónde se veían? — Interviene Pride.

— Vive en el mismo edificio que Stephen. — Papá cierra las manos en puños. — En el piso diez, ahí he estado con él dos veces.

— ¡Quiero a Stephen Avery aquí y ahora! — Ordena papá antes de salir de la sala de comandos echo una furia. Media hora después llega Stephen y parece preocupado. Esto cada vez me preocupa más a mí.

• Serías idiota si no. Un mafioso nos metió la polla. •

— Tú y yo vamos a hablar más tarde pequeña. — Se me eriza la piel, pero no digo nada. — Es imposible que viva en el mismo edificio que yo, jamás lo he visto y el departamento que dice Marbella pertenece a una pareja de ancianos que hace algunos meses se fueron del edificio, pero sus hijos decidieron conservar. Para alquilarlo deben avisar primero a administración.

— ¿Y cómo carajo me explicas que mi hija haya estado en ese departamento follando con un puto mafioso? — Stephen me mira amenazante, pero le sostengo la mirada.

— Michael, no trabajo para la DEA y aunque el edificio es mío no conozco a todos los que viven ahí, solo sé lo que me dijiste por teléfono y que yo recuerde jamás lo había visto.

— Nunca lo vi cuando estaba contigo o de lo contrario te hubieras puesto como loco. — Me fulmina con la mirada. — Parece que sabe los momentos en que estoy sola.

— Dame tu celular. — Exige Pride y se lo doy.

— ¿Te quedaste dormida alguna vez estando con él? — Niego. — ¿Sentiste algún piquete o algo parecido? — Niego. — Stephen, ¿La revisas tú o traigo al médico del cuartel? — Tensa la mandíbula.

— Lo hago yo. — Toma mi mano, pero me suelto.

— ¿Qué carajo me van a revisar?

— Marbella, no es momento para tus berrinches, pudo ponerte un rastreador en el lugar que menos esperas. — Bajo la vista a mi entrepierna y papá asiente.

— ¡No me jodas! — Alza una ceja.

— Estoy enviando un equipo a su casa jefe para que revise la ropa de su hija, joyas y sobre todo los autos.

— Te quitas la ropa o te la quitó yo. — Abro la boca sorprendida cuando estamos en una sala a solas. Mientras me desnudo me mira fijamente y no trata de ocultar una erección. — Abre las piernas pequeña. — Resoplo, pero lo hago e introduce dos dedos buscando algo en mi interior.

— ¡Joder Stephen! Hemos follado, ya hubieras sentido algo. — Me ignora.

— ¿Tuviste sexo anal? — Lo golpeó con el pie. — Tenía que preguntar. — Se encoge de hombros y unos segundos después tiene su rostro metido entre mis piernas.

SOY TU PECADO. (BP #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora