☆CAPÍTULO 30.☆

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Para el lunes Jordan ya estaba perfectamente bien conmigo y dejo de lado su maldito enojo. Seguimos con los partidos y mi vida normal aún sin saber nada de Stephen. Cuando regresé en dos días y se dé cuenta que su Jeep y perro han desaparecido sé que va a explotar. Es lo mínimo que se merece por no haberse puesto en contacto conmigo por casi una puta semana.

— ¡No puedo creer que te hayas robado a su perro! — Irina suelta una carcajada acariciando a Eros. Ya pasé por esto con Isamar, no dejo de reírse y creó que aún lo sigue haciendo.

— Quería jugar y le sigo demostrando que yo puedo jugar mejor que él.

Stephen no regresó el miércoles, tampoco el jueves, ni el viernes. Seguía subiendo un par de stories a Instagram, pero nada más y fue frustrante. Al menos aquí tengo a Eros.

El viernes lo pasé en el departamento de Santiago hasta la madrugada. Podría ser bueno que Stephen siga en Londres, pero yo me quiero quedar con Eros.

— Te extrañé. — Acaricio la mejilla de Santiago.

— Y yo a ti. — Vuelve a besarme.

Regresé a mi casa a las 3:00am en el Jeep de Stephen.

El sábado salí con los chicos al club que ahora sé es de Stephen también, nos pusimos ebrios y terminamos como un par de semanas atrás en el penthouse de Jordan. Todos follando entre nosotros.

— ¡Me va a explotar la cabeza! — Se queja Irina entrando a la cocina con Liam. Oficialmente ya están saliendo.

— No eres la única mi vida. — Le digo y me da un fuerte beso en la mejilla.

El domingo la pase en la playa con Eliam, Diego, Isamar y los perros.

— Es lindo. — Isamar acaricia a Eros mientras estamos en la piscina. — Sigo sin poder creer que lo hayas traído. — Suelta una carcajada.

— ¡Oye, lo dejo solo y ahora le gusta estar aquí con nosotros!

Nos quedamos despiertas hasta algo tarde y cuando ella sube a su habitación para irse a dormir yo voy a la cocina. Un escalofrío me recorre la espalda mientras me estoy sirviendo un vaso con agua.

• Algo no está bien aquí. •

Joder no, algo no está bien. El corazón se me acelera. En la casa hay un puto sistema de seguridad. Veo de reojo la puerta que da al jardín y noto que algo se mueve.

• ¡NO ME JODAS! •

No entiendo como alguien logro entrar. Mis papás no están y gracias al cielo yo sé defenderme. Con toda la calma del mundo me acerco hasta el cajón en dónde sé mi papá tiene un arma. La puerta corrediza se abre y me giro apuntando el arma en esa dirección.

— ¡Mueves un puto dedo y te disparo! — Suelto todo el aire que había estado reteniendo y bajo el arma cuando veo a Stephen con los brazos cruzados.

• Te recuerdo que no está contento por lo que hiciste y ya debe de saber. •

¡Mierda! Termina de entrar y conforme se acerca a mí se me vuelve a cortar la respiración. Esto es peor que si fuera un ladrón.

• ¿Alguien le puede hablar a un señor ladrón? Por favor. Somos muy jóvenes, hermosas y sexys como para morir. •

— ¿Marbella Küchle o Stephanie Avery? — Trago saliva.

— Si, subí a tu penthouse, secuestré a Eros y robé tu Jeep.

SOY TU PECADO. (BP #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora