capitulo 22

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—Ustedes son un desastre —nos regañó mi padre a Ethan y a mí.

—¡Fue culpa de Elizabeth!

—Silencio...

La voz pesada y dura de mi padre obligó a Ethan a guardar silencio, no alza la voz, pero su solo tono autoritario es suficiente para intimidarnos a los dos.

—Agarrarse a golpes en plena calle ¿No les da vergüenza?

—Solo intenté defender a una mujer que estaba siendo brutalmente golpeada por la salvaje de Elizabeth.

—Si claro, porque esa mujer estaba besando a mi hermanito menor.

El rostro de mi padre se coloca más duro y arrugado, lentamente gira su cuello hasta fijar sus ojos en Ethan, quien lo reta con la mirada.

—¿Disculpa?

—¡No te atrevas a pelearme por eso papá!

—Claro que te pelearé por eso ¿Acaso estás loco?

—¡Mira quién habla! —Ethan se coloca de pie de un brinco—. Tú fuiste un mujeriego de primera, incluso cuando estando casado con mamá ¿Y quieres venir aquí a poner el ejemplo? ¡Vete al diablo!

—¿Disculpa? —mi padre se acercó a mi hermano dando pesados pasos, Jesús, hasta aquí puedo sentir su aura pesada—. ¿Cómo te atreves a decir que fui un mujeriego con tu madre? ¡¿Quién te dijo tal tontería?!

—¡El abuelo!

—¡Es mentira! ¡Yo nunca le falté a tu madre! ¡Y no trates de justificar lo que hiciste con mi pasado! —Mi padre lo agarró con fuerza de los hombros—. Eres mi hijo, estoy tratando de guiarte para que no hagas las tonterías que yo hacía cuando tenía tu edad ¡No voy a permitir que andes con una mujer mayor que tú!

—¡No puedes hacer nada para impedírmelo! Estás tan ocupado cuidando que no asesinen a Elizabeth que ni siquiera nos prestas atención, si papá, ya sabemos que ella es tu favorita ¡Si quiera disimúlalo!

Pero y para mi sorpresa mi padre le sonríe, no es una sonrisa sarcástica, ni una sonrisa que intenta disimular su enojo, no, es una sonrisa divertida, eso solo puede significar una cosa.

—¡Papá no! —le pedí.

—Elizabeth, llama a tu madre, que ella resuelva esta situación con su hijo.

Los ojos de Ethan se abren por completo y cuello empieza a moverse, estaba tragando saliva como loco.

—Papá eso es muy cruel.

—Escucha Ethan ¿Quieres que te preste atención? Bien, lo haré, pero que conste y que lo diga Elizabeth si no es así, que mi atención es lo último que tu deseas recibir.

Mi padre saca su teléfono del bolsillo y rápidamente mi madre aparece frente a nosotros, se ve furiosa, al parecer las dos horas de sermón que le hecho ayer a Ethan no habían logrado calmarla.

—Tu hijo cree que podrá seguir viendo a esa mujer —le dijo mi padre a mi madre sentándose tranquilamente sobre el sofá.

—¿Eso crees? —Mi madre cruzó los brazos mirando a Ethan, después comenzó a reír—. Hijo mío, ni tus abuelos podrán ayudarte.

—¿A qué se refieren?

Esa misma tarde un equipo de seguridad llegó a la casa, las miradas confundidas de Alondra y de Keyla recorren todo el pasillo mientras dos hombres con traje instalan cámaras de seguridad en la habitación de mi hermano, sensores de seguridad y casi puedo apostar que están instalando localizadores en su ropa y sus zapatos.

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