capitulo 28

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Alexei y yo llegamos a un pequeño motel en la carretera y después de registrarnos con nombres falsos pudimos ocupar una habitación, es la una de la mañana y mi cuerpo se siente pesado, Alexei no es fácil de saciar en lo sexual y la adrenalina del momento que acabábamos de vivir se está reduciendo mostrando lo agotado que en realidad se encuentra mi cuerpo, inmediatamente cruzamos la puerta de la habitación me arrojo a la cama y trato de cerrar los ojos, quiero dormir, muero de ganas por descansar un rato.

—¿No te colocarás algo más cómodo? —me preguntó Alexei desde alguna parte de la habitación.

—Tienes permiso para desvestirme —le murmuré tratando de dormir.

—¿Disculpa? Pensé que había quedado claro que yo te desvisto cuando quiera.

Finalmente abro los ojos para regañarlo por ese comentario, mala idea, ya que el maldito está deliciosamente desnudo frente a mí.

—Vístete, tenerte desnudo frente a mí me distrae —le pedí lo más amable que pude.

—¿Te distraigo? ¿De qué manera?

—¿Estás disfrutando esto, cierto?

—Estoy disfrutando de ver ese particular brillo en tus ojos cuando ves algo que te excita, me gusta.

—Eres un egocéntrico.

—Si —encogió los hombros como si nada—. Ahora abre esas piernas, voy a desvestirte.

Yo lo observé con la ceja levantada antes de ser agarrada de los tobillos y ser girada de manera brusca.

—¡Diablos Alexei eso...!

Quedo en completo silencio cuando él se abalanza sobre mí y acerca su rostro al mío, me reta con la mirada al tiempo que agarra el borde de mis pantalones de franela y empieza a deslizarse hacia abajo al tiempo que tira de la prenda, su aliento cálido roza mi cadera y más abajo pero no se acerca.

—¿Todavía tienes sueño? —preguntó de manera burlona antes de darle un beso a mi tobillo.

—Cállate.

Su boca sonríe contra mi piel antes de volver a subir y arrebatarme de un tirón el suéter, su brazo rodea mi cintura y sin ningún tipo de esfuerzo me empuja hacia arriba para que me acomodara mejor sobre la cama, se coloca de pie nuevamente y apaga la luz, se arrastra sobre el colchón y se acuesta a mi lado, nos cubre a ambos con el edredón y me aprieta a su cuerpo con fuerza.

—Yo también estoy cansado.

—Descansa entonces.

—Buenas noches Elizabeth.

Finalmente puedo cerrar mis ojos, el sonido del corazón de Alexei es relajante, pacifico, me encanta dormir sobre su pecho.

Mientras vamos en el auto no sé a ciencia cierta quien estaba más nervioso, Alexei aparentemente se le mira calmado, pero he aprendido a leer las señales de su cuerpo, sus dedos golpetean el volante y aprieta los labios por momentos, definitivamente ha aprendido muy bien a disimular sus sentimientos, excepto conmigo.

—Llegamos —soltó un suspiro antes de dar la vuelta.

Esperaba encontrar un ejército de hombres armados al igual que a mi padre, encontrar todo un fuerte de personas dispuestas a dispararle a Alexei pero no, solo mi madre y mi padre estan en la puerta, mi madre con una sonrisa y mi padre con el rostro helido y sus brazos cruzados sobre su pecho, Alexei y yo bajamos del auto prácticamente al mismo tiempo y empezamos a caminar hacia ellos.

—Buenos días señores Harris —habló Alexei con total relajo.

—Así que te quedo grande —le dijo mi padre—. Proteger a Elizabeth te quedo grande.

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