capitulo 20

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Despierto ligera como una pluma y con ganas de seguir descansando, tengo una sonrisa tonta en mi rostro y una pequeña tranquilidad me embarga, estoy desnuda, puedo sentir a Alexei desnudo detrás de mí y su respiración moviendo mi cabello, siento mi teléfono sonar y estiro la mano para contestar, es Royce, estoy dispuesta a colgar cuando Alexei me arrebata el teléfono.

—¿Qué quieres ahora? —contestó Alexei de mala manera—, está dormida ¿Por qué? —silencio un momento y después empieza a reír—no te la voy a pasar, está agotada y ciertamente yo también, así que adiós.

Cuelga el teléfono y lo arroja al suelo, por suerte cayó sobre la alfombra.

—¿Qué te dijo? —pregunté de mala manera girándome para mirarlo.

—Ya puedes imaginártelo.

Después de ducharme, vestirme y deleitarme viendo a Alexei vestirse e irse decido hablar con mi madre, necesito un buen consejo no solo con lo del nuevo cartel sino con Alexei, cosa que probablemente me meta en problemas, pero todos mis planes fueron interrumpidos cuando el nombre de Alondra apareció en la pantalla.

—¡Hola! ¿No se supone que debes estar en...?

—¡Elizabeth! ¡Fue horrible! ¡Alguien disparo...!

—¿Qué? ¿Cómo que alguien disparo? —me coloqué de pie inmediatamente.

—¡Sí! ¡Iba en mi auto y un maldito le disparo a mi chatarra! ¡Eli fue tan horrible!

—¿Dónde estás?

—Frente a la casa.

—¡Voy para allá!

A pesar de que la distancia entre el hotel y el apartamento no es tan larga yo siento el camino demasiado largo, cuando llegue a casa frene en seco el auto y prácticamente salí volando para abrazar a mi amiga, Alondra estaba sentada sobre el suelo frente a la puerta y dos policías rodeándola, inmediatamente me ve ella se levanta de golpe y camina hacia mí para abrazarme.

—¿estás bien? ¿Te sucedió algo? —le pregunté preocupada.

—Si... sí, estoy bien, los policías dijeron que probablemente fue un intento de robo —dijo sin aliento y algo nerviosa.

—ven, entremos, necesitas algo de beber.

Después de colocar la denuncia acompañe a Alondra al interior de la casa, sus manos temblaban como gelatina y aún seguía pálida como un papel, respire profundo antes de salir un momento a la casa, lo siento Alexei pero no tengo opción.

—¡Elizabeth! ¿Sucedió algo? —contesto mi madre.

—sí, algo así...

—¿estás bien?

—yo sí pero... mamá, esas personas están locas, intentaron asesinar a Alondra, estaba pensando en llevarla a casa para protegerlas.

Mi madre guarda silencio un momento y después la escucho maldecir.

—le dije a tu padre que no se tomara el asunto de manera tan tranquila, se lo advertí.

—¿y porque no hizo nada?

—porque ni Mark ni nadie le ha dicho nada y eso es lo más extraño del asunto, que al parecer solo es a ti, así que yo considero que deberías traerlas.

—bien... y mamá...

—dime.

—hay otro asunto del que quiero hablar contigo pero...

—¿pero?

—cuando llegue a casa hablamos.

—¿Estás embarazada? —preguntó asustada.

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