—Debo suponer que voy a dormir contigo ¿O me equivoco?
—Que comes que adivinas.
—Alexei, me siento incómoda .
—No, no te sientes incómoda, quieres que me quite la ropa y quieres que te coja pero no sabes cómo decírmelo, eso es lo que sucede.
—Si...
—Eso se soluciona fácil.
Y sí que lo supo solucionar, la lengua de Alexei acaricia justo en el punto correcto, mis muslos están fuertemente sostenidos por sus manos mientras su boca hace mil maravillas en mi sexo, los dedos de mis pies están recogidos, mis manos empuñadas sobre mi cabeza, mi boca abierta buscando oxígeno y mis ojos apretados, mi espalda se curva y un gemido ronco se escapa de mi garganta, sus labios succionan cierta parte de mí que me hace erizar y provoca que una suave electricidad viaje hasta mi espalda.
—¡Dios mío!
Estoy a punto de llorar de placer, mis piernas tiemblan como gelatina pero Alexei no se detiene, de repente mis manos pasan de estar tirando de mi cabello a tirar el suyo para pegarlo más a mi vagina y en ese instante mi cuerpo estalla de placer, un jadeo largo y agudo abandona mi garganta mientras mi cuerpo convulsiona de manera salvaje.
Mientras recupero el aliento me deleito con la imagen de Alexei desnudándose y cubriendo su miembro con un preservativo.
—Pensé que tenías que irte.
—Cállate y abre esas piernas.
Alexei se empuja en mi interior y yo me veo obligada a arrojar la cabeza hacia atrás, juntos formamos una danza extraña sobre esa cama, una sensual danza en donde él me penetra sin piedad y yo lo recibo balanceando mis caderas de atrás hacia adelante, mi cuerpo solo actúa por instinto pero él parece disfrutarlo ya que suaves jadeos salen de su boca cada vez que lo hace, de un momento a otro se aleja de mí, me agarra de las rodillas y me coloca en cuatro sobre el colchón.
—¡SI! —grité cuando su miembro entró.
Es extraño, extraño y placentero, es una mezcla entre dolor y placer, mas placer que dolor y cuando los dedos de Alexei se entierran en mis caderas mi cuerpo actúa por si solo abriendo más las piernas.
—Así... perfecta...
La voz de Alexei se escucha ronca, pesada y vigorosa, eso solo me excita más, cuando una de sus manos abandona mi cadera y toca cierta zona allá abajo yo empiezo a convulsionar nuevamente explotando en mil pedazos ¿Cómo diablos es eso posible?
—¡Maldita sea! —escuché gritar a Alexei antes de que sus movimientos de detuvieran.
Lentamente desliza su miembro fuera de mi y me da una suave palmada en el trasero, yo muy despacio me acomodo sobre el colchón y tomo asiento.
—¿Satisfecha? —me preguntó con una sonrisa antes de darme un rápido beso.
—Sí, satisfecha —admití con una pequeña sonrisa.
Me arrojo a la cama sin vestirme y admiro fascinada a Alexei, el maldito es sexy, años de arduo ejercicio han marcado cada musculo de su cuerpo y su forma tan elegante de vestir lo ayuda a verse más estilizado.
—Si quieres que vuelva a la cama solo tienes que pedirlo.
—No, debo descansar un poco.
—Bien.
Desliza su blazer sobre sus hombros y se aplica loción, se despide de mí con un beso y sin más abandona la habitación y la casa.
—¿Cómo está la situación con papá? —le pregunté a mamá desde el teléfono fijo.

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Enlazada a ti
De TodoMuchas cosas pasaron en la vida de Elizabeth Harris después de que sus padres decidieron cambiar su vida y alejarse de las balas y los enemigos, sólo la felicidad la rodeaba hasta que una noche el pasado decidió hacer su aparición y cambiarlo todo...