ᴛʀᴇ

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Sus pasos eran lentos y el castaño mandaba miradas al portador de la capa para saber qué hacer, pero éste no le indicaba nada, parecía como si quisiera que ella se acercara más con la intención de salvar a su hermano.

Eunji se detuvo a pocos metros, los suficientes para notar el rostro de Soobin sucio y rasguñado, no quiso ni imaginar si quiera si la bestia de la que tanto hablan se escondía en esa capa, pero a lo que recordaba era que del bosque no salía y tampoco se dejaba ver en el día.

«El día...» pensó de repente mirando de reojo al sol que se estaba terminando de ocultar y la noche caía frenéticamente «[...] es su hora de salir» cortó su pensamiento cuando se dio cuenta de que el desconocido bajaba su capucha y dejaba ver su cabello azul, pero seguía sin mirarla. En ningún momento volteo a verla.

―Solo deja a mi hermano, nos iremos para no molestarte más. ―intento acercase a Soobin, pero un paso del peliazul basto para que se detuviera.

― ¿Y a ti quien te dijo que se podían ir? ―los dos hermanos tragaron en seco al escucharlo hablar y el castaño atrás de su hermano hizo que éste se levantara a la fuerza―. ¿Sabías que tu hermano entró en mi territorio?

― No porque te escondas de manera cobarde aquí quiere decir que te pertenece. ―no sabía si el hablar de esa manera beneficiaria, pero sacaría a Soobin de allí a como fuera.

―Tu hermana no sabe cerrar la boca, ¿sabías eso? ―un anillo en forma de garra bañado en oro se dejó ver en la mano izquierda del peliazul apuntando directo a la altura del corazón de Soobin.

No pensaba con certeza porque portaba aquello, pero al notar que su hermano se retorcía del dolor y el rostro un tanto asustado del castaño supo al instante que estaba equivocada con respecto a sus pensamientos que ahora se han desvanecido y han provocado un bloqueo mental de lo siguiente que debe hacer.

Por supuesto no abandonaría a su hermano pero la bestia estaba frente a ella. O eso al menos fue lo único que logro pensar. ¿Cómo iba a enfrentarse a él? Estaba acompañado de ese chico de cabellera castaña el cual no sabía si tenia ordenes de atacarle o algo relacionado a ese actuar.

― ¡Yeonjun para ya! ―la voz del castaño se dejó escuchar por primera vez y Eunji recordó aquel nombre; era él. Era la bestia, ahora lo comprobaba.

Todo el pueblo hablaba de él, decían su nombre con miedo porque sabían que se escondía en el bosque convirtiéndolo en su guarida. Nadie sabía su pasado, pero sabían su presente. No sabían si era humano en realidad, pero lo que sí sabían era que trataban con una bestia la cual nunca se dejaba ver y que si le molestabas no vivirías para contarlo.

El bosque era su territorio, nadie entraba ahí sin su permiso y, quien lo hacía, no regresaba vivo ni completo.

― ¡Cierra la boca Beomgyu! ―grito el peliazul y Eunji volvió a su realidad cuando Soobin estaba ya tirado en el césped aun consciente de su presente―. ¿Quién se sacrificará por quién?

―Ya detente Yeonjun, no hagas esto de nuevo, ―suplico Beomgyu haciendo que la chica le mirará confundida; ¿de nuevo? ¿acaso ya había sucedido antes? ―, para ya, detente.

El tiempo era acortado así que debía apresurarse antes de que cayera por completo la noche.

― ¡Entrego mi vida a cambio de la suya, pero por favor no le hagas daño! ―se dejó caer de rodillas tomando la mano del peliazul en forma de ruego. No estaba soportando que su cabeza no pudiera pensar, ni siquiera estaba segura de las consecuencias, pero era la mayor, siempre ella debía dar la cara por sus hermanos, no dejaría que nadie los dañará.

Soobin miro a su hermana sosteniendo la mano del otro estando todavía de rodillas mientras el peliazul sonreía satisfecho y Beomgyu rogaba con la mirada al mayor de que no hiciera lo que estaba pensando.

Tantos pensamientos cruzados en esos momentos, pero no había permiso alguno de arrepentirse.

La decisión estaba hecha.

ʀᴜɴ ᴀᴡᴀʏ | ᴄ. ʏᴇᴏɴᴊᴜɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora