ᴠᴇɴᴛᴏᴛᴛᴏ

645 97 1
                                    

Cuando menos lo esperaba, faltaban veinticuatro horas exactas para la boda. Eunji estaba inquieta en su cama, a cada momento se movía y sentía el pesar en su corazón, su cabeza dolía de tanto pensar, ni siquiera entendía porque se estaba atormentando demasiado en atraer pensamientos que no ameritaban estar en la situación.

Solo quería irse de ese pueblo, había aceptado irse con Wooyoung lejos de Asia, comenzar su vida de casados al norte de Europa, formar una familia quizás pronto y con nuevas metas, una de ellas, para Wooyoung, era lograr obtener el amor de Eunji.

Quería borrar a Yeonjun para siempre del corazón y mente de la joven.

― ¿Manita? ―escucho la vocecita del más pequeño de los Choi.

―Dime mi príncipe. ―acaricio la mejillita izquierda del bebé y éste sonrío.

― ¿Tiste? ―pregunto inocentemente notando el sentimiento de Eunji.

―Para nada pequeño, para nada. ―lo abrazo para sí misma y el niño gustoso se dejó abrazar.

No entendía que Eunji debía irse y que solo faltaban horas para que la dejara de ver, Soobin decía que iba a ser muy difícil que Jongho se acostumbrara a estar sin ella y eso era razón de sobra para que la duda en Eunji acerca de irse o no estuviera presente de vez en cuando.

Ni siquiera podía dudar, había dado su palabra a Wooyoung de que se iría con él lejos a empezar una nueva vida en la cual nadie molestara. Existían varias razones para dudar, claro que las había, pero no quería ponerle demasiada mente porque se conocía, sabía que, si su mente comenzaba a dudar acerca de alguna decisión, terminaría arrepintiéndose de la misma.

Alejarse de su familia no estaba dentro de sus planes, pero lo hacía para salvarlos únicamente.

―Acaban de traer tu vestido de novia. ―informo un fastidiado Soobin.

―Gracias por avisarme. ―cargo a Jongho para bajar con él, pero Soobin la detuvo.

― ¿Estás segura de esta decisión? ―ella asintió.

―Totalmente, sino ya hubiera salido corriendo. ―le respondió.

―No quiero que seas infeliz. ―le rogo con la mirada.

―No lo seré, te lo aseguro. ―se soltó de su agarre y camino hasta la sala.

No tenía que dudar.

No quería hacerlo.

Sabía a lo que se estaba exponiendo, Soobin debía entender porque su hermana estaba siéndolo, pero ella no se daba cuenta que estaba siendo egoísta consigo misma, estaba renunciando a ser feliz con otra persona a cambio de salvar a su familia. Se estaba sacrificando de una manera que parecía como si estuviese viviendo un calvario.

Lo único que quería era estar tranquila, olvidarse de que un día conoció a Yeonjun y borrar los sentimientos que tenía hacía él.

Nada le haría cambiar de opinión, ¿verdad?

Cayendo la noche, Eunji se despidió de sus hermanos, ella ahora vivía en la mansión de los Jung como la futura esposa de Jung Wooyoung así que debía irse acostumbrando a ello.

Anuncio a una de las mucamas que no cenaría ya que no contaba con demasiado apetito, solo pidió una taza de chocolate caliente y se retiró a su habitación, cerró la puerta y encendió la luz. No sabía cuántos suspiros había soltado en el día, había perdido la cuenta, pero aseguraba que eran muchos.

― ¿Beomgyu, que haces aquí? ―pregunto sorprendida al ver al castaño frente a ella.

―No tengo mucho tiempo, tenemos que hablar. ―se acercó hasta ella para alejarla de la puerta.

― ¿Cómo entraste? Los guardias pudieron haberte visto. ―hablo preocupada.

―Tengo mis trucos. ―sonrió burlón.

― ¿Y bien? ¿Qué sucede? ―le intrigaba acerca de la situación por la cual se vio obligado Beomgyu arriesgarse tanto.

―Se trata de Yeonjun. ―le respondió.

La chica soltó las manos de Beomgyu y negó, camino hasta la puerta para quitarle el seguro y la abrió, haciéndole el ademan al castaño para que se fuera.

―Deje muy claro que no quería saber nada de Yeonjun. ―el castaño se acercó para cerrar la puerta y devolver el seguro.

―Es muy importante, es urgente Eunji por favor escúchame. ―pero se rehusaba, no quería saber nada él.

―Que no Beomgyu, no quiero saber nada de ese asesino que tienes como hermano, nunca jamás. ―le respondió a la defensiva.

―Mi hermano no es un asesino como te lo hicieron ver. ―esta vez hablaba con un tono de súplica.

Eunji soltó una carcajada cubriendo después su boca por lo que hizo. Alguien pudo haberla escuchado. Beomgyu le miro mal y ella de la misma manera, definitivamente no podía creer en la incredulidad que el castaño cargaba acerca de la situación, mejor dicho, de la grave situación en la que se encontraba Yeonjun.

― ¿Me vas a escuchar? ―ella negó―, te lo pido por favor, es necesario que sepas que...

―No me interesa saber cómo esta, no me interesa absolutamente nada. ―se alejó de él cubriéndose los oídos.

Estaba siendo demasiado terca.

―Por favor Eunji escúchame. ―le volvió a suplicar.

Pero ella estaba haciendo oídos sordos, estaba cubriéndose los oídos con sus manos para evitar escuchar lo que Beomgyu tenía para decirle.

Daba vueltas que al castaño hacia marear, no quería gritar para que ella escuchara, pero tal parecía que era la única opción que le quedaba así que lo dijo.

― ¡Yeonjun se está muriendo!

ʀᴜɴ ᴀᴡᴀʏ | ᴄ. ʏᴇᴏɴᴊᴜɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora