ᴠᴇɴᴛɪᴅᴜᴇ

691 97 0
                                    

Jeongyeon se levantó de su asiento, se posicionó detrás de Eunji quien se puso nerviosa al sentir ese acercamiento, la pelirrubia tomo el permiso de tomar la mano derecha de la joven quien no estaba entendiendo lo que la bruja hacía.

―Las ganas de ayudarle a ese chico son enormes, veo que tienes cierto cariño hacia él, ¿es así? ―ni siquiera sabía cómo responder aquella pregunta―, no, no, no linda, no necesito que me respondas, lo puedo ver y sentir.

―No es lo que usted piensa, se equivoca. ―por más de que quisiera negarlo bien sabía que en su corazón no podía.

―Podrás hacer a otras personas estúpidas, pero a mí no, te recuerdo con quien estas tratando. ―volvió a tomar asiento, extendió sus manos sobre la mesa pidiendo las de la chica y entrelazo sus manos para cerrar los ojos.

La joven pelinegra estaba nerviosa, bien sabía que probablemente a una bruja no se le podía mentir y procuro decir toda la verdad, la única que sabía por supuesto.

El silencio la estaba matando, quería saber si podía hacer ella algo para romper la maldición o si de plano ya no había salvación a nada y Yeonjun tendría que esperar su muerte así sin más. Estaba segura de muchas cosas, pero menos de una sola; una sola cosa que se negaba a sí misma, un sentimiento nuevo y desconocido que recorría su cuerpo cuando estaba a lado del peliazul.

―Tu corazón se ha inclinado hacia él a pesar de que tienes un gran candidato, ―dijo refiriéndose a Wooyoung―, pero ambos serian infelices si esa boda se lleva a cabo. ―la chica paso saliva y le pidió con la mirada a la mayor que siguiera―. Veo mucha luz en tus ojos, una luz que se está viendo acechada por la oscuridad.

― ¿A qué se refiere? ―la estaba asustando, claro que sí, pero debía disimular.

―Yeonjun es tu oscuridad porque él te pide a gritos que le ayudes, que ilumines su vida, solo que no se da cuenta que también te está apagando y consumiendo a ti. ―no sabía cómo demonios procesar esas palabras.

― ¿Entonces ahora debo salvarme yo también? ―pregunto nerviosa moviendo su pierna derecha de arriba abajo.

―Si dejaras de mover tu pierna con mucho gusto me concentro mejor. ―le pidió de la manera más amable logrando que la otra se mantuviera en completo silencio―. Respóndeme algo Eunji, ¿tú estás segura que quieres seguir con esto?

Ella asintió.

― ¿Seguirías aun sin importarte lo que vendrá después? ―entre abrió sus labios después de pasar saliva fuertemente, miraba a los ojos a la pelirrubia que esperaba paciente su respuesta.

―Sí, quiero seguir aun sin importarme lo que vendrá después, le quiero ayudar, debo ayudarlo porque yo... ―se detuvo antes de decirlo, no podía hacerlo, no ahora.

―Porque tú lo amas. ―finalizo la oración de la pelinegra―. Tranquila que estas cuatro paredes son seguras. ―separo sus manos de las de la joven y volvió a su posición original.

― ¿Hay manera de ayudarle? ―la bruja asintió―, dígame entonces.

La pelirrubia negó.

―Escucha bien esto Choi Eunji: no sabrás la manera en cómo puedes ayudarle hasta que no te enfrentes a todo lo que viene para ti y tu familia, ―le estaba asustando la forma en como estaba hablando―, pasando todas estas pruebas te darás cuenta si quieres seguir con la idea de ayudarle o no.

Dicho eso señalo con la mano derecha la puerta, una señal clara de que debía irse.

No lo hacía por maleducada, lo hacía porque después de que cruce esa puerta una revolución se formara para ella y será algo decisivo si continúa brindándole la ayuda prometida a Yeonjun o simplemente se aleja de él para siempre sin importarle lo que pueda sucederle después.

Salió de la casa de la bruja al agradecerle su ayuda, su rostro estaba bajo, limpio unas lágrimas que se escaparon de sus ojos y escucho la voz de Jongho, se volteó para mirarlo junto a Wooyoung, se acercó para dárselo ya que estaba impaciente por ver a su hermana mayor.

― ¿Te sucede algo? ―le pregunto preocupada cuando noto su rostro molesto.

― ¿De dónde conoces a Choi Yeonjun? ―había soltado esa pregunta con tanta molestia en su tono de voz, sobre todo cuando menciono al peliazul―, ¡responde!

¿No que las paredes eran seguras?

ʀᴜɴ ᴀᴡᴀʏ | ᴄ. ʏᴇᴏɴᴊᴜɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora