ꜱᴇᴅɪᴄɪ

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Lo último dicho por él me dejo pensando por demasiado tiempo, no lograba encontrar el significado a sus palabras, no entendía porque me lo había dicho así tan normal, como si fuera eso, la cosa más normal del mundo. No terminaba de entender la extraña unión de mi familia con la suya. El acertijo era confuso, con poca información brindada, solo la principal, supongo que esta será necesaria para encontrar el final, pero ¿a cuál final debo atenerme?

Yeonjun parecía estar tan tranquilo, aceptando su muerte, dejando que su alma sea arrastrada y los años de vida se acorten más rápido de lo que deberían. Se estaba dejando caer mientras Beomgyu y yo éramos los espectadores de ello, pero yo no lo soportaba. No quería verlo derrumbarse cual edificio en ruinas, quería salvarlo. Si existía una manera de hacerlo quería intentarlo. No me rendiría sin haber dado batalla antes.

Si yo podía ayudar a romper con la maldición que le acechaba entonces haría lo que fuera por acabar con esto.

No entiendo lo que me pasa, pero algo me dice que no debo echarme para atrás, algo me lo impide, por más que mi mente este diciendo a cada instante que debo salir corriendo de allí, que no debo involucrarme, que debo escapar cual cobarde ahora que Yeonjun ya no quiere seguir teniéndole sentido a su vida, mi corazón me dice que debo quedarme.

Debo hacerlo no solo por mi sino por él, sobre todo por él.

Y este comportamiento no lo entiendo.

―Eunji debes venir, Yeonjun quiere decirte algo. ―hablo Beomgyu y me encamine con el dejando a un lado el libro que leía.

Cada vez que quería hablar conmigo algo me decía que no era para nada bueno.

― ¿Sucede algo? ―pregunte en cuanto entre a la habitación del peliazul.

―Puedes ir. ―no entendí sus palabras así que le pedí que fuera más específico―. Puedes ir con tu familia, con tus hermanos, puedes ir a verlos.

Mis labios comenzaron a temblar mientras mis ojos se aguaron. Escuchar decir eso de él me hizo sentir un alivio, no podía creer que me estuviera dejando ir para ver a mis hermanos, aquellos a los cuales no he visto desde hace ya tres meses, a los cuales mando recados con Beomgyu cada vez que los ve en el pueblo. Podré verles de nuevo y espero no me tengan algún sentimiento negativo por tanto tiempo que ha transcurrido.

―Yeonjun gracias, de verdad muchas gracias, no sabes cuan feliz me pone escuchar eso, en serio muchas gracias. ―unas lágrimas se dejaron escapar, note su sonrisa apagada para después asentir.

Antes de salir de su habitación volví a girarme para verle, parece que noto mi mirada encima de él y me volteó a ver también permitiendo que nuestras miradas se conectasen por solo segundos.

Unos segundos que bastaron para alterarme de una manera que no puedo describir, es un sentimiento que recorre todo mi cuerpo cuando Yeonjun me mira o yo lo miro a él, como justamente ahora está pasando.

Me acerque dudosa, pero las ganas me estaban ganando. Con mi mirada nuevamente le agradecí mientras me encorvaba un poco para estar a la altura de su mejilla y dejarle un beso en ésta, juraba que estaba roja, pero escapé de allí antes de que pudiera decirme algo.

Al despedirme de Beomgyu monte al caballo, acomode el vestido que llevaba puesto para después ponerme la capucha de la capa que me protegería del frio del día, tome las riendas y comencé a andar por todo el bosque. Un tiempo que se me hizo eterno, un tiempo de espera que termino cuando pude divisar ya por fin las casas de concreto del pueblo.

Volví a sentir mi lugar, las personas se me quedaban viendo; algunos me reconocían, otros no. Los que me reconocían se sorprendían de las prendas que portaba y de verme después de meses desaparecida. A eso le reste importancia, venía a ver a mi familia no a provocar rumores y aunque esa fue la finalidad después de todo, tampoco me estaba importando.

Cabalgué hasta el otro extremo del pueblo, allí se encontraba mi casa un tanto alejada de todo el ruido de éste, las flores estaban muertas por el frío, el césped ahora estaba cubierto de nieve y el humo de la chimenea salía por arriba de la casa. Detuve el caballo atando sus riendas en un tronco de árbol caído hasta que escuché la voz de San.

― ¿Eunji? ―miré a mi hermano quien se sorprendió de verme de nuevo en casa. Corrí hasta él para abrazarlo fuertemente mientras él me correspondía―. ¡Has vuelto por fin!

―No será por mucho tiempo Sannie. ―se separó de mí, no le gusto que dijera eso―. Es una historia muy larga, pero ¿dónde está Soobin?

Se quedó callado ante mi pregunta y ese silencio no me estaba gustando.

ʀᴜɴ ᴀᴡᴀʏ | ᴄ. ʏᴇᴏɴᴊᴜɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora