Qᴜᴀᴛᴛʀᴏ

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Estando de vuelta en su hogar, los dos mayores no tenían buena cara. El resto de sus hermanos se quedaron sin habla cuando los vieron de forma seria y sin expresión en sus rostros, nunca los habían notado tan preocupados ni siquiera cuando la abuela venia y hacia sus inspecciones mensuales.

¿Qué era lo que les tenia así?

Antes de volver, el escenario era el mismo: Eunji seguía arrodillada tomando la mano de Yeonjun mientras Beomgyu negaba ante la decisión de su hermano mayor. Soobin fue levantado minutos después de aquello y liberado de la atadura de sus muñecas.

Ninguno de los dos entendía la razón por la cual Yeonjun había pedido un cambio de lugares, pedir quien se sacrificaría por quien era absurdo, pero aún les faltaba vida para entender los misterios del bosque y sobre todo entender si él era esa bestia de la que tanto hablaban.

Lo que sí aseguraban era que aquel dolor que el peliazul provoco por un minuto exacto en Soobin no era solamente mera casualidad. Él era la bestia, pero ¿qué clase de bestia era?

―Mañana al ocultarse el sol Beomgyu vendrá por ti. ―dijo Yeonjun, el mencionado y la chica se miraron por unos segundos hasta que el peliazul corto contacto con ambos―. Vete despidiendo de tu familia.

―No puedes alejarla de nosotros sin razón. ―reclamo Soobin, el peliazul volteó para mirarlo con crecientes intenciones de hacerlo retorcer de dolor en el corazón por entrometerse.

―Basta por favor, no le dañes te he dicho, he cambiado mi vida por la de mi hermano y si le dañas no podremos llegar a un acuerdo. ―se había golpeado internamente por lo dicho.

―Ya tienes mi orden preciosa. ―le tomo de la barbilla para alzar su rostro y obligarla a que lo viera―. Al ocultarse el sol Beomgyu y tú se encontrarán aquí y te llevara a tu nuevo hogar.

―De acuerdo. ―fue lo único que Eunji logro articular al mostrarse nerviosa ya que mantenerles la mirada a aquellos ojos oscuros le era imposible.

En todo el camino de regreso a casa no hablaron, nada salía de sus bocas, aunque sus pensamientos estuviesen atascados.

Ahora estaban sentados todos en la mesa teniendo la mirada de los menores sobre las de ellos ya que su silencio les incomodaba y asustaba, el ambiente creado ocasiono que Jongho comenzara a llorar, Eunji se acercó para cargarlo y arrullarlo con suavidad para que durmiera.

Cuando eso sucedió, no podían ocultar la verdad por mucho tiempo así que, teniendo al bebé dormido, Soobin volvió a reunir a todos en la mesa para hablarles con la verdad y sobre la ida de la mayor con alguien desconocido que intento hacerle daño al él.

― ¿Nos dirán que pasa? ―pregunto San preocupado, fue el primero en hablar y ambos mayores se miraron al mismo tiempo.

―Mañana me iré. ― dijo Eunji, los tres la miraron sin entender―. Hoy sucedió algo en el bosque que... ―tomo aire―, es difícil de explicar, pero Soobin y yo estamos seguros de que nos hemos topado con la bestia del bosque.

Lia, Chanhee y San abrieron sus bocas en una perfecta O al escuchar eso. Nunca pensaron que aquella historia fuera real. Siempre creyeron que eso era un cuento más de los padres para asustar a sus hijos en las noches cuando no querían dormir.

―Pe-pero, ¿por qué te tienes que ir? ―pregunto Lia mirando a su hermana mayor con una mirada llena de tristeza. Exactamente esa era la pregunta correcta que se formulaba en sus cabezas.

No sabían porque la quería a ella. Soobin no entendía aquella sonrisa ladina mostrando satisfacción al escuchar por parte de Eunji que ella se entregaría a cambio de que a él no le hicieran daño.

Pero lo que más les confundía es que no conocían la historia detrás de Yeonjun.

Y cuando la conocieran, aún más confusión existiría en ellos.

ʀᴜɴ ᴀᴡᴀʏ | ᴄ. ʏᴇᴏɴᴊᴜɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora