Capítulo 31

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Despierto en el hospital tres días después de lo sucedido en el despacho de Ian, al principio los recuerdos son un poco borrosas, pero poco a poco vuelven a mi mente por si solos. Varios grupos de enfermeros y médicos no dejan de examinarme. Por lo visto, el disparo que inundo la habitación cuando intente arrebatarle el arma a Roger había impactado sobre mi hombro provocando que perdiese una cantidad de sangre, incluso llegaron a someterme a una operación para sacar la bala. Gracias a Dios, ni mi vida ni la de mi bebé corrían peligro.

Por otra parte, Roger no tuvo tanta suerte, el disparo que le dio Ian había impactado contra su vientre y aun seguí en terapia intensiva bajo vigilancia de alta seguridad. Si lograba salir del salón de operaciones lo más probable es que terminase su recuperación en el hospital de la prisión del estado a la espera de un juicio por el asesinato de Melanie Cates y los intentos de Homicidio hacia mí, yo misma di declaración de todo ello a varios oficiales de policía que vinieron a interrogarme al hospital.

Ian no paraba de un lugar a otro entre la delegación y el centro médico, había sido el quien llamó a la ambulancia para que viniesen por mí y permaneció a mi lado todo el tiempo que estuve inconsciente. Aun no le dirigía la palabra a él directamente, no podía, sin embargo, se enteró de todas las acciones y planes de Roger cuando se los narré a los policías en su presencia. El vikingo estaba destrozado por completo, no podía creer que su mejor amigo le hubiese hecho todas esas cosas o que su ex mujer conspirara también en su contra, sabía que esta le odiaba, pero no a ese punto.

Cooper y Dy vinieron a visitarme al hospital en cuanto supieron lo sucedido. El rubio vaquero y la trigueña estaban igual de destrozados que Ian debido a la reacción de Roger. Cooper nos confesó que el día que me gritó, con la persona que había estado discutiendo minutos antes había sido Roger, para Cooper no era desconocida la ambición de este por las tierras, pero jamás pensó que llegase a ese punto.

—Cuando te rogué que dejases de investigar es porque temía que terminases como Melanie, sabía que estabas investigando y no me gustaba la idea que la persona que la mató viniese a por ti—comento el rubio—. Discúlpame Harley, si hubiese hablado antes no estarías en esta situación.

El rubio lloró ante mí, intenté consolarlo como pude quitándole un poco de peso al asunto.

—Aunque hubieses hablado Cooper, no sabíamos hasta qué punto habría llegado Roger, iba a venir por mí de todas maneras, era un estorbo en sus planes, yo también debí decir lo de la ventana, pero no quería preocupar a ninguno—me disculpé.

Pedí a Diana que se llevara a ambos hombres a descansar mientras yo estaba aquí en el hospital, no habían pegado ojo desde el día de los acontecimientos y se notaban sumamente agotados. Finalmente, ella y Cooper se marcharon, pero Ian se mantuvo junto a mí. Cada día traía al hospital ramos de flores y chocolates o intentaba leerme algún libro, no obstante, yo continuaba negada a hablar con él.

Eran demasiadas emociones circulando en mi interior y necesitaba tomarme un tiempo para procesarlas. En parte me sentía feliz porque Ian había querido formalizar nuestro matrimonio, oficializándolo ante la ley, además de que había regresado a mi lado cuando se marchó. Las palabras de Roger daban vueltas en mi mente:

«El muy idiota se enamoró de ti...te irá a buscar a donde sea».

Sin embargo, quedaba su reacción cuando le conté que estaba embarazada, ya no confió en que acepté a nuestro bebé, a mí bebé.

—Harley cariño, tengo que volver a ir a la delegación a revisar otra vez las declaraciones. —Me informa y yo continúo guardando silencio—. Estaré aquí lo más pronto posible.

Intenta tocar mi mano, pero yo la retiro con igual rapidez, no le he dejado tocarme.

—Cariño, sobre lo sucedido, yo lo siento—prosigue hablando—. Necesito que me des la oportunidad de explicarme, sé que no me porté bien contigo.

OJALÁ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora