Me mantengo observando la pistola entre mis manos: cinco balas, una víctima...todo se resume a ello. «¡Qué poético!», sonrío para mí mismo ante la gracia que me causa la situación.
—Quizás no sea necesario llegar a ese drástico punto. —Le susurro al arma.
Puedo hacer que parezca un accidente, una triste desgracia. El objetivo seguiría siendo el mismo, los resultados no cambiarán, Harley terminará muerta antes de que culminase el año de matrimonio, pero ¿Cómo lo hago? Tengo a mi favor que la chica pasa la mitad del tiempo sola, investigando, buscando respuestas. Aún hay partes en la hacienda que no han sido restauradas, un accidente lo puede tener cualquiera, más si intenta domar a una yegua rebelde. No obstante, tengo que pensar bien en todo, calcular hasta el último movimiento, considerar todas las probabilidades en caso de que no resulte. No puedo darme el lujo de levantar sospechas.
Está decidido, será un accidente...en pocos días tendré la oportunidad indicada para hacerlo, muchos de los trabajadores de la hacienda se marcharán por un importante negocio, no habrá testigos. Aun así, debo pensar bien la forma de actuar, Harley no es la única que ha estado haciendo sus propias averiguaciones, existe otra persona, una segunda persona que me tiene en la mira de los sospechosos. No se fía de mí. ¿Cómo culparlo? Tiene razones para hacerlo, sin embargo, no puedo matarle, no puedo deshacerme de él, le aprecio...
«¡Maldita Melanie!» Tenías que cagarla, tenías que arruinarlo. Estuve cerca de lograr por lo que tanto luche, por lo que tanto esperé...y a última hora decidiste cambiar los planes. No pude permitirlo, tenía que matarte...fue una lástima, un desperdicio...aunque no me importabas tanto como para llorarte.
La primera vez que vi a Harley pensé en contarle todo, decirle la verdad, pero siempre había la opción de que lo arruinase al igual que la morena. Es mejor deshacerse de ella, mataría varios pájaros de un tiro.
—Disfruta tu noche pequeña Harley, será la última Navidad que vivas.
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OJALÁ...
RomanceÉl necesitaba una esposa, ella necesitaba dinero. Enamorarse no era una opción...pero el destino tenía otros planes.