Capítulo 10

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Continúo hecha un ovillo sobre el sofá del despacho de Ian quien, para mi sorpresa, no se ha apartado de mi lado ni un segundo desde que me encontró en las caballerizas. Aún sigue abrazándome, acariciando mi cabello con su mano para tranquilizarme. No me obliga a hablar y se lo agradezco. Permanezco intentando comprender lo sucedido, todo fue demasiado rápido.

Ian se aparta un poco de mí y no puedo evitar lamentar que lo haga, su presencia me reconforta. Pero no se marcha como creí que haría, en su lugar toma mi rostro entre sus manos y, sin decir una palabra, lo examina. Cuando parece estar satisfecho hace los mismo con mis brazos, manos, torso y piernas. Al terminar su labor suelta una genuina y tranquilizadora sonrisa.

-Parece que no estás herida, no fue más que un susto-afirma-¿Quieres contarme que sucedió allá?

Asiento con la cabeza, a pesar de que intento hablar me cuesta encontrar mi propia voz. Ian no me apura y se lo agradezco. Observo mis manos que aun tiemblan debido a la conmoción. El vaquero sostiene mis dedos entre los suyos.

-Tranquila, estas a salvo, yo estoy aquí contigo. -No me di cuenta de lo mucho que necesitaba escuchar esas palabras hasta que las dijo en voz alta.

-No sé lo que pasó, yo estaba tranquila pintando y de la nada Sombra se hallaba corriendo hacia mí, tuve que arrojarme al suelo o me hubiese arrastrado a su paso, parecía...-Ahora que lo pienso todo en retrospectiva me percato de un hecho que debí notar desde el comienzo-. Parecía tan asustada.

Ian se mantiene pensativo ante mis palabras.

-¿Te acercaste a ella en algún momento antes de que te atacara?

-Para nada, incluso a cada rato me fijaba de no estar acercándome a ella.

-Entiendo, tranquila, solucionaremos todo.

Sin darme tiempo a reaccionar, Ian vuelve a abrazarme y yo se lo permito, me siento protegida entre sus brazos, tan a salvo que realizo una confesión que jamás pensé hacer, no a este hombre.

-Tuve miedo.

-Perdóname, fue mi culpa, no debí mandarte ahí sola.

No puedo permitir que se culpe por lo sucedido cuando fue un simple accidente, no debe cargar con eso sobre sus espaldas.

-Claro que no, le hubiese sucedido a cualquiera.

-Harley yo...

Pero no termina la frase, unos golpes en la puerta del despacho se lo impiden. Segundos después entra Cooper acompañado por Roger, Ian se aparta de mi casi con la misma rapidez con la que me abrazó anteriormente, y yo no puedo evitar sonrojarme porque nos pillasen así. Quizás para Roger no significara nada, tan solo una pareja de casados dándose ánimos luego de una difícil situación, pero Cooper era distinto, el conocía la verdad entre Ian y yo.

-Hemos sedado a Sombra para que se calme y revisado el establo...

De repente posa sus azules ojos sobre mí, no hay que ser un genio para darse cuenta que la información no termina ahí, pero no hablará más hasta que yo me vaya.

-Iré a tomar un baño, será lo mejor.

Ian asiente y salgo por la puerta cerrándola detrás de mí, sin embargo, no subo a la habitación; me mantengo de pie en el mismo lugar, manteniendo silencio, atenta a la conversación de los tres hombres que están dentro del despacho.

-¿Qué encontraron? -El tono tranquilizador que utilizaba Ian hace unos segundos conmigo ha desaparecido por completo de su voz, ahora está enojado.

-Revisamos la puerta del corral de Sombra, no fue un accidente que se cayese, el cerrojo estaba manipulado, aún no sabemos que provocó que Sombra reaccionara así.

OJALÁ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora