32: 𝓽𝓱𝓮 𝓹𝓲𝓮𝓬𝓮𝓼 𝓼𝓽𝓪𝓻𝓽 𝓽𝓸 𝓯𝓲𝓽

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Bajé las escaleras rápidamente y subí al coche de Riley.

- ¿Y bien?

- ¿Y bien qué? - respondí mientras terminaba de subirme al auto.

- ¿No me podías haber avisado antes?

- ¿Cómo querías que te avisara si Jaden me atrapó justo cuando bajaba y después...?- me interrumpí a mi misma.

- ¿Después... qué?

- ¿Podemos dejar de hacernos preguntas todo el rato? Me estás poniendo nerviosa.

- ¿Puedes responderme? Gracias.- sonrió.

- Agh - dije porque las preguntas no cesaron.- Follamos.

- ¡¿Qué?! - exaltó sorprendida y casi saca el coche de la carretera.

- ¡Riley joder el coche!- dije sujetándome.

- Perdón. ¿Se puede saber por qué hiciste eso?

- Era mi plan. No tenía forma de salir de ahí, así que cogí una pastilla de esas raras que guardamos en la cocina y mientras, ya sabes... Pues se la pasé a él y después se quedó dormido. Ahí fue cuando pude llamarte.

- Impresionante.- dijo rodando los ojos.- Encima de todo te beneficiaste.

Yo la asesiné con la mirada.

- No me beneficié, solo hice lo que pude para escapar de ahí. Por cierto, gracias por esperarme o entrar por si me había sucedido algo.- dije mirando a la ventana.

- Vi el coche de Jaden aparcado en un callejón y me tuve que ir rápidamente. Lo siento si no te avisé.

- ¡¿En serio Riley?! - ella se quedó callada.- Cada vez parece más que quieres que me pille.- dije poniendo mis manos en la cara.

Siguió guardando silencio y desvió la mirada.
Todas esas actitudes me empezaban a  parecer sospechosas.
A partir de ahora prefiero no confiar demasiado en ella.
Seguiré como empecé, tramando todo sola, sin contar con nadie.

Llegamos a la mansión y Riley se bajó detrás de mí.

- Toma las llaves.- yo la miré confundida.

- ¿No te quedarás tú también?

- No, Kio y yo decidimos de repartirnos y así le será más difícil encontrarnos. Aquí dudo que te encuentre.

- ¿Estáis seguros? Quiero decir...- pero ella me interrumpió.

- Gabriella, tranquila. Ya lo decidimos.

- Está bien...- respondí aún no muy segura.

Ella se dio la vuelta, volvió a subir al coche, arrancó y se fue.
Yo abrí la puerta y la mansión estaba entera a oscuras.
No había luz así que decidí buscar los plomos para poder encenderla en toda la casa.
La encontré en el cuarto de la limpieza gracias a que me guiaba con la linterna del móvil.
Cuando por fin hubo claridad, pude apreciar la mansión más detalladamente.

Era realmente moderna, debo de admitir que los Lewis tenían buen gusto para la decoración.
Fui habitación por habitación, observando cada sala con determinación y mirando que no hubiera nada que me vigilara o filtrara que yo estaba ahí.

Me paré en frente de una puerta que estaba cerrada, a diferencia del resto y al entrar vi la habitación de Madison.
En cuanto puse un pie dentro, un escalofrío recorrió mi columna vertebral.
Por una parte era enfermizo que estuviera "viviendo" en la mansión de una familia que estaba entera muerta, y más que estuviera dentro de a quien yo maté.

EL TRATO [BETRAYED #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora