EL TRATO [BETRAYED #1]

46: 𝓲𝓽 𝓱𝓾𝓻𝓽𝓼 𝓫𝓾𝓽 𝓘 𝓬𝓪𝓷'𝓽 𝓵𝓸𝓼𝓮 𝓱𝓲𝓶

GABRIELLA
Nos montamos en el coche y mis lágrimas no cesaban.

No se a dónde íbamos ni por qué él me excluyó de esa guerra. Lo único que tengo asegurado es que me había hecho daño. Irónico, ¿verdad? Que alguien te haga daño cuando te protege... Solo cosas como estas te pueden pasar si estás casada y enamorada de un gran hijo de puta como lo es Jaden Hossler.

Mi cabeza no paraba de darle vueltas a las mismas preguntas. Una y otra vez, en bucle.

¿Por qué hizo esto? ¿Quién estaba detrás de esto? ¿Por qué no huyó de allí? ¿Por qué no vino conmigo como lo hizo aquel día que me llevó a la cabaña? ¿Qué razón tenía para hacer estas cosas? ¿Por qué dice estar enamorado y que yo no soy su juguete y hace cosas tan contradictorias?

De pronto, recordé las charlas que mi padre me daba con apenas 15 años y sus advertencias sobre que tuviera novio.  

- "Hija, ten cuidado con los muchachos. Muchos querrán jugar contigo y muy pocos te querrán de verdad. Jamás te dejes pisar por alguno de ellos, demuéstrale la gran reina que un día será mi princesa. Demuéstrales quien manda y si es necesario, húndeles de la misma forma que quizás te hundan a ti."

- "¿Por qué me dices todo esto, padre?" - pregunté confusa y una risa absurda se me escapó de los labios ante su comentario.

- "Porque en la vida, no todo será un cuento de rosas. Se cuánto te gustan las películas románticas esas que ves, me recuerdas a tu madre. - sonrió melancólico. - Y puede que esperes a un príncipe azul que te haga sentir viva, que te haga feliz e incluso llegarás a debatir conmigo por él. - rió. - Jamás lo hagas muchacha, te lo advierto. - sonó serio. - Ahí fuera la mayoría lucen impecables, pero todos somos personajes oscuros, con secretos y algunos pueden hacer mucho daño, tanto que incluso sentirás como tu corazón se resquebraja en mil pedazos. Eso no te impide que te enamores, deja que alguien te haga sentir única, te haga sentir que eres el amor de su vida, vive todas las experiencias bonitas que tenga para ti, pero jamás, jamás, dejes que esa persona, en vez de pintarte una bonita historia, te pinte un cuento oscuro. Ahí el pasaje no será bonito, será dolorido, y no quiero eso para mi niña. No quiero que nadie le arrebate esa sonrisa con la que se come el mundo. ¿Entendiste, Gabri?" - yo asentí.

Se levantó de su sillón y estaba dispuesto a irse.

- "Vendrá tu tía y se quedará contigo hasta que venga. Prohibido que te haga cubatas, ya sabes lo cabra loca que puede llegar a ser."

- "Papá, fue solo dos veces, una en nochevieja y otra en la que nos pusimos tristes viendo una película. La tía es joven, a veces olvidas que tiene 24 años". - reí.

- "Sí, lo dicho, una cabra loca." - se dirigió a la puerta y antes de irse se giró hacia mí. - "¿Gabri?"

- "Sí, ¿papá?

- "Como me entere de que tienes novio, le cortaré las pelotas". - dijo sonriente y no pude evitar reírme.

Inevitablemente una sonrisa melancólica se me formó en la cara al recordarlo. Mi padre no era estricto en ese tema, siempre hacía sus bromas sobre los novios, como cualquier padre que ve a su hija crecer y no puede evitar que le duela verla con otro hombre que se convierta en su héroe y que su niña ya no vea al héroe que su padre fue siempre.

Sí, pudo ser un hijo de perra en sus negocios, pero no puedo cuestionarlo como padre. Siempre quiso lo mejor para mí, siempre quiso protegerme, a su manera, pero lo hacía. Siempre me quiso con todo su alma. Siempre fui la niña de sus ojos y su Gabri... ¿Por qué la vida me pagaba de forma tan injusta? ¿Por qué me arrebataban todo lo que quería?