47: 𝓽𝓱𝓮 𝓺𝓾𝓮𝓮𝓷 ' 𝓼 𝓰𝓪𝓶𝓮

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GABRIELLA
Mis últimos días se han basado en dormir, despertarme, dormir y despertarme.

Me volví más cercana a Josh, desde que llevamos aquí un mes y medio juntos, sin ir a ningún sitio, solo pasear por los alrededores de la casa.

La comida la traían los hombres de Jaden.

Las mañanas eran simples, desayunamos, salimos a pasear y entrenamos la puntería en el bosque que había detrás de la casa.

Nuestras tardes se basaban en ver películas, discutirlas, reírnos de las estupideces de algunos personajes e incluso llorar.

Recuerdo la primera vez que puse Titanic y Josh dijo que era inmune a llorar a películas, que no entendía cómo la gente simpatizaba tanto con personajes ficticios. Cuando terminó, no pudo evitar que se le saltaran las lágrimas, cosa que provocó mi risa aún llorando por Jake y Ross, pero no pude evitarlo, se hizo el duro y terminó destapándose a sí mismo.

Algunas noches lloraba por él, por Jaden, y Josh siempre me consolaba, diciéndome que él está bien, sabiendo que ninguno de nosotros tiene noticias de él ni de ninguno de la Alianza, ni tampoco de lo que sucede.

Supuestamente Josh estaba informado de todo, pero desde el tercer día que llegamos aquí, no tenemos ninguna noticia nueva.

Las noches eran dignas de cualquier adolescente.

Un día encargué a los hombres de Jaden que por favor trajeran mascarillas y me hicieron caso.
Digamos que nos cumplían algún que otro capricho.
Ahora era rutina ponerle una mascarilla a Josh antes de dormir.

Se veía lindo con el pelo recogido en una diminuta cola y toda su cara de negro, solo se le veían sus ojos verdosos.

La primera vez que le quité esa mascarilla maldijo como jamás lo había escuchado y me había prohibido que le pusiera de nuevo otra de "esas cosas del diablo", como el las describió.
Aún así seguí poniéndoselas y ahora tiene la cara como el culo de un bebé gracias a mí.

Otro de los caprichos que le pedimos a los hombres de la mafia de Jaden y que sin duda fue mala idea, fue pedirle dos botellas de whisky.
Esa misma noche nos las zampamos enteras y fue una de las noches más raras de mi vida.

*Flashback*

- Gabriella.- me llamó Josh.

- ¿Hm?

- ¿Desde cuándo la televisión baila?

- ¿Qué? - estallé en carcajadas.

- Mierda estoy muy borracho.- cerró sus ojos.

- No deberías de haberte bebido esa botella de agua.

- ¿Agua?- los abrió de golpe.

- Tequila, ¡joder! - no pude evitar seguir riendo.

- ¿Tequila? - preguntó él aguantando la risa.

- Ah, no, que era whisky.- nos miramos y no pudimos evitar estallar en carcajadas.

- Tú estás peor que yo.

- Sí claro... Sobre tod...- no pude continuar porque vi a Josh correr escaleras arriba. - ¡Josh Richards! ¿A dónde vas? ¡No pienso hablar sola!

Después escuché que estaba vomitando en el baño.
Fue tremendamente asqueroso e igualmente mis pies se dirigieron hacia el baño donde estaba él, casi me caigo por las escaleras porque me tambaleaba pero logré mantenerme en pie.

Cuando entré me lo encontré apoyado en la pared.

- Jamás dejaré que le sigas pidiendo caprichos.- dijo cuando me vio.

EL TRATO [BETRAYED #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora