34: 𝓘 𝔀𝓪𝓷𝓽 𝔂𝓸𝓾 𝓽𝓸 𝓫𝓮 𝓶𝔂 𝓺𝓾𝓮𝓮𝓷 𝓪𝓰𝓪𝓲𝓷

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GABRIELLA
Abrí los ojos y miles de preguntas atacaron mi mente al ver dónde estaba.
Reaccioné a los segundos al darme cuenta de que estaba en un hospital.
Luego vi que tenía una máquina de oxígeno al lado pero no tenía puesta la máscara y cuando giré mi cara, le vi a él.

Estaba tan lindo dormido.
Tenía el pelo revuelto y la camisa abierta hasta medio pecho con las mangas remangadas hasta los codos.
Ese aspecto tan desaliñado le proporcionaba un toque sexy y varonil a la vez.
Me quedé mirándole mientras sonreía.
Estaba tan pacífico, tan tranquilo que parecía mentira que escondiera un monstruo en su interior.

A quien quiero engañar, sigo enamorada de este estúpido hasta las trancas.
Soy incapaz de alejarme de él, de irme de su vida, porque no hay mayor error que irse amando, y no hay mayor tortura que sufrir lo mismo día a día.
Que el recuerdo de que él mató a mi padre me atormente hora tras hora, y aún así me quedo porque las personas que aman de verdad, no olvidan de un día para otro todo lo que has vivido con quien alguna vez y posiblemente lo siga siendo tu todo, tu debilidad, tu motivo de enfado, por quien cometerías mil locuras, tu razón para vivir, para respirar.

No se cuánto tiempo pasé mirándole, solo sé que se movió y yo seguí observando como boba cada movimiento que hacía, como si fueran los últimos que fuera a ver.

- Sí que dormiste.- reí.

Él giró la cara confuso, y al darse cuenta de que estaba despierta su rostro mostró una amplia sonrisa.

- Menos mal.- suspiró y cogió mi mano.- Dios, pensaba que esta vez si te perdía.- apretó más fuerte mi mano.

- ¿De qué hablas? - fruncí mi ceño.

- Reina, no sé dónde mierda metiste tu móvil, así que al ver lo que me hiciste en el apartamento - su mirada me fulminó - estaba dispuesto a recorrer cielo y tierra para encontrarte, así que rastreé a los bastardos de tus supuestos socios y nos dimos cuenta de que estábais en la mansión Lewis por lo que fuimos y nos dimos cuenta de que Riley y Kio salieron sin ti y al entrar hacía demasiado frío y creemos que...

- Que ellos pusieron la ventilación tan baja.- deduje.

- Sí.

- Yo también lo creo y de hecho estoy segura porque cuando me fui a dormir alguien llegó y me durmió, después empecé a sentir mucho frío y caí inconsciente. Además Riley se ha estado comportando muy raro últimamente conmigo.

- ¿No viste quién fue?- preguntó.

- No, pero solo hay dos posibilidades. Solo ellos dos sabían que estaba ahí y las manos que me taparon con el pañuelo eran muy fuertes para ser de Riley.

- Kio.- tensó la mandíbula.

- Sí.

- Juro que mataré a esos hijos de perra.

- Jaden cálmate. Hay cosas mejores.

- No puedo calmarme si te vi helada e inconsciente en la casa y también intubada en esta cama.

- Lo sé, pero puedes hacerlo mejor. Jódeles sus mercancías y después mátalos.- dije sin piedad alguna.

- Me gusta que pensemos igual, muñeca.- sonrió orgulloso y me besó.- Sin embargo, tú y yo tenemos cosas que hablar señorita.

- ¿Cómo cuáles? - él sacó el bote de calmantes de su bolsillo y lo movió en frente de mí.

- Mierda.- murmuré.

- Sí, mierda. ¿Se puede saber por qué lo hiciste? ¿Tan necesario era dormirme después de follar?

- Era para...

EL TRATO [BETRAYED #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora