53: 𝓘 𝓳𝓾𝓼𝓽 𝓪𝓼𝓴 𝔂𝓸𝓾 𝓯𝓸𝓻 𝓽𝓲𝓶𝓮

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Aparcamos a escasos metros de la cabaña.
Era realmente preciosa y dudaba de que alguna vez hubiera visto alguna mejor.
Los detalles en madera le daba un toque único y a la misma vez elegante, sin dejar de tener la esencia de esa casa de campo.

Jaden llamó a la puerta y unos segundos más tarde se asomó tras ella una señora mayor. Calculé que tenía unos sesenta años.
Nos miró sonrientes y cedió el paso para que entráramos.

- ¡Jad! ¡Cuánto tiempo, querido!- la mujer lo fundió en un abrazo y le apretó las mejillas con sus dedos.- ¡Pero mira cuánto has crecido!

- Abuela...- se rascó la nuca, incómodo.

Entonces, la mujer se percató de mi presencia.

- ¡Oh querida! - ella me abrazó y sentí una sensación de hogar indescriptible.- Jad, ¿no me vas a presentar a tu acompañante? - la mujer le miró sonriente, esperando la respuesta de él.

Él me observó nervioso y volvió a dirigir la mirada a ella.

- Abuela, es complicado...- dijo mirando al suelo.

- Vamos, no os voy a comer Jaden. Oh, oh.- la mujer le miró y una chispa de diversión se encendió en sus ojos.- Estás nervioso hijo.- soltó una risa agradable.- La abuela quiere saber quién es la mujer que te está poniendo nervioso.

Jaden suspiró como si no tuviera remedio y entonces me presentó.

- Ella.- me miró de reojo y una sonrisa juguetona se dibujó en su rostro. Había olvidado lo hermosas que eran sus sonrisas.- Es mi esposa.- me aferró fuerte de la cintura y yo le miré estupefacta.

- ¡Vaya, vaya! - la mujer juntó las manos.- ¿Te casaste y no invitaste a la vieja? Eso está muy mal querido.- dijo negando con su dedo a modo de desaprobación.

- Es difícil, prometo explicártelo más tarde. - su abuela lo fulminó con la mirada.- Te lo prometo.- sonrió.

Yo seguía sorprendida.
¿Cómo tuvo el coraje de presentarme como su esposa?
A ver, en verdad lo soy pero no tiene derecho a presentarme así con toda la mierda de por medio.

Intenté quitar su mano de la cintura mientras no quitaba mi sonrisa pero la apretaba cada vez más y me pegaba a su cuerpo.

- Gabriella, ella es Megan, quien me cuidó de pequeño.

- Es un gusto.- sonreí ampliamente deseando cortarle las manos al niño que cuidó.

- Las habitaciones están arriba queridos, si necesitáis algo avisadme. También tenéis condones.- nos guiñó el ojo y yo me sonrojé.

- Créeme, me gustaría usarlos - murmuró para sí pero llegué a escucharlo.

Megan desapareció por el pasillo.

En cuanto le perdí la vista quité de mala manera la mano de Jaden y subí apresuradamente las escaleras.

Entré en una de las habitaciones y me senté en la cama, segundos más tarde ya tenía al pesado de Jaden tocando en la puerta.

- ¿Puedo entrar?- preguntó.

- No. - respondí seca y aún así abrió. - Te dije que no entraras.- le miré fulminante.

- Nunca te hice caso.- se encogió de hombros.

- ¿Por qué me presentaste como tú esposa?

- Porque lo eres.- recordó.

- No, lo dejé de ser en el momento en que me demostraste que no confiabas en mí.

- Te pedí tiempo para explicártelo.

EL TRATO [BETRAYED #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora