38: 𝓽𝔀𝓸 𝓶𝓸𝓷𝓼𝓽𝓮𝓻𝓼

25.2K 1.1K 121
                                    

- Un momento, ¿escuché bien? - pregunté sorprendida.

De pronto miles de piezas empezaron a encajar en mi mente. La Alianza...
Ellos...

- Esa alianza no se formó por vuestros padres, ¿verdad? - le miré a los ojos sin obtener respuesta. - Respóndeme Jaden.

- No...

- La creásteis vosotros...- caí en la cuenta.- Vosotros creásteis esa Alianza, para tapar lo que habíais hecho, ¿verdad? ¿Para callaros la boca los unos a los otros y amenazándoos para que nadie la abriera y dijera lo de aquella noche, no es cierto?

- ¿Cómo...?- preguntó él, como si acabara de leerle la mente.

- Recuerda que un monstruo puede ver a otro monstruo, leerlo, predecir sus movimientos y la razón por la que hace las cosas.

- No éramos conscientes de lo que hacíamos.

- Pero sí erais conscientes de que cogísteis esas armas.

- Gabriella fue en defensa propia. Dime, ¿qué harías tú en un tiroteo? Oh, déjame recordarte - su sonrisa victoriosa y arrogante apareció en su cara.- saliste a defender a los "tuyos" y no dudaste en disparar a los chicos. ¿Acaso lo olvidaste, Gabriella? ¿Acaso quieres defender algo que no tiene justificación?

- Mi plan marchaba a la perfección si no fuera por esos idiotas.

- Por supuesto - rió.- Me divierte como día a día me recuerdas que soy un monstruo cuando tú - me señaló.- fingiste tu puta muerte durante cuatro meses, saboteaste todos mis tratos, ¿y por qué fue? Para defenderte.

Mierda, usó mis propios actos como munición contra mí.
Condenado inteligente.

- Esa no es la cuestión ahora.

- ¿Por qué? ¿Porque ya perdiste esta guerra, princesa? ¿Porque quedaste descubierta? ¿Ya no tienes nada más que echarme en cara?- yo no respondí- ¿Ahora te vas a quedar callada?

- No, solo estoy esperando algo que valga la pena responder.- dije a escasos centímetros de su boca.

Él meneo su cabeza sonriendo y dio un paso hacia mí. Acercándonos más. Nuestras respiraciones se mezclaban y en nuestra mirada había una conexión que no es descriptible con palabras, porque nuestras miradas lo decían todo. Podíamos leernos fácilmente y eso era algo que solo Jaden y yo teníamos. Ver la transparencia del otro.

- Jaden...- dije poniendo mis manos en su pecho e intentando apartarle, porque sabía que si esto seguía perdería la poca cordura que me quedaba.

Él anulaba mis sentidos y mis pensamientos se borraban con facilidad. Aunque lo haya besado mil veces, sus besos transmitían tanto, eran tan distintos en cada ocasión que mandaban corrientes eléctricas por todo mi cuerpo advirtiendo del peligro del poder que él tenía sobre mí.

- ¿Sí, reina? - preguntó inocente mirando a mis labios.

- Para.- respondí siguiendo su mirada.

- Por qué? - subió su mano desde mis muslos hasta mi cintura y me guió hasta que mi espalda chocó con la pared, posicionando su mano libre a un lado de mi cabeza.

- Porque...- lamí mis labios inconscientemente - no podemos estar así aquí, tenemos que hacer cosas.

- ¿Ahora me niegas mis besos? El otro día en la cama no me dijiste lo mismo, tampoco durante toda esta mañana...

- ¿Qué te hace pensar que ahora puedes besarme siempre que quieras, cuando se te antoje?

- ¿Es que no puedo? Sigues siendo mi mujer, reina. Aunque lo niegues todas las veces que quieras, tu cuerpo reacciona a mí de forma inmediata. Con un toque, con un susurro - dejó un beso húmedo en mi cuello - aunque no lo creas, eres mía.- dijo sobre mi boca.

EL TRATO [BETRAYED #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora