¿Hola, hola? ¿Está grabando? Bien: tres, dos, uno y...
¡Hola! Mi nombre es (T/N), y les hablo desde el bosque de mi ciudad; es medianoche, y creo que algo extraño está sucediendo aquí.
· · · ·
(T/N), una exploradora urbana, decide graba...
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—Despierta —una almohada golpeó a (T/N) en la cara, haciendo que se irguiera de la sorpresa.
—¿Qué? ¿Hay fuego? ¿Nos atacan? ES EL FBI, ¿VERDAD? LO SABÍA, TE DIJE QUE TE LLEVARÍA AL DESGUACE —Kid volvió a golpear a (T/N) con la almohada, callándola.
—¿Cada mañana va a ser así? —comentó—. Vamos, a trabajar.
—¿Trabajar? —se levantó de la cama, estirándose—. ¡Es domingo! Es día del señor. Hoy no se trabaja —replicó.
—Ante la falta de objetos religiosos como rosarios, biblias o crucifijos en tu casa, infiero que no eres cristiana. Excusa denegada —dijo en modo robótico. (T/N) chasqueó la lengua.
—Por probar... —fue al armario a ponerse ropa de estar por casa, ya que se durmió con la ropa de calle puesta. (T/N) miró a Kid, quien estaba de pie en la habitación—. ¿Te vas a ir o...?
—¿Por qué debería irme? —respondió confuso. (T/N) soltó una risa. Luego se dio cuenta de que iba en serio.
—Tío, voy a cambiarme, un poco de privacidad —le hizo un gesto con la mano como si fuera un perro para que se fuera—. Shu, shu.
—¿Y? ¿A qué esperas? No tenemos todo el día —respondió sin más.
—¡No me voy a desvestir contigo delante! —señaló a la puerta—. Me da igual que seas un androide. Fuera.
—Como quieras —levantó las manos, rindiéndose, y salió. (T/N) cerró la puerta por si acaso.
(T/N) suspiró y se cambió de ropa, arreglándose un poco ya que estaba, y bajó a la cocina pensando en el desayuno. Reparó en que Kid no podía comer nada. ¿Tendría que cargarse? Quizá lo encontraba con un enchufe metido por el- Vale, no.
(T/N) rio ante la imagen mental para nada agradable que había creado.
—Vaya —musitó sorprendida. Vio a Kid cocinando el desayuno—. A lo mejor no va a ser tan malo tenerte en casa —bromeó, acercándose a los fogones y oliendo el dulzor del aire. Kid sonrió orgulloso.
—¿Ahora sí que te gusta mi programación? —se la devolvió.
—Puede —rio, sentándose en la mesa—. ¿Qué más tienes en tu programación? A parte de poder cocinar —dio un sorbo al zumo de naranja que Kid había colocado en la mesa.
—Puedo hacerte gritar en la cama —(T/N) casi se atraganta con el zumo. Dejó el vaso en la mesa y empezó a toser incontroladamente—. Ah, sí, también puedo realizar la maniobra de Heimlich. ¿Necesitas de mi asistencia? —(T/N) negó con la cabeza mientras tosía contra su brazo—. Como quieras. También domino varias artes marciales como el karate, judo, boxeo, entre otras; puedo disparar armas de fuego con excelente precisión; puedo torturar de forma eficaz para obtener información-
